Perfil del Violador

El presente artículo está dedicado especialmente para mis alumnos de Psicología Criminal y General de las diferentes Universidades donde soy Titular de la cátedra

Graciela Cosentino
Graciela Cosentino
3 de June · 8487 palabras.
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🕘 Resumen

En este artículo se discute el perfil del violador, comenzando con la definición del acto de violación como una relación sexual forzada sin consentimiento que constituye un delito. Los expertos lo consideran uno de los delitos más graves debido a su fuerte impacto psicológico en las víctimas.

El artículo también aborda las características comunes de los violadores, los diferentes tipos de violadores y su vínculo con la violencia sexual. Además, se habla de los tratamientos para las víctimas de violación y se menciona la importancia de la prevención.

La psicología considera que la violación es una conducta sexual desviada y forzada que busca la satisfacción sexual del autor. También se mencionan las distintas formas de violación, incluyendo la introducción vaginal, anal o bucal.

La pena para este delito suele ser similar o igual a la del homicidio, debido a su grave impacto. En conclusión, la violación es un delito atroz que debe ser tratado con seriedad y con la debida atención a las víctimas.



“PERFIL DEL VIOLADOR”

INTRODUCCIÓN


El presente trabajo aborda la temática del “perfil del violador”.  En el mismo se va a poner de manifiesto qué se entiende por violación desde el punto de vista psicológico, cuáles son las características de este tipo de personas, cuáles son los distintos tipos de violadores y cuál es la consecuencia sobre la víctima.

Respecto de este último punto, se tendrá en cuenta también la prevención y los tratamientos para las víctimas de este tipo de delito.


CONCEPTO
Una violación se define como la relación sexual forzada con una persona que no ha dado su consentimiento. Es un delito. Porque significa tener relaciones sexuales con otra persona sin su consentimiento empleando violencia en la acción, o amenaza de usarla.
Muchos juristas consideran la violación como uno de los delitos más graves, sólo por detrás del asesinato o la mutilación, porque el asesinato, en todos los casos, y la mutilación, en muchos, son irrecuperables, y la violación es muy difícil de recuperar psicológicamente, pero no se considera forzosamente imposible en todos los casos. Cuando se considera que la recuperación psicológica es muy difícil o prácticamente imposible, como cuando sucede en la infancia de la víctima, se juzga que el delito es más grave.
Por ser considerado como uno de los peores delitos, no es raro que la pena sea la misma o muy semejante a la del homicidio.
En psicología, la violación es considerada como una conducta antisocial forzada y a menudo violenta con el fin de obtener satisfacción sexual, sin obtener la voluntad de la persona victimada. Señala además el manoseo y otras conductas con desviaciones psicológicas que provocan la eyaculación en el sujeto activo sin tener una penetración.
La cópula en la violación puede ser tanto la normal como la anormal, entre estas últimas encontraremos la introducción anal, pero hay que considerar también, que dentro de este grupo se encuentra la introducción bucal, es por eso que se consideró que a pesar que la boca no sea un órgano sexual ni tenga la actividad erógena de éstos, ha sido reemplazante de los mismos, por parte del sujeto activo y objeto de una verdadera penetración como la que se da en el coito vaginal o anal.
La violación es un acto de violencia expresado a través del sexo, pero no primariamente acerca del sexo.
ANTECEDENTES HISTÓRICOS
La violación consiste en un problema de carácter social que se ha dado desde los tiempos más antiguos hasta nuestros días, y no solo eso, sino que además trascenderá durante la existencia del hombre en el mundo. Esto se debe principalmente a la complejidad de su estructura psicológica, presentando un sin numero de reacciones a estímulos diversos de carácter sexual.
El acto de violación está clasificado dentro de la psicología como conducta sexual agresiva. Al contrario de los desequilibrios sexuales pasivos, en los que intervienen una sola persona, se encuentran los activos que presentan formas de conducta sexual desviadas que resultan nocivas para otras personas, tanto en el aspecto emocional como en el físico.
La conducta sexual agresiva va desde la exhibición pública hasta el abuso sexual con niños, violación y actos de sadismo en los que se presenta la tortura y hasta el asesinato. En todos estos casos se originan problemas psicológicos en la víctima, con diversos grados de seriedad.
LAS PRIMERAS CIVILIZACIONES
Desde aproximadamente cuatro mil años antes de nuestra era, la violación estaba presente en las sociedades antiguas, sin embargo no constituía un delito como lo es en nuestros tiempos ni tampoco era considerado como un problema social al cual debían aplicarse ciertas medidas para su disminución o erradicación.
En los pueblos de la antigua Caldea, Asiria, Persia, así como también en las culturas Aztecas y Maya, era todo lo contrario, en algunas ocasiones este acto de violación se consideraba una orden de las divinidades de dichas culturas, en otras ocasiones era tomando como un acto de gracia por parte de los sacerdotes.
Las doncellas de la antigua cultura eran vestidas con los mejores ropajes y mediante ceremonias y desfiles eran conducidas al lugar donde sería ejecutada esta acción. Para las doncellas que no pertenecían a clases nobles y que no contaban con una belleza física, a criterio de los sacerdotes, eran encerradas en calabozos lejanos o en los bosques, en los cuales acudían los sacerdotes y los iniciados con el objetivo de la mera distracción encontrándose fuera de sus funciones estos actos. Sin embargo, los ciudadanos creían que era una orden divina.
Más tarde, al inicio de lo que sería el gran imperio romano, se reglamentaron en principios de derecho un conjunto de normas que castigaban estos actos de violación. Y dichos principios de derecho a través de los años perduraron y formaron las legislaciones que actualmente nos rigen, con una complementación especial en cada país, de acuerdo con sus costumbres, con su realidad y la época en que se vive.

