Vivir a Plenitud: la Gratitud
Hoy te comentaré sobre una condición básica para vivir a plenitud. Te hablaré sobre la gratitud. Para vivir plenamente debes desarrollar una actitud de gratitud ante la vida. Es imposible sentir plenamente a la vida y tener una actitud de queja ante ella.
4 de May · 564 palabras.
🕘 Resumen
El artículo titulado "Vivir a plenitud: la gratitud", escrito por el psicoterapeuta y profesor de Psicología Rafael Bestard Bizet, aborda la importancia de desarrollar una actitud de gratitud ante la vida para poder vivir plenamente.
El autor destaca que es imposible sentir plenitud y tener una actitud de queja constante. Se enfoca en cómo la energía negativa que se genera con la queja se expande por todo el cuerpo y se convierte en nudos energéticos que pueden llegar a convertirse en enfermedades.
En contraposición, el autor destaca que cuando despliegas un estilo de vida en el que el agradecimiento está presente en todo momento, te expandes y te abres a la existencia.
La gratitud, según el autor, prepara el camino para que te fundas con la vida, y recuerda que no tienes control sobre nada que suceda en tu vida y que el simple hecho de estar vivo debe ser motivo de gratitud.
En resumen, el artículo nos invita a vivir con una actitud de gratitud para poder experimentar una vida plena y satisfactoria.
AUTOR: Msc. Rafael Bestard Bizet
Psicoterapeuta y profesor de Psicología.
Hoy te comentaré sobre una condición básica para vivir a plenitud. Te hablaré sobre la gratitud. Para vivir plenamente debes desarrollar una actitud de gratitud ante la vida. Es imposible sentir plenamente a la vida y tener una actitud de queja ante ella.
Eso significa que deberías estar agradecido por todo lo que te sucede. Lamentablemente la mayor parte del tiempo nos la pasamos quejándonos de la vida: que estoy enfermo, que no tengo dinero suficiente, que no recibo de los demás lo que merezco, que no hace buen clima…y la lista resulta interminable.
Pero detente un momento y sensibilízate con el momento en que te estás quejando. Nota que una energía negativa se expande por todo tu cuerpo y comienzas a desarrollar nudos energéticos que después devienen en enfermedades. Nota el malestar interno que te deja el quejarte. Cuando constantemente te estás quejando; sencillamente te encojes. Es como decirle al universo: soy un mendigo, estoy incompleto, soy desdichado. ¿Cómo puede haber buena salud mental y física con tal actitud? Te parece que es bueno desahogarte de esa manera, pero lo que no eres capaz de sentir es que cuando te lamentas, te sales de tu centro de paz y una ola de inquietud y molestia inunda tu ser. Ya no puedes experimentar la calma.
Sin embargo, cuando despliegas un estilo de vida en que el agradecer está presente en todo momento, te expandes, floreces y te abres a la existencia.
La gratitud prepara el camino para que te fundas con la vida. Recuerda que no tienes el control sobre nada de lo que acontece, aún ni sobre tu propio cuerpo. No le puedes ordenar a tu cuerpo que no envejezca, que no enferme, que no respire. Por eso, el simple hecho de estar vivo, que muchas veces damos por sentado, debe ser motivo de un hondo sentimiento de gratitud.
Te voy a formular una sencilla pregunta: Ahora, leyendo esta charla: ¿Qué necesitas en realidad para estar vivo? ¿Verdad que nada? Y esa simple constatación de que estás completo ahora, en este momento, es digna de agradecer.
Cuando desaparecen las quejas, también desaparece la desdicha, ya que ésta existe con la queja. La desdicha está enganchada a las quejas y a la mente propensa a quejarse. Es imposible que exista con la gratitud. ¿Has conocido a alguien de espíritu quejumbroso que sea dichoso? De manera que este es uno de los principales secretos que debes aprender.
Te voy a brindar un ejercicio que te ayudará a cultivar una actitud de gratitud. Cada vez que tomes aire al respirar, siente que con ese aire estás tomando todas las quejas y lamentos. Y cuando sueltes el aire, siente que has transformado todos esos lamentos en gratitud y que estás brindándole al universo toda la tranquilidad y seguridad que experimentas en el corazón.
Realiza este ejercicio de manera sistemática y en poco tiempo sentirás que hay millones de razones por las cuales estar dichoso y responder con alegría a la vida. Es esa misma alegría y dicha que yo siento por la gratitud hacia ti cuando lees estas charlas. Por ese motivo: Muchas gracias, que la paz sea contigo y que la pases bien.