Juegos de Cuidar Bebes
El contacto con nuestra piel relaja el sistema nervioso del bebé (expuesto continuamente a estímulos) y favorece nuestra relación con él. Los dos nos sentimos cercanos y amados
5 de July · 912 palabras.
🕘 Resumen
Los bebés tienen necesidades y formas de expresar sus emociones que les son propias y distintas a las de los adultos. Al observar y respetar sus gustos, los padres pueden mejorar su relación con el bebé y lograr su felicidad.
Los bebés disfrutan de estar desnudos ya que existe una conexión permanente entre su cuerpo y emociones; su cuerpo suele expresar todas sus emociones y necesidades. Por otra parte, estar arropadito les recuerda su estancia en el útero materno y les proporciona seguridad y protección.
El contacto directo piel con piel entre la madre y el bebé equilibra su temperatura corporal, su ritmo cardíaco y sus hormonas permitiéndoles sentirse más cercanos y amados entre ellos.
El ruido monótono también les recuerda los sonidos de nuestro cuerpo que escuchaban durante la gestación y les relaja. En resumen, conocer y atender las necesidades y gustos del bebé pueden mejorar considerablemente la relación entre padres e hijos.
Observar a nuestro hijo y respetar lo que le agrada es una forma de alimentar nuestra relación y hacer feliz al pequeño. Estas son diez cosas que a los bebés les encantan.
1. Estar desnudoHay niños que solo necesitan quitarse la ropa y el pañal para calmarse. En los bebés existe una permanente conexión cuerpo-emoción y, a falta de palabras, su cuerpo expresa todas sus emociones. Por eso lo necesitan lo más libre de ataduras posible.
Desnudos, los pequeños se muestran más receptivos y expresivos. Además, las sensaciones no llegan igual con ropa que sin ella. Y puestos a explorar, cuantos menos intermediarios entre ellos y el mundo, mejor.
2. Estar arropaditoLe recuerda su estancia en el útero materno, cuando toda su piel estaba en contacto con esas paredes que le abrazaban y protegían. Las primeras semanas de vida muchos bebés se sienten muy a gustito cuando los envolvemos, les encanta estar recogidos y tener mucha zona de contacto. Poco a poco se sienten más seguros en su nuevo medio y empiezan a tomarle gusto a moverse con más libertad.
3. La piel de mamáEl abrazo de una madre es la mejor solución para casi cualquier problema. Muchos estudios demuestran que el contacto directo piel con piel entre la madre y el hijo equilibra la temperatura corporal del bebé, su ritmo cardiaco y le ayuda a liberar endorfinas y oxitocina, la hormona del amor. Y no solo le beneficia a él: nosotras liberamos las mismas hormonas.
El contacto con nuestra piel relaja el sistema nervioso del bebé (expuesto continuamente a estímulos) y favorece nuestra relación con él. Los dos nos sentimos cercanos y amados.
4. El ruido monótono Los sonidos monótonos (el del motor, la lavadora o incluso el secador) recrean en muchos bebés los ruidos de nuestro cuerpo, con los que crecieron sus primeros nueve meses de vida intrauterina y les relaja. Son ruidos que, además, se presentan como amortiguados, igual que los que el pequeño escuchaba en nuestro vientre.
5. La músicaLa música es un estímulo para su aprendizaje: sus tonos graves y agudos estimulan las conexiones neuronales del bebé, reorganizan su cerebro y según el tipo (clásica, moderna...) le apoyan de una u otra manera.
Lossonidos armónicos, en los que predominan los tonos agudos, predisponen al bebé para el aprendizaje.
La melodía de tonos más graves (también puede ser clásica) le relaja. Nuestras mismas voces son música para él: más aguda la de mamá, más grave la de papá.
6. El olor de mamá Muchos bebés con dificultades para dormir se relajan cuando ponemos en su cunita una prenda nuestra. El olor de sus padres es lo primero que capta el bebé al nacer. El olfato está ligado a la supervivencia, y reconocer nuestro olor al nacer es vital. Si no lo hace, ¡el bebé está perdido! Aún no ve bien, pero sin embargo sí nos puede reconocer por el olor. Nuestro regazo es uno de los lugares más confortables para el pequeño, se siente muy seguro con nuestro olor.
7. Un paseo por la calle Muchos niños, cuando están en casa, requieren más atención que en la calle, lloran más... Y nosotros no lo entendemos porque no apreciamos la diferencia, pero no es lo mismo el aire en movimiento que el aire estancado de una casa. Los sonidos tampoco son los mismos, ni la paleta de olores. El oído y olfato de nuestro bebé están muy desarrollados al nacer y, a menos que sea hipersensible, no hay mejor lugar que la calle para entretenerse con decenas de nuevos olores, y esos maravillosos sonidos, que tanto gustan al bebé. Estar fuera de casa alimenta la parte más aventurera del pequeño.
8. Chuparlo todoLa boca es "el tercer ojo" del bebé: en esta etapa le ayuda a conocer el mundo que le rodea, incluso más que sus propios ojos. Al chupar, el niño reconoce los objetos por su sabor, textura, densidad, peso... Información que la simple mirada no puede aportar.
Los dos primeros años de vida la boca se comporta como un gran escáner que le permite generar, dentro de su cerebro, la imagen que hay fuera.
9. El balanceoEs un movimiento monótono y rítmico que conecta con la seguridad y el equilibrio, en todos los sentidos.
Por un lado, el balanceo trabaja sus conexiones neuronales más profundas.
Por otro, los ritmos predecibles y monótonos conectan con la estabilidad del niño. El bebé se va confiando, y cuanto más conocida es la situación o el ritmo más se relaja, más endorfinas libera, más se adapta al entorno.
10. La voz de mamáLa voz de mamá es otro de esos elementos que lo son todo para nuestro bebé: contiene música, tonos altos que estimulan el aprendizaje y, sobre todo, la intención y el deseo de comunicarnos con él. Así lo percibe y, en cuanto es capaz de emitir gorgoritos, nuestro pequeñín nos los dedica todos.
Cada vez que le hablamos, el bebé registra numerosas emociones que son las que, un poco más adelante, le mueven a desear aprender a hablar. Comunicarse con nosotros es su principal pasión.
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