EN LA EDAD MEDIA
El derecho de pernada (en latín vulgar medieval, Ius primae noctis) era un derecho feudal que, teóricamente, establecía la potestad señorial de tener relaciones sexuales con toda doncella, sierva de su feudo, que se fuera a casar con otro siervo suyo. Esto le daba a su siervo ciertos derechos, como por ejemplo cazar en los campos del Señor Feudal. Para reconocer este derecho se colocaban en la puerta de éste cuernos de ciervo, (de donde surge la calificación de ′cornudo′).
Este derecho tuvo vigencia durante la Edad Media de Europa occidental (aunque hay paralelismos en otras partes del Mundo) como componente del modo de producción feudal. Suponía, por tanto, la violación legal de cualquier mujer por parte del señor feudal. Esto llevó a numerosos conflictos y reyertas, y de ello se han hecho eco la literatura como en la obra Fuenteovejuna de Lope de Vega, o el cine, con la película Braveheart de Mel Gibson.
DELITO DE GUERRA
A lo largo de la historia se han dado casos de violaciones masivas de mujeres en situaciones de conflictos bélicos, lo que ha sido considerado un delito de guerra, pese a haber quedado impune dicho acto. Este delito está movido por el odio, el fanatismo y en ocasiones la venganza, y se hace buscando el daño más humillante y doloroso a la víctima, por lo que su crueldad es máxima.
En la Segunda Guerra Mundial este crimen llegó a su máximo grado de expresión. Así es conocida la violación de muchas mujeres por las tropas nazis, sobre todo en su avance hacia el este de Europa, aunque también se dieron casos en Francia, Bélgica y Holanda. No se conocen, por otro lado, violaciones hacia mujeres judías, probablemente porque eran considerados seres inferiores bajo la óptica racista del nazismo.
Posteriormente se dio la violación de 2.000.000 de mujeres alemanas por soldados soviéticos en su avance por el III Reich, de las que un 10% fueron posteriormente asesinadas. Del total, 1.400.000 víctimas eran de las provincias orientales, 500.000 de la zona de ocupación rusa en Alemania y las 100.000 restantes en la capital, Berlín, donde hubo más ensañamiento en los días posteriores a la conquista, llegando a violar hasta 70 veces a la misma mujer. A diferencia de los alemanes, los rusos no acababan después con sus víctimas, se trataba de una cruel venganza por las atrocidades alemanas.
En Hungría hubo agresiones similares, así en Budapest fueron violadas por los rusos unas 50.000 mujeres. También fueron víctimas de violaciones por soldados rusos, aunque resulte paradójico, mujeres de su mismo país que habían sido esclavizadas anteriormente por los nazis y que esperaban ansiadamente una liberación que fue en muchos casos peor que su situación previa. Las violaciones también se repitieron en países como Bulgaria, Checoslovaquia, Polonia o Yugoslavia.
En la guerra en Asia también sufrieron las consecuencias las mujeres coreanas, chinas y filipinas, que fueron violadas repetidamente por las tropas japonesas, convertidas en muchos casos en esclavas sexuales. El gobierno chino todavía reclama indemnizaciones económicas para las víctimas de la invasión nipona.
En guerras posteriores se han dado nuevamente casos de violaciones de mujeres, como los perpetrados por los soldados de Estados Unidos en Vietnam durante la guerra de 1958 a 1975.
En la década de 1990 se dieron numerosos casos de violaciones en las guerras de Croacia y Bosnia-Herzegovina, en este último país se calcula que 20.000 mujeres fueron violadas por los serbios. Desgraciadamente en los últimos casos también han salido impunes los agresores.
EN NUESTROS DÍAS
La amplia mayoría de las sociedades prohíben el acto de violar, en cualquiera de sus variantes. Sin embargo, en aquellas sociedades donde la mujer tiene por ley menos derechos que el hombre, existe cierta clase de tolerancia solapada.
En las zonas tribales de Pakistán, se ha sabido de casos donde tribunales regionales han condenado a mujeres a ser violadas (incluso cuando éstas no han cometido crímenes, o tales crímenes fueron cometidos por otros miembros de sus familias, usualmente hombres). En este mismo país tribunales islámicos, que pese a no tener legitimación oficial operan de facto, han llegado a condenar a muerte a una mujer por el hecho de ser violada, por lo que el agresor no solo queda impune, sino que es premiado con un nuevo castigo de su víctima. Sin embargo, a nivel oficial, los estados aparentan combatir la violación en todas sus formas.
Además, la violación es común en zonas de guerra. Por ejemplo, en África, donde en la actualidad existe diversidad de conflictos armados, se ha sabido de que prácticamente todas las mujeres de ciertos poblados han sido violadas por miembros del bando contrario, sin que en muchas ocasiones se pueda llevar a juicio a los responsables, ni ha sido posible que las víctimas sean resarcidas.
En Myanmar operan los batallones de violadores. Son grupos de soldados birmanos, en ocasiones de alto rango, dedicados a la violación sistemática y selectiva de mujeres y niñas de la minoría étnica Shan, residente en la frontera entre Myanmar y Tailandia. Estos escuadrones fueron creados con la intención de conseguir desmoralizar, aterrar, reprimir y controlar a este grupo étnico y, en última instancia, conseguir su exilio hacia Tailandia.
Su modus operandi consiste en realizar una gira por las poblaciones birmanas reclutando a jóvenes que son obligadas a desfilar, secuestradas de sus hogares y violadas cada noche hasta que los soldados cansados de ellas deciden asesinarlas a sangre fría.
Se viola en grupo a mujeres con siete meses de embarazo. Se obliga a niñas a realizar trabajos forzados durante el día y se las viola por la noche durante meses enteros. Se viola a madres e hijas juntas. Se viola a niñas de hasta 4 años de edad.
Las minorías étnicas de Myanmar, la antigua Birmania, han huido durante décadas del hambre, la guerra y las torturas provocadas por uno de los regímenes militares más brutales del mundo. Pero muchas de las refugiadas que estos días cruzan la frontera y llegan a la vecina Tailandia no lo hacen para esquivar las balas ni buscar comida para sus hijos, sino huyendo del conocido «batallón de los violadores».
Los testimonios recogidos por las organizaciones de birmanos exiliados en Tailandia describen las violaciones en los desfiles militares, casos de mujeres embarazadas de siete meses sometidas a jornadas de abusos por grupos de hasta medio centenar de soldados o ejecuciones sumarias de víctimas que se resisten o ya no interesan a los militares.
El número de agresiones y la forma sistemática en la que se llevan a cabo han llevado a las organizaciones birmanas en el exilio a denunciar que la Junta Militar ha desarrollado una política de «licencia para violar» para aterrorizar a los opositores. Los desfiles organizados en los cuarteles son aprovechados para que los militares puedan escoger a sus víctimas dentro de un sistema de gratificación y entretenimiento que recuerda al creado por los japoneses durante la ocupación de Asia en la primera mitad del siglo XX.

