Lectura, la Gran Inversión

Contrariamente a lo que opinen algunos, hoy, es fundamental leer. A pesar de que nos lo dan casi todo “digerido” en la tv, con programas que en su gran mayoría dan pena -y contaminándonos para que pensemos lo menos posible-, yo aplaudo y felicito a quienes eligen leer como opción de vida.

Marcelo Tarde
Marcelo Tarde
9 de April · 724 palabras.
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🕘 Resumen

El artículo destaca la importancia de la lectura para el crecimiento personal y profesional. La lectura no solo aumenta el conocimiento y la comprensión, sino que también nos ayuda a desarrollar habilidades de razonamiento y pensamiento crítico.

El autor destaca que la falta de lectura puede limitar las oportunidades y el conocimiento que alguien tiene para enfrentar situaciones en la vida.

Aunque la tecnología ha hecho que la información sea más accesible, muchas personas aún luchan contra la falta de motivación para leer textos más largos.

El autor enfatiza que los libros pueden tener un gran impacto en nuestras vidas y menciona específicamente sus propios libros como un ejemplo de cómo las palabras pueden transformar vidas.

A través de su trabajo, el autor ha recibido testimonios de personas de diferentes orígenes que han sido influenciados positivamente por sus libros. En resumen, el artículo defiende la importancia de la lectura como una forma de crecimiento personal y desarrollo de habilidades.

“La lectura es a la inteligencia lo que el ejercicio es al cuerpo” decía Richard Steele. Gran verdad. Hoy más que nunca, es fundamental leer, informarse, aprender, para que la mente no se “oxide”.

Una persona que no se nutra de conocimientos, tendrá una vida llena de limitaciones. Y hablo de conocimientos con valor, no de tonterías que lo único que hacen es mantenernos “dormidos” y alejados de lo verdaderamente trascendente de la vida…

Aunque posea el dinero suficiente como para “prescindir” del conocimiento, se sentirá inferior a los demás en el resto de las situaciones que le toque vivir. Es como el envase de champú que se cae apenas uno lo toca, porque tiene una base bien pequeña (los conocimientos) con relación al resto del frasco, la cual le hace perder estabilidad y, al menor roce que le hacemos, ¡zas!, se cae.

Lamentablemente, estamos inmersos en una sociedad audiovisual donde a los niños, jóvenes y no tanto, les cuesta leer, porque la lectura, el procesar la información, implica pensar, razonar, entender lo que se está aprendiendo. Y eso le cuesta hacer a mucha gente.

El hombre tiene capacidades innatas pero también están las adquiridas, y es en este rubro donde tenemos la responsabilidad de crecer, en incesante y eterna búsqueda.

En lo particular, y entre otras grandes satisfacciones que mi actividad me regala, está el hecho de recibir cientos de e-mails a mi página web www.marcelotarde.com mensualmente, donde gente de diferentes países, religiones, edades y posiciones socio-económicas-culturales dispares, me cuentan con entusiasmo, cómo párrafos de mis libros les han cambiado la vida…

Tanto “Cómo Vivir en el Planeta de la Confusión” como “Así Pensamos los Humanos” están TRANSFORMANDO VIDAS, y ése es el auténtico poder de la palabra, en este caso de la palabra escrita, el fabuloso poder de la lectura…

Muchas son mujeres y hombres que ya han asistido a nuestras Conferencias o Seminarios en Vivo y que en algún momento conocí personalmente; pero también hay muchas a las cuales aún no tengo el gusto de verlas, y quizá nunca estemos cara a cara, pero con las cuales sí hemos generado ese vínculo maravilloso a través de los libros y me lo recuerdan con sus mensajes vía correo electrónico… Y para mí, eso es MÁGICO…

Sorprendiendo a Toffler

Alvin Toffler, ese gran filósofo y escritor, excelente analista de los cambios sociales contemporáneos, comentó que hace algunos años estando de visita en Asia, más concretamente paseando por las calles del centro de Seúl, su atención fue capturada al presenciar un enorme tumulto de jóvenes.

Intrigado, se acercó para ratificar la sospecha que tenía acerca de que sería una nueva discoteca que recién se habría inaugurado. Pero para su sorpresa era todo lo contrario. Cuando se acercó lo suficiente, comprobó con asombro que el local en cuestión era una librería y que el motivo de tanta inquietud y nervios en aquellos muchachos, no era otro que el comprar, intercambiar y discutir sobre montañas de libros y más libros.

Visitando otros países y ciudades asiáticas, se encontró repetidamente con situaciones similares. Por ejemplo Japón, es el único caso en el mundo, donde los niños leen la misma cantidad de horas que las que utilizan en mirar televisión, vendiéndose más de 160 millones de revistas infantiles por mes, por el hábito que tienen de leer y aprender cosas nuevas, ensayándolas inmediatamente.

Toffler comparó esta actitud con el desinterés que sobre la lectura suelen tener los jóvenes europeos, americanos o latinos en general. Llegó a la conclusión que esa avidez, esa pasión por la lectura y por el conocimiento que tienen los asiáticos, hará que les “arrebaten” el futuro a los occidentales.

Toffler acertó, porque ya estamos viendo -desde hace unos cuantos años a esta parte- cómo el avance fantástico de esas milenarias culturas se produce ante nuestras narices, en todos los órdenes; en gran medida se debe a que ellos sí han sabido tomar a la lectura, como LA GRAN INVERSIÓN…

Marcelo Tarde Benítez
Periodista. Escritor. Conferencista Motivador. Consultor Internacional.

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