Siente Que Eres

Hoy trataré de dar respuesta a una interesante pregunta que me han formulado muchas personas: ¿Por qué es tan difícil sentir al ser?, ¿por qué es tan difícil disfrutar de la existencia y de la paz interior?

Msc.rafael Bestard Bizet
Msc.rafael Bestard Bizet
13 de April · 847 palabras.
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🕘 Resumen

El psicoterapeuta y profesor de Psicología, Rafael Bestard Bizet, explica que la razón por la cual es difícil sentir al ser y disfrutar de la existencia y paz interior radica en la dirección a la que se dirige la atención.

Si se mira hacia el exterior, se encuentra el mundo de los objetos, lo cual no es sinónimo del mundo de la vida y del ser.

Pero, si se mira hacia el interior, se encuentra el mundo del ser, la existencia, y la vida profunda, los cuales no se pueden encontrar afuera ya que son difíciles de conocer y requerir vaciar la mente para acceder a ellos.

La mente continuamente dice que para sentirse vivo, tienen que obtenerse cosas como equipos, carros, casas, títulos, poder, entre otros. Sin embargo, cualquier cosa obtenida del exterior no puede enriquecer al ser, porque no hay armonía entre ellas y su ser.

Es decir, cuanto más se acumulan cosas, más vida se desperdicia, ya que se compran al costo de la vida y la muerte se va acercando. El énfasis está en que no hay nada erróneo en tener prestigio, comodidades o poder, sino en que se ha desaprovechado la vida acumulando cosas sin profundizar.

SIENTE QUE ERES
AUTOR: Msc. Rafael Bestard Bizet
Psicoterapeuta y profesor de Psicología.

Hoy trataré de dar respuesta a una interesante pregunta que me han formulado muchas personas: ¿Por qué es tan difícil sentir al ser?, ¿por qué es tan difícil disfrutar de la existencia y de la paz interior?

Y la respuesta a esta pregunta es sencilla. Todo depende de hacía qué dirección miras. Si miras hacia afuera te encontrarás y sentirás el mundo de lo mucho, el mundo de los objetos, pero el mundo de lo mucho no es el mundo de la vida. Sin embargo, si miras hacia adentro, encontrarás el mundo del ser. El ser, la existencia, la vida no se puede buscar afuera. Están bien profundos. Y tienen una particularidad: la mente no puede conocerlos ni acceder a ellos porque para acceder a ellos la mente tiene primero que vaciarse y lamentablemente la mente siempre está llena.

La mente continuamente te dirá: “Para sentirte vivo, tienes que lograr esto o aquello, tienes que esforzarte, tienes que trabajar duro”. Y si escuchas a esa lógica de la mente continuarás corriendo de una meta a otra, te involucrarás en un galopar desenfrenado por la obtención de objetos: equipos, carros, casas, teorías, títulos, obras de arte, poder, renombre. Pero cualquier cosa que obtengas afuera realmente no te puede enriquecer porque pertenece al exterior y no puedes armonizar al ser con esas cosas. Al ser no le interesan esas cosas.

Cuanto más cosas acumules, más vida ha sido desperdiciada, porque ellas tienen que ser compradas al costo de la vida. Estás menos vivo, la muerte se va acercando, las cosas se siguen acumulando más y más, su volumen continúa haciéndose más y más grande y adentro tú continúas encogiéndote. Entonces un buen día sobreviene el temor y surgen las preguntas: "¿Qué estoy logrando? ¿Dónde estoy llegando? ¿Qué he hecho con eso que llamo vida?".

Y debes entender que no hay nada erróneo en tener prestigio, comodidades, o poder. El énfasis está en que has desperdiciado tu vida en acumular y ensancharte hacia afuera y no has profundizado, no has excavado. Entonces no puedes encontrar el manantial de tu existir, te quedas seco existencialmente y te das cuenta que todo ha sido un correr tras el viento, que en tu vuelo por la vida solo has utilizado una sola ala y no te has equilibrado.

Pero: ¿por qué miramos casi siempre en la dirección equivocada?

Date cuenta de que en realidad existimos en los ojos de los demás: nuestra identidad consiste en la opinión de los demás. Desgraciadamente los ojos de los demás son los espejos en los cuales nos miramos. Pero los demás no pueden ver tu ser interno. Tu ser interno no puede reflejarse en ningún espejo en absoluto. Sólo tu exterior puede ser reflejado. Aun si te pones de pie frente al mejor espejo, sólo tu parte física será reflejada. Ningún ojo puede reflejar tu parte interna.

Así que los ojos de los demás reflejan tus riquezas, tus logros en el mundo, tu ropa; pero no pueden reflejarte a ti. Los ojos de los demás piensan que “eres” cuando tienes una buena ropa, una buena casa, una buena posición y como te miras a través de esos ojos, comienzas a dirigirte hacia eso. Ahora tu vida y tu identidad consisten en ese reflejo, y así te engañas.

De ahí que ocuparse en sentir a la vida sea tan necesario, pero desafortunadamente es a lo que menos tiempo le dedicamos. Y sentir a la vida significa cerrar tus ojos y no mirar los reflejos, sino mirar a tu propio ser. De otro modo todo el día te la pasas ocupándote con los demás y lo real para ti viene a consistir en cómo impresionar a los demás de que eres rico y no en vivir una vida rica.

Te voy a proponer un ejercicio que te ayudará a concebir el silencio y la paz de la existencia y a sentirte más vivo. Con este ejercicio te presento la posibilidad de utilizar esa otra ala en tu vuelo por la vida, que te impulsará sin esfuerzos y tensiones a alturas superiores pues no tendrás que aletear, sino planear.

Sin importar en la posición que te encuentres en estos momentos, cierra los ojos y comienza a escuchar todos los sonidos que existen en este momento. Pero no pongas el acento ni el interés en lo que escuchas, eso no tiene ninguna importancia, pon todo el acento en la escucha misma. Considérate como un inmenso órgano receptivo abierto a todos los sonidos. No localices la atención en algo en particular, no hagas ningún esfuerzo por escuchar, solo deja que se produzca una atención abierta y silenciosa, y poco a poco comienza a convertirte en la escucha misma. Sentirás la inmensa paz que gradualmente va a descender sobre ti. Y ese es el Ser.

Que la pases bien y que la paz sea contigo.

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