PERFIL DE UN VIOLADOR
         Para comprender la patología, se deben tener algunos datos acerca de la vida del delincuente. Su historia muestra desintegración familiar, falta de supervisión y carencia de afecto y cuidados, rodeados durante la infancia en condiciones muy poco favorables. Estas dan lugar a características sádicas y dominantes. Muestran gran inseguridad, lo que hace que su comportamiento sea tímido, retraído, inhibido. Esto genera fallas en la comunicación interpersonal y desconfianza.
Su pensamiento es de tipo obsesivo con contenidos sexuales y tiende a ser ilógico ya que tiene una personalidad inmadura y conflictiva. Su afectividad posee un grave trastorno que parte de su conflictiva sexual, es dependiente, de baja autoestima y la angustia que proyecta está manifestada por la necesidad de controlar sus impulsos sexuales y no poder hacerlo.
Presenta alteración de la consciencia y niega sus conflictos y comportamiento asociales y agresivos. Por lo general disminuye su culpa atribuyendo el ataque sexual a su víctima. Su atención y percepción están fuertemente influidas por el contenido sexual de su problemática.
Este comportamiento delictivo está asociado a parafilias, las cuales se caracterizan por impulsos sexuales intensos y recurrentes, fantasías o comportamientos que implican objetos, actividades o situaciones poco habituales. Estos trastornos producen malestar clínicamente significativo o deterioro social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo.
Tipos de aspecto común y corriente, integrados, que no se caracterizan por llamar demasiado la atención. El perfil de los violadores es frecuentemente tan común a los ojos de su entorno, que se desmarca con facilidad de la imagen que le atribuye un imaginario colectivo tan difundido como poco fundamentado.
De acuerdo con un informe difundido en el sitio web psicofxp.com, titulado Identikit psicológico de un violador - Análisis de una conducta aberrante, “Hay individuos de todos los niveles sociales y en la mayoría de los casos llevan una doble vida, sin culpas ni remordimientos. Necesitan someter al otro para expresar poder. Algunos padecen graves disfunciones sexuales.  Su estructura psíquica les impide amar y sólo gozan al producir daño. No hace falta que reúna características monstruosas: el violador puede ser cualquiera”.

          Al respecto, el Dr. Andrés Mega, Psiquiatra, Psicoterapeuta y Psiquiatra Forense, Presidente de Millennium Fundación Psiquiátrica, resalta: "Un violador puede ser un atildado ejecutivo, padre y esposo perfecto. Hay un enorme porcentaje que tiene una patología psiquiátrica y una desviación sexual. Hay otros con rasgos de personalidad anormal que pueden surgir frente a determinadas circunstancias. Indudablemente, algo le pasa al violador. Pero lo patológico no es lo sexual sino la demostración de poder, que lo hace pasar por encima del deseo del otro.".

          En base a esto último, se puede decir que: “El violador puede sostener una situación conyugal y familiar y cumplir biológicamente con sus deberes de alcoba, pero no entiende ni una sola palabra de amor, sino que, a lo sumo, puede sentir apegos, complicidades ".
De acuerdo a un estudio reciente sobre sesenta violadores y abusadores sexuales procesados y/o condenados por la Justicia Federal en distintas unidades penitenciarias  federales y provinciales, realizado por la Trabajadora Social María Eva Sánz, resalta que “Las personas que cometen un delito sexual no son seres solitarios. Tampoco son personas muy mayores, dado que la mayoría tiene entre 21 y 35 años, ni gente que suele vagabundear ya que en la mayoría de los casos tenían un empleo fijo”.
El trabajo también aporta otros datos interesantes:
• El 50% de las personas detenidas por violación realizó la escolaridad secundaria y universitaria;
• El 43%  se crió en el seno de una familia con mamá, papá y hermanos;
• El 62% nunca se alcoholizó;
• El 85% nunca consumió drogas y
• El 80% no tenía antecedentes penales por robo, estafas u homicidios.
Por otra parte, el estudio indica que los detenidos consultados tenían en común haber padecido alguna forma de maltrato infantil. Los recuerdos de los entrevistados se remontaban a:
• Padres y/o cuidadores víctimas de violencia conyugal (58,3%);
• Padres y/o cuidadores con adicción al alcohol (31,7%);
• Una asociación de desempleo con bajos recursos económicos para la satisfacción de sus necesidades básicas (58,3%);
• Haber presenciado violencia (71,7% ) y
• Haber sido sometidos a abusos físicos, emocionales y sexuales entre los 6 y los 14 años (86,7%).
Tomando como referencia estos datos, se puede establecer que “Estas humillaciones les dejaron como secuela principal un gran odio y la necesidad de vengarse sobre otros tan indefensos como alguna vez lo fueron ellos. El problema es que, a diferencia de otras patologías, los violadores no suelen tener cura. No sólo por falta del tratamiento adecuado sino, más que nada, porque no sienten culpa por lo cometido.  Asimismo, tienen un pronóstico reservado y requieren un cuidadoso tratamiento y un estricto control posterior dado el alto riesgo de reincidencia".
Para el Psicólogo Jorge Corsi, “Una persona que decide violar a otra no es alguien obsesionado por el sexo ni busca la violación para procurarse placer sexual. Si viola es porque ese acto representa para él la forma más acabada de sentir sobre otro el poder de una dominación física total y de una humillación psicológica extrema. Por eso para el violador suele ser fundamental que la persona abusada esté siempre indefensa”.
          Además, los especialistas coinciden en que no hay un cuadro patológico preciso del violador, dado que no suelen ser enfermos mentales y sus historias clínicas no revelan un porcentaje mayor de patología psiquiátrica que los que se encuentran en la población en general.
Por su parte la Lic. en Psicología Isabel Boschi, señala: “Un elemento central de su estructura psíquica es la necesidad de humillar a su víctima. Provocar terror, lastimar, acosar físicamente a quien arremete. Son elementos altamente estimulantes para el violador. Su goce está en un estímulo no convencional: provocar daño al otro".
      Para el Dr. Federico Aberastury, Titular de la Asociación Psicoanalítica Argentina, “El violador presenta frecuentemente características de la estructura perversa. Su perfil responde a una determinada patología de la repetición caracterizada por su tendencia a la acción impulsiva. Son también llamados borderline, casos lindantes con la estructura psicótica”.

