el Café y su Paso por la Ciudad de Viena.

El café arribó a Viena un poco después de haber arribado a Francia. En 1683 el ejercito Turco amenazaba invadir Europa, y estuvo apostado a las afueras de Viena en una clase de cerco bastante prolongado.

Ercil Greder
Ercil Greder
8 de May · 587 palabras.
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🕘 Resumen

El café arribó a Viena después de su llegada a Francia. En 1683, el ejército turco amenazaba con invadir Europa y estuvo apostado a las afueras de Viena en un prolongado cerco.

Los vieneses emplearon a Georg, un soldado que vivió en el mundo árabe durante numerosos años, para asegurarse de que se entregara un mensaje a las milicias polacas y conseguir su ayuda.

Después de duras batallas, los turcos fueron derrotados, pero en su retirada dejaron atrás algunos bienes como camellos, ovejas, miel, arroz y una gran cantidad de sacos con semillas de café desconocidas. Los vieneses, pensando que eran alimento para los camellos, comenzaron a incinerar los sacos.

Sin embargo, el soldado Georg reconoció rápidamente el aroma del café y les dijo que se lo entregaran. Como conocía las costumbres de los turcos, sabía cómo tostar, moler y fabricar el café.

Se quedó con los sacos y abrió una de las barras de café más populares de la historia de Europa, Blue Bottle. Con el paso de los años, el café fortaleció la vida intelectual de la ciudad y toda la ciudad estuvo rebosante de cafeterías y barras de café.

El café se consolidó como un factor social central.

El café arribó a Viena un poco después de haber arribado a Francia. En 1683 el ejercito Turco amenazaba invadir Europa, y estuvo apostado a las afueras de Viena en una clase de cerco bastante prolongado.

Los vieneses precisaban de un mensajero que pudiera librar las líneas turcas para poder llegar hasta donde se situaban las milicias polacas con la intención de conseguir ayuda.

Se empleó a un soldado de nombre Georg para que se asegurara de esta misión, ya que tenia conocimiento de la idiosincracia y el idioma debido a que vivió en el mundo árabe durante numerosos años.

Se disfrazó con un uniforme del ejército contrario, se metió en sus filas y logró llegar y dar el mensaje a las fuerzas polacas que llegaron su ayuda.

Después de duras batallas los turcos fueron doblegados, pero en su retirada dejaron bastantes bienes como camellos, ovejas, miel, arroz y una basta cantidad de sacos son unas desconocidas semillas cafés que los vieneses pensaron que eran alimento para los camellos.

Debido a que ellos no tenían realmente necesidad de los camellos comenzaron a incinerar los sacos, pero el soldado que habría de hacer las labores de infiltración, rápidamente reconoció el aroma y gritó” Eso es café lo que están destruyendo", y les dijo que si ellos no lo deseaban que se lo entregaran. Como conocía las costumbres de los Turcos sabía bien los procedimientos de tostado, molienda y fabricación, así que se quedó con los sacos de café y luego habría de abrir una de las barras de café más populares de la historia del café en Europa que se nombraría como Blue Bottle.

Al igual que los Turcos endulzó mucho el café, pero también probó colando los granos de café y agregó bastante leche y de ahí podríamos estar hablando de la versión inicial del café vienés.

Con el paso de los años el café fortaleció la vida intelectual de la ciudad y toda la ciudad estaba rebosante de cafeterías y barras de café, y al igual que en otras urbes el café se consolidó como un factor social verdaderamente central en escenarios donde se podía encontrar mezclados a intelectuales con personas comunes que eran afines a la novedosa bebida.

Algunos expertos piensan que el gusto por el café oscuro y más fuerte que se da en las latitudes de Arabia, así como el gusto europeo y posteriormente americano por el café adicionado con leche y de sabor más dulce tiene una interesante relación con factores genéticos. En parte estas hipótesis se basan en que parte importante de la gente anglosajona tiene más tolerancia a la lactosa, mientras que los habitantes Mediterráneos como los Griegos o los árabes son más propensos a ser intolerantes a la lactosa. Es por esto, seguramente, que en estas áreas se endulce el café, pero no se le añada leche de forma tan difundida como en otras zonas del mundo.

En Europa se presentaron dos maneras de tomar la novedosa bebida, por una parte en el norte de Europa se acostumbraba a filtrar el café, en tanto que en la parte sur era más aceptado el estilo que hoy conocemos como expresso.

Una vez más es probable que las variante de café como el conocido capuccino fueran menos tomadas en Italia por el asunto de la intolerancia a la lactosa.
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