¡Tanto y Tan Poco Tiempo! Vacaciones en Mendoza.

Viajero, que se nos quedan en la pluma aún mil historias y lugares que conocer en esta extraordinaria región del mundo. Escoja Mendoza para pasar sus vacaciones

Jorge Alberto Guiñazu
Jorge Alberto Guiñazu
12 de June · 620 palabras.
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🕘 Resumen

Mendoza es un destino turístico que ofrece una experiencia única e inolvidable para los viajeros.

Desde el avión, se puede observar la majestuosa vista del Cerro Aconcagua, vigilante sobre un valle donde ríos y arroyos de gran caudal transportan el líquido más preciado en un entorno que recibe lluvia escasamente.

Este agua es una riqueza escasa pero que hace fructificar el jardín en que los mendocinos han transformado su ciudad.

Además de un recorrido por la ciudad, paseando por las calles y avenidas de Mendoza, se puede disfrutar de la flora de la ciudad jardín, donde se pueden encontrar una gran variedad de especies de árboles adaptados a la aridez del entorno.

La ciudad cuenta con numerosas plazas, lugares de encuentro, amistad y cultura. La música, el teatro y las artes son parte de la vida del mendocino y del cuyano.

Por fuera de la ciudad, es recomendable visitar las faldas del imponente Aconcagua y participar en actividades al aire libre como el rafting en el Río Mendoza. Mendoza es un destino que ofrece una experiencia única e inolvidable para cualquier turista.

Unas vacaciones en Mendoza pueden convertirse para el viajero en los días más absolutamente increíbles de su vida.

Primeramente, si llega por aire, desde el avión podrá avistar la cima nevada de un coloso: el Cerro Aconcagua, vigía sobre un valle donde convergen ríos y arroyos de inusitado ímpetu y que transportan el bien más preciado en un entorno al que el cielo bendice con la lluvia en escasas ocasiones. Hablamos, claro, del agua que en Mendoza se transfigura en una riqueza escasa pero que hace fructificar el jardín en que los mendocinos han transformado su ciudad.

¿Qué podemos hacer durante las vacaciones en Mendoza?

¿Qué tal si comenzamos por un recorrido a lo largo de la propia ciudad? Las calles mendocinas ofrecen al visitante la fragante sensación de estar caminando por entre las frondas de un bosque, formado por especies adaptadas a la aridez de un entorno ganado al desierto y que se nutre con agua transportada a través de centenarios canales.

Eucaliptos, álamos, plátanos, fresnos o arces sirven como pulmones implantados hace siglos en esta ciudad jardín. No solamente las calles y avenidas se han convertido al verde. Las plazas de Mendoza son muchas, todas ellas famosas y queridas dado que son puntos de encuentro, de amistad y de cultura.

Porque ésta es otra excelente razón para pasar unas vacaciones en la capital del vino, la música, el teatro... las artes, en definitiva, son parte de la vida del mendocino y del cuyano, que tienen inserto en sus genes un código que les permite entender y disfrutar de todas ellas en todo momento.

Ya fuera de la ciudad, sería un pecado no dirigirse al menos hasta las faldas del inconmovible Aconcagua, la mole eterna protectora del valle. Una vez allí, y gracias a agencias especializadas como Kahuak, es fácil decantarse por alguna de las actividades que se brindan al viajero.

Un buen nadador y aventurero se inclinará sin lugar a dudas por un descenso en rafting por el Río Mendoza, por sus rápidos blancos, tocando sus imponentes riberas. Una inyección de emoción en estado puro.

Pero no es preciso ser tan intrépido, querido visitante, si lo que le atraen son los tranquilos paseos a lomos de caballos dóciles, pedalear sobre una bicicleta de montaña o sencillamente caminar y respirar el limpio aire andino, siempre va a encontrar rutas adaptadas a sus características físicas. En todo momento irán complementadas con la guía de profesionales expertos, material de primera calidad y refrigerios varios.

Estos profesionales, tras días de mil aventuras, pueden también introducir al visitante en el sugestivo mundo del vino. Por todos es sabido que la región produce algunas de las variedades de caldos más apreciadas en el mundo. De hecho, es notorio que su Malbec es probablemente, el mejor del planeta. Los entendidos dicen que su cultivo en terrazas y la amplitud térmica, es decir las grandes diferencias de temperatura que se producen a lo largo de un mismo día, le otorgan unas características únicas que han convertido a este vino en un lujo exquisito en las mesas de todos los continentes.

Pues bien, degustar esta delicia en los mismos campos donde se cultivan las viñas, en las mismas cavas en las que el tiempo fermenta la uva, está al alcance del viajero que lo desee, gracias a multitud de ofertas que desde las bodegas, en colaboración con agencias y hoteles se le dispensan para hacer de sus vacaciones en Mendoza un hito en sus recuerdos.


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Jorge Guiñazu
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