          Agrega que: “Este tipo de patología se relaciona con un déficit en la organización del yo, a causa de una falla en la función del nombre del padre en la primera infancia (patología narcisista), y que genera una tendencia a la vivencia angustiosa de un vacío existencial”.

          Afirma que: “El violador compulsivo es como el criminal serial: no puede evitar pasar al acto. Entonces, la consumación de la violación –y la posterior repetición del acto- posibilitan en el victimario un alivio que es siempre transitorio y no responde a un estado de excitación sexual previo”.
         Añade que: “Las patologías que responden a la repetición son ahistóricas. Es decir, el victimario no siempre fue víctima de una violación con anterioridad.  Pero con seguridad el violador va a repetir el hecho, no importa cuánto tiempo pase, debido a que se trata de un acto para paliar la angustia”.

         En otro aspecto sostiene que: “En la cárcel, los violadores son a su vez violados pero a causa de un código interno”.
Todo lo anterior, establece Aberastury, “Permite contemplar al violador como negador de la libertad, elemento esencial del encuentro, del trato-con, del contrato sexual y amoroso de la pareja, y en su negación van a influir no sólo factores tóxicos, sino también de inteligencia, de emoción alterada, y socioculturales, de intolerancia y racismo”.
Finalmente afirma: “El violador, en el fondo es un machista frustrado, impotente y degradado”.
FACTORES Y CAUSAS QUE ORIGINAN LOS ACTOS SEXUALES AGRESIVOS
Inclinaciones homosexuales: Los hombres impotentes y las mujeres frígidas pueden ser incapaces de disfrutar relaciones heterosexuales por tener inclinaciones homosexuales.
Orientación inadecuada: Consejos inadecuados proporcionados por orientadores profesionales pueden originar escarbar inadecuaciones sexuales. Ciertos médicos informan a sus pacientes masculinos que la impotencia secundaria es incurable; otros, que constituye un fenómeno natural característico del proceso de envejecimiento.
Consumo excesivo de alcohol: En ocasiones, ciertas personas sufren de impotencia secundaria debido a que se preocupan, intensamente al notar en ellos, una normal reducción de la responsabilidad sexual ocasionada por un consumo excesivo de alcohol.
Se sabe que el alcohol suprime en los hombres el apetito y la sensibilidad sexual al tiempo que irónicamente, disminuyen sus inhibiciones. Después de haber bebido demasiado, el hombre puede descubrir que no puede tener una relación, sin embargo, en lugar de atribuir su falta de excitación sexual a un exceso en la bebida empiezan a preocuparse al respecto y después de algunos fracasos se puede desarrollar en su mente un deseo de ataque sexual con el propósito de obtener tal satisfacción, aunque en la mayoría de los casos no podrá eyacular, pero podrá experimentar otro tipo de satisfacción ya mencionadas con antelación.
Causas fisiológicas: Varios de estos desordenes pueden atribuirse a lesiones físicas, infecciones en la vagina, cicatrices causadas por algún accidente que de una u otra forma desfiguren el rostro o bien el cuerpo, infecciones en el pene y en la glande del pene que ocurre generalmente por falta de limpieza; este tipo de situaciones causan problemas internos en la personalidad de los individuos que la padecen, orillándolos a cometer violaciones, actos sádicos, y en resumen todo tipo de desviaciones sexuales en virtud de que son personas socialmente rechazadas.
Factores socioculturales: Como ya se mencionó en el punto anterior, las tendencias culturales influyen notablemente en las actitudes tomadas por estas personas inadaptadas, las cuales responden a estímulos sociales de rechazo, tanto en su persona física, como en aspectos intelectuales, como por ejemplo, asuntos de trabajo, así como también artísticos, etc.
TIPOS DE VIOLADORES    
J. A. García Andrade, menciona que: “En toda violación hay un momento en que la vida de la víctima corre peligro de muerte, pues el violador, en la mayor parte de los casos, cuando actúa lo hace como un perverso sexual que puede ver peligrosamente potenciada su agresividad por la resistencia de la mujer. En él prima más el poder que el sexo, y cualquier resistencia que tenga que vencer le estimula en su patología cada vez más y más, en la búsqueda insaciable de un placer que no llega”.
           Para este autor, existe un primer tipo de agresor sexual: el violador ocasional, que es una persona convencionalmente normal, pero que en una determinada circunstancia y ante una mujer bien diferenciada, y casi siempre desconocida, bajo los efectos del alcohol en la mayoría de las ocasiones, no pone en marcha sus frenos inhibitorios ni éticos y da salida a un acto violento en forma impulsiva e incontrolada que no suele repetir.
Estos sujetos se reinsertan con facilidad y no suelen suponer un gran riesgo social, exceptuando el hecho aislado y ocasional a que dieron lugar de forma totalmente imprevisible incluso para ellos.
Es decir que actúan impulsados por una excitación sexual circunstancial y condicionados por los efectos de determinados estimulantes (drogas, alcohol), cometen la violación de forma no planificada y, normalmente, presentan remordimientos después de la misma, al ser una conducta contraria a sus valores y creencias personales. Psicológicamente, son individuos con baja autoestima, tendientes a la frustración y socialmente inhibidos.
           En segundo lugar se encuentra entre los violadores el débil mental u oligofrénico, que, por su situación de hambre sexual, busca a la mujer para dar salida a sus impulsos, no importándole quién sea ni dónde sea, ni siquiera si la víctima es una menor, lo que facilita las cosas, ya que con la mujer hecha y derecha siempre se encontrará en inferioridad de circunstancias, no físicas, por supuesto, sino en la propia dialéctica de los sexos, en que siempre será vencido. Estos sujetos suelen dotar a sus violaciones de una especial hostilidad ya que en ellos el acto se carga de venganza, pues en no pocas ocasiones la mujer se ha reído de él y le ha llamado tonto, lo que vivencia el débil mental como una espina irritativa, nebulosamente concienciada, que le hace dolerse ante la afrenta de ser despreciado.
En íntima relación con el segundo grupo se encuentra el perverso sexual, personalidad psicopática de gran resonancia social y criminal. Hay que distinguir el cuadro puro con los del débil mental disarmónico de carácter psicopático y del psicópata sexual con escasa dotación intelectual, mezcla que, cuando se da, aumenta de forma importante la peligrosidad del violador, ya que el perverso sexual busca encontrar en la fuerza empleada contra la mujer la seguridad de su sexualidad precaria y pobre, ante la que necesita autoafirmarse.
Esta es la razón por la que la resistencia de la mujer estimula su agresividad, siendo éste el motivo del alto riesgo del perverso sexual, en el que los elementos sádicos determinantes de sus actos no son superdisponibles, propiamente, a la violencia vindicativa del oligofrénico, aunque en algunos casos puedan darse de forma conjunta y mezclada.
            Otro tipo de violador es el violador fanático, aquel que llega a la violación para lavar la raza y la sangre, a través de la idea sobrevalorada de la raza pura.
            En cambio, la Lic. Isabel Boschi establece que pueden agruparse en dos grandes grupos: los ocasionales, que pueden perpetrar la aberrante conducta estimulados por drogas, alcohol, o junto a un grupo que instigue y los parafílicos, que tienen conductas compulsivas crónicas, ligadas a traumas sexuales pero también a negligencia, maltrato y abandono en la infancia.
En este segundo grupo se encuentra el sadismo, el cual implica actos reales, no simulados, en los que el sufrimiento físico o psicológico (incluyendo la humillación) de la víctima es sexualmente excitante.
Algunos individuos con este trastorno se encuentran alterados por sus fantasías sádicas, las cuales evocan durante la actividad sexual, pero sin llevarlas a cabo; en estos casos las fantasías sádicas consisten normalmente en tener un completo control sobre la víctima, que se encuentra aterrorizada por la anticipación del acto sádico. Otros individuos satisfacen las necesidades sexuales sádicas con una pareja que consiente (que puede ser masoquista sexual) sufrir el dolor o la humillación.
Otro tipo de individuos con sadismo sexual llevan a cabo sus necesidades sexuales con víctimas que no consienten. En todos los casos es el sufrimiento de la víctima lo que produce la excitación sexual.
           El Dr. Mega, distingue entre los violadores que buscan la ‘compliance’ de la víctima, es decir, que ésta logre satisfacción sexual y otros que van directamente a hacer daño. Asegura que: “Este segundo grupo es el más peligroso. Allí es donde se encuentra a los individuos con mayores trastornos sexuales, generalmente sin erección y con eyaculación precoz, que producen mayor daño genital o extra genital a su víctima.".
VIOLADORES IMPULSIVOS, VIOLADORES SERIALES
Karina Arcuschin, perito psicóloga del Poder Judicial, diferencia a su vez otras categorías, como los violadores impulsivos y los violadores seriales. Al referirse a los primeros afirma que en su caso, "la violación es el resultado de aprovechar la oportunidad que se les presenta en el transcurso de otros hechos delictivos". En estos sujetos, la especialista distingue una característica, también presente en otros tipos de violadores: "Un grado de inmadurez sexual y de baja autoestima tales que necesitan que su víctima muestre poca peligrosidad e indefensión para evitar así mantener una sexualidad con pares, consentida, en la que los juicios valorativos puedan resultar descalificantes".

En el violador serial, en tanto, dice Arcuschin, la única condición de placer sexual está ligada al sometimiento de la víctima. "Son sujetos que presentan escasa conexión con experiencias propias de frustración o dolor y fallas constitutivas muy severas en su psiquismo" apunta.
Por su parte, Cáceres hace hincapié en otro rasgo distintivo de este último tipo de violador: la costumbre de perpetrar las violaciones de manera ritual, repitiendo zonas, horarios y signos.
DIFERENCIAS ENTRE VIOLADORES Y ABUSADORES
Olga Cáceres diferencia el perfil del autor de una violación del que caracteriza a un abusador sexual.  "El abusador sexual habitualmente es alguien del entorno de la víctima, crea un lazo basado en la confianza para obtener de su víctima el placer sexual. En el violador, la búsqueda del placer sexual no es central. El eje fundamental de su accionar pasa por el poder. No buscan obtener placer, sino tener el dominio total sobre el otro".

           Agrega que: “Así como uno de los rasgos salientes del violador es el de mantener su comportamiento abusivo separado del resto de su vida, también destacan en su personalidad otros aspectos comunes. Entre ellos, la inseguridad, la necesidad de obtener la aprobación de los demás, la inmadurez afectiva, el ser proclives a la agresividad y tener una muy baja tolerancia a la frustración.

Dentro de los abusadores, podemos encontrar tres tipos.  Están aquellos en el que su placer está en el exhibirse. Esta conducta es denominada Exhibicionismo.  Luego, están aquellos en el que su placer pasa por el hecho de tocar a otros.  Esta conducta se llama frotamiento, y se la usa por lo general donde haya aglomeramiento de gente.  Finalmente, están aquellos que van directo a la acción.  Son abusadores y su satisfacción pasa por el hecho de manosear a terceros.  Esta conducta es la propia de lo que el Código Penal estipula como Abuso Deshonesto Agravado.
FANTASÍAS SEXUALES
Un sector de la población fantasea con cierta frecuencia, acerca de situaciones de violación. Ya sea ser víctima de una violación, o ser el violador.  Las personas pueden tener esta clase de fantasías sexuales, sin que ello signifique que sean "violadores en potencia". Entre los autores que defendieron este punto de vista está Simone de Beauvoir en su obra El segundo sexo.
LA VIOLENCIA FEMENINA
           Contrario a lo que suele establecerse, según García Andrade, “Es cierto que la violencia de la mujer hacia el hombre es excepcional y jurídicamente indemostrable.  Sin embargo, la otra violencia, no violación, de la mujer sobre el varón, es más habitual de lo que podría pensarse: me refiero a la violencia que supone muchas veces el ejercicio de la "vagina dentada", que castra psicológicamente al varón, le maltrata o le hiere, dando lugar a secuelas emocionales difíciles de superar y que a veces se realizan de forma especialmente cruel a través de la ironía, la risa, la humillación o el rechazo, con esa sutileza que tantas veces tiene la agresividad femenina”.
Por supuesto, dice el autor, “La vagina con dientes es un término psicodinámico, y es también psicodinámica la interpretación de la castración masculina a manos de la mujer. Aun así, el hombre, avergonzado de su situación, difícilmente denunciará una circunstancia que sólo suele quedar en el secreto del despacho del psiquiatra. La sutileza de este tipo de castraciones es tan inaparente que incluso pasan desapercibidas para las propias mujeres castradoras, desconocedoras tantas veces de sus propios actos, de sus intenciones y, por supuesto, de los resultados”.
LA VÍCTIMA

          Para muchos especialistas, la víctima típica de la violación es una mujer de 16 a 24 años de edad; sin embargo, cualquiera, hombre o mujer, adulto o niño, puede ser víctima de una violación. Con más frecuencia, el violador es un hombre de 25 a 44 años de edad que premedita su ataque. Por lo general, selecciona una mujer de la misma raza y casi en la mitad de las ocasiones la víctima conoce al violador, al menos casualmente, por trabajar o vivir cerca de él. El alcohol está involucrado en más de 1 de cada 3 ocasiones.
             Más del 50% de las violaciones suceden en la casa de la víctima cuando el violador irrumpe o logra entrar con falsos pretextos, como pedir el teléfono o haciéndose pasar por el hombre de mantenimiento o un vendedor.
CULPABILIZACIÓN DE LA VÍCTIMA
            Esto se refiere al hecho de señalar como responsable de la violación a la propia víctima. En casos como estos, se acude a razonamientos que buscan justificar la violación, como asumir que la víctima incurrió en "conductas inadecuadas", o que "se vistió de forma provocativa". Se piensa que la víctima "se lo buscó". Sin embargo, en el mundo occidental, este razonamiento no es aceptado como argumento de la defensa del violador.
Un estudio a nivel mundial de las actitudes hacia la violencia sexual, llevado a cabo por el Foro Global para la Investigación sobre la Salud, muestra que culpar a la víctima es una situación parcialmente aceptada en muchos países (incluso occidentales, a pesar de que tales alegatos carecen de valor legal).
Finalmente, el razonamiento que impera en el sistema legal de muchos países es que nadie merece ser víctima de un crimen: nadie merece que le roben; nadie merece ser asesinado; nadie merece ser secuestrado; por ende, nadie merece ser violado.
SÍNTOMAS
           La violación es un evento muy traumático. La víctima puede ser o no capaz de expresar que fue violada o puede buscar atención médica quejándose de algo distinto. Las reacciones emocionales son muy diferentes y pueden abarcar: confusión, retraimiento social, llanto, nerviosismo o risa aparentemente inapropiada, insensibilidad, hostilidad y miedo.
SIGNOS Y EXÁMENES
           Se debe obtener una historia médica a manera de apoyo y no de juicio. La historia incluirá los detalles del ataque: la fecha y hora de la violación, dónde tuvo lugar y lo que ha hecho la víctima desde que se produjo el ataque (por ejemplo, si se bañó, si se cambió de ropa o si fue directamente al hospital).
            De ser posible, esto debe hacerse ante oficiales de policía y médicos para eliminar la necesidad de que la víctima tenga que recordar los detalles del incidente una y otra vez.
            La información adicional que se debe obtener para la historia médica incluye la posibilidad de un embarazo antes del ataque, la fecha de la última menstruación, antecedentes ginecológicos pertinentes que incluyen cualquier agresión o abuso sexual previo y la presencia de lesiones o enfermedades recientes o crónicas, así como cualquier medicamento que esté tomando.
             Se debe realizar un examen físico completo para documentar cualquier signo de trauma y se recomienda tomar fotografías para documentar hematomas, rasguños o cortaduras. Igualmente, se deben tomar radiografías si se sospecha que hay fracturas.
             Se recogen numerosos especímenes y muestras como evidencia, tales como ropa, muestras de vello púbico (en particular si se notan materiales extraños), restos bajo las uñas y muestras vaginales (y orales o anales, según el caso) para examinar la evidencia de esperma y hacer exámenes de enfermedades de transmisión sexual.
TRATAMIENTO
            Se recomienda que la víctima vaya inmediatamente al hospital luego de la violación sin cambiarse de ropa, ni ducharse, ni bañarse ni orinar, pues estas actividades pueden alterar o destruir la evidencia que puede ayudar a identificar y procesar al violador.
            El tratamiento hace énfasis en brindar apoyo emocional mientras se recoge una evidencia objetiva adecuada para verificar la denuncia de violación de la víctima. Si hay una persona de apoyo que la víctima desee que esté presente, se hacen todos los esfuerzos para que la persona esté ahí, de lo contrario se "asigna" a alguien (como una enfermera) para que se quede con la víctima durante todos los interrogatorios y el examen.
             La víctima no debe quedarse sola a menos que así lo desee. Se le debe ofrecer la alternativa de ser interrogada, inicialmente en ropa de calle, en lugar de colocarle una bata hospitalaria.
             Se le debe explicar a la víctima todo el procedimiento del examen y de recolección de muestras antes de comenzar, y siempre que sea posible se le deben dar opciones con la finalidad de que recobre el sentido de control. Mantener un ambiente de apoyo, libre de juicios de cualquier índole, puede animar a la víctima a expresar cualquier tipo de sentimientos que se originen.
             El tratamiento consiste en abordar cualquier posibilidad de embarazo o de enfermedades de transmisión sexual, ofreciendo información pertinente a dichas posibilidades y administrando los cuidados inmediatos para cualquier trauma físico y emocional presente, así como la planificación de los cuidados posteriores.
             Si existe alguna posibilidad de que el violador esté infectado con VIH, se debe explicar y ofrecer a la paciente profilaxis posexposición (PPE, una forma de reducir las posibilidades de infección mediante el uso inmediato de medicamentos antirretrovirales).
PRONÓSTICO
            La recuperación de una violación suele consistir en dos fases:
• Una fase aguda que es un período inmediato que comprende el dolor físico y recuperación de las heridas, las reacciones emocionales y los mecanismos que se deben utilizar para enfrentar esta situación; y
• Una fase de reorganización, la cual tiene lugar alrededor de una semana después de la violación y que puede durar meses o hasta años, mientras la víctima intenta reestructurar y "continuar con su vida".
            La psicoterapia de grupo con otros sobrevivientes de violaciones ha demostrado ser el tratamiento más efectivo.
COMPLICACIONES
             Algunas mujeres nunca logran una recuperación emocional completa luego de una violación. Una complicación común es el trastorno de estrés postraumático, cuyos síntomas abarcan pesadillas recurrentes o recuerdos intrusos (reviviscencias) del hecho, aislamiento social, depresión, ansiedad e insensibilidad emocional. La psicoterapia cognitiva y los medicamentos antidepresivos han demostrado efectividad para el tratamiento de este trastorno.
            Más del 50% de las víctimas de una violación tienen dificultades al reestablecer relaciones con sus esposos o parejas o, si no las tienen, de participar de nuevo en el "escenario de las citas amorosas".
            Se pueden empeorar trastornos psiquiátricos ya existentes, así como también se pueden desarrollar o acentuar comportamientos suicidas o neuróticos y la drogadicción.


EFECTOS DE LA VIOLACIÓN EN LAS ADOLESCENTES

La investigación en el área de las consecuencias de la violación en la población adolescente señala los principales efectos:

• Cambios súbitos de personalidad.
• Baja en el rendimiento académico.
• Múltiples parejas sexuales.
• Retiro de las actividades.
• Repentino comportamiento fóbico.
• Abuso de drogas o alcohol.
• Desórdenes de la alimentación.
• Aislamiento de los grupos de pares.

Los efectos de la violación en adolescentes pueden evaluarse por medio del Desorden de Estrés Post Traumático, o bien, más específicamente a través del Síndrome del trauma Post Violación. El Desorden de Estrés Post Traumático es una categoría diagnóstica para evaluar la presencia de los efectos de un trauma. No es una enfermedad mental, sino el conjunto de consecuencias que experimenta una persona normal ante una experiencia anormal.

CRITERIOS DIAGNÓSTICOS DEL DESORDEN DE STRESS POST TRAUMATICO

1. Existencia del evento traumático (violación);
2. Re-experimentación del trauma;
3. Reducido contacto con el mundo y
4. Síntomas tales como: problemas de sueño, hipervigilancia
SÍNDROME DEL TRAUMA POST VIOLACIÓN
Se le considera una subcategoría del Desorden de Stress Post Traumático. Las adolescentes pueden reaccionar de diferente manera ante el estrés y el trauma pos violación, pero la mayoría de las víctimas atraviesan tres estadios que se definen en el Síndrome del Trauma Post Violación:
1. Trauma: Miedo a estar a solas, temor a los hombres, problemas sexuales, depresión, desconfianza, problemas físicos asociados al estrés, sentimientos de enojo, culpa, dolor, vergüenza y ansiedad.
2. Negación: No desear hablar acerca de la experiencia, deseo de olvidar, negar consecuencias, intentos repetitivos para dejar la experiencia en el pasado.
3. Resolución: Se afrontan los sentimientos y los pensamientos asociados al trauma. Recobrar el sentido de control sobre la vida propia.
CASOS DE VIOLADORES RECONOCIDOS
El secuestro violación consiste, básicamente, en violar a una persona y encerrarla en algún sitio para seguir violándola durante días, meses o años. La modalidad más extendida es la violación de niñas, a las que dejan encerradas en el domicilio, bajo la vigilancia del ama de casa.
El hecho de que un psicópata encierre a una menor en su casa para violarla no llama poderosamente la atención, pero la cuestión de la esposa colaboradora casi produce más espanto.
En los últimos tiempos abundan este tipo de parejas: Dutroux, Fourniret y sus respectivas esposas son los más conocidos y probablemente los más repugnantes, pero no son los únicos.

Randall Lee Fisher
Randall Lee Fisher, de 43 años, ha sido acusado en julio de secuestro, agresión sexual, posesión de armas y obstrucción a la justicia en Sturgeon Bay (Wisconsin, EE.UU.) Al parecer, encerró a una chica de 22 años en el sótano de su casa para violarla diariamente durante dos semanas.
La joven consiguió huir, tras ganarse la confianza del violador que la dejó sin vigilancia, con lo que pudo llamar a un taxi que la llevó a un centro de servicios sociales. La policía preguntó en varias ocasiones en casa de Randall por la joven desaparecida, y su esposa, Sharon Fisher, dijo que no la había visto, a pesar de que sabía que la chica estaba encerrada en el sótano. La víctima declaró que Sharon había colaborado con su marido en las violaciones, y la esposa alegó que no podía decir nada por miedo.

No es frecuente que los asesinos o violadores en serie actúen en pareja porque los psicópatas suelen ser gente solitaria. Pero de vez en cuando encuentran a alguien que les sigue la corriente, a otro trastornado de su cuerda, y a partir de entonces el psicópata suele ser mucho más peligroso.

Martha Beck y Raymond Fernández, los "Asesinos de los Corazones Solitarios", forman una de las parejas criminales más famosas. Su historia conmocionó a la opinión pública en los años cuarenta. Raymond nació en Hawaii en 1914 y se fue a vivir a los tres años a Connecticut (EE.UU.) Era hijo de padres españoles y vivió en España entre 1932 y 1945. Se casó en Orgiva (Granada) con Encarnación Robles y tuvo cuatro hijos.
Durante la Segunda Guerra Mundial trabajó para el Servicio de Inteligencia Británico. Al acabar la guerra decidió regresar solo a Estados Unidos. Hasta entonces era un tipo aparentemente normal, pero en la travesía de vuelta se dio un golpe en la cabeza que le dejó un poco trastornado. A partir de esta fecha, empezó a estudiar magia negra y llegó a la conclusión de que tenía un poder irresistible para las mujeres.

Entonces, decidió sacarle partido a sus encantos y durante dos años se dedicó a seducir a más de un centenar de mujeres, a las que dejó sin joyas ni dinero. Para conocer a sus víctimas utilizaba el método tradicional de poner anuncios en la sección de los periódicos.
De esta forma conoció a Martha (foto), una enfermera divorciada de 115 kilos. Aunque se fueron a vivir juntos, Raymond seguía dedicándose a conquistar solitarias, y Martha empezó a celarse. Así que, decidieron matar a las enamoradas, después de desplumarlas, como prueba de que la enfermera era la única que ocupaba realmente el corazón del Casanova. Martha se hacía pasar por la hermana de Raymond y en ocasiones llegaba a dormir con las víctimas para evitar que tuvieran relaciones sexuales con él.
Los acusaron de diecisiete crímenes y los condenaron a pena de muerte por el asesinato de Janet Fay. Fueron ejecutados en la silla eléctrica en 1951, en la cárcel de Sing Sing.
Martha Beck se mostró durante el juicio como una mujer enamorada que habría hecho cualquier cosa por su amor. Pero para la prensa era una gorda inmunda con un repulsivo apetito sexual. Raymond contó que a veces la enfermera se entretenía jugando a las cartas con una futura víctima y que la que ganaba se acostaba con él. (Esto en los años cuarenta era algo terrible).
Beck fue más allá y se dedicó a describir los hábitos sexuales de la pareja, que estaban relacionados con el Vudú. Debían ser algo espantoso porque el día que se habló de este tema en la sala de vistas se organizó un tumulto y tuvieron que ir dos docenas de policías a contener al público.      

Otra pareja destacada es la de Ian Brady (foto) y Myra Hindley. Myra era una chica normal de Manchester, que trabajaba de niñera y se había convertido al catolicismo, hasta que conoció a Ian Brady. Él se ocupó de abrirle los ojos y le daba charlas sobre sus obsesiones: Hitler y el marqués de Sade. Así que, la chica se tuvo que leer "Mi Lucha", "Seis Millones de Muertos" y "Eichmann", y esto la debió trastornar.                                                                                                                                                                     
Sus relaciones sexuales fueron evolucionando poco a poco hacia el sadomasoquismo y, finalmente, Myra se tiñó el pelo de rubio y se compró unas botas de tacón. Ahora odiaba a los niños, la religión, el matrimonio y las reuniones sociales. Los condenaron a cadena perpetua en 1966 por matar a cuatro niños, y en 1987 confesaron ser autores de otros dos asesinatos.

  Myra falleció en la cárcel en 2002

En principio, Ian reconoció los crímenes y exoneró de culpa a su compañera. Pero con la separación, Myra se dio cuenta del lavado de cerebro que había sufrido y empezó a echarle la culpa de todo a su amado.

Entonces, Ian, dolido por la traición, narró con pelos y señales la participación de Myra en los crímenes, testimonio que la convirtió en la mujer más odiada de Gran Bretaña de todos los tiempos.
Myra murió en prisión en 2002, a los 60 años. En 1998 se le denegó una petición de libertad condicional. Brady, que ahora tiene 66 años, está en un psiquiátrico penitenciario.
En los años ochenta surgieron nuevas parejas criminales que siguieron la estela de estos pioneros, aunque alcanzaron mucha menos notoriedad. Therine y David Birnie de Perth (Australia), Douglas Clark y Carol Bundy de Los Ángeles (EE.UU.), Alton Coleman y Debra Brown de Illinois (EE.UU.) y Charlene y Gerald Gallego de California (EE.UU.), son algunos de los más famosos.
En Austria, Josef Fritzl, era considerado un vecino "amable" y un abuelo "autoritario" pero también "generoso", "entregado", "educado" y "siempre dispuesto a ayudar a los otros". En mayo del corriente año se descubrió que durante 24 años ese hombre de aspecto inocente había mantenido encerrada a su hija Elisabeth en un sótano y le había engendrado siete hijos.
El drama de Amstetten, una ciudad industrial a 130 km de Viena en el este de Austria, abrió de inmediato una serie de interrogantes sobre ese país, donde parecen proliferar los casos sórdidos, como el de Natascha Kampusch, que permaneció ocho años en un sótano secuestrada por un desequilibrado.
Allí, drogó, esposó y encerró a su hija un día de 1984, cuando Elisabeth tenía 19 años. Con el paso de los años, acondicionaría este espacio de 60 metros cuadrados en un angosto cuchitril con tres pequeñas habitaciones, aseos, una ducha, una cocina y un televisor.
Desde el principio, Fritzl prohibió a su entorno que accediera al sótano, con el pretexto de que se trataba de su taller personal. Con el fin de no correr riesgos, construyó una puerta de hormigón armado con un cerrojo electrónico protegido por un código, un proceder "muy inteligente", según la policía.
En su interior, abusó sexualmente de Elisabeth, tal y como venía haciendo desde que la pequeña tenía 11 años, y le engendró siete hijos, como confirmaron las pruebas ADN efectuadas días atrás con los seis que viven y que tienen de cinco a 20 años.
A su esposa y a las autoridades locales les mintió con historias que fueron aceptadas por todo el mundo sin gran dificultad. Para justificar la desaparición de Elisabeth en 1984, explicó que había caído en las redes de una secta y como prueba, hizo escribir a la joven una carta dirigida a sus padres pidiéndole que dejaran de buscarla.
Con el tiempo, tuvo que ingeniárselas para revelar la existencia de tres de sus hijos fruto del incesto sin levantar la mínima sospecha. Con varios años de diferencia, los tres fueron depositados a los pocos meses de nacer en la puerta de su domicilio, junto a cartas escritas por Elisabeth, que desde su ′paradero desconocido′ recurría a los abuelos para que se hicieran cargo de los retoños. Elisabeth y sus hijos, están ahora en una clínica psiquiátrica.

En Argentina, un caso testigo es el de Marcelo Sajen, sindicado como el autor de 59 violaciones en la ciudad de Córdoba y considerado el mayor violador serial de la historia argentina. Cuando no delinquía, la vida de Sajen era tan normal que ni su mujer ni sus hijos sospecharon jamás lo que estaba pasando.




CONCLUSIONES

• Los violadores no se caracterizan por llamar demasiado la atención.
• Llevan una vida normal, son ejemplares esposos y padres.
• No son personas mayores ni suelen vagabundear.
• Provienen por lo general de familias con serias fallas de crianza y en algunos casos han sufrido abusos en su infancia.
• Presenta frecuentemente características de la estructura perversa.  Su tendencia está dirigida a la acción impulsiva.
• Por lo general presentan un coeficiente intelectual elevado.
• No hay un cuadro patológico preciso del violador, dado que no suelen ser enfermos mentales.
• La persona que viola no lo hace por el placer sexual, sino para sentir el poder sobre el otro.
• Va a repetir el hecho ya que de esta forma su acción sirve para paliar su angustia.
• No tiene cura porque no siente culpa por sus actos.
• Están aquellos que actúan de manera ocasional, por efecto de drogas o alcohol y los que producen el daño directamente, sin sentir culpa por ello.  En algunos casos éstos son presentan signos de debilidad mental.
• El abusador sexual habitualmente es alguien del entorno de la víctima, crea un lazo basado en la confianza para obtener de su víctima el placer sexual.  En cambio, en el violador,  el eje fundamental de su accionar pasa por el poder. No buscan obtener placer, sino tener el dominio total sobre el otro.





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Hasta el próximo

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