El Reiki - Anahata Chakra
Desde el principio de los tiempos fuimos creados como una emanación de amor, por lo tanto nosotros somos amor puro. El amor se manifiesta en Anahata, el Chakra del corazón y a partir de este punto es de donde se comparte la Energía Reiki. Acción desinteresada, amor y paz es lo que nos brinda Anahata
16 de March · 802 palabras.
🕘 Resumen
El corazón es la fuerza vital que envía y recibe la sangre por todo el cuerpo transportando el oxígeno que permite el desarrollo de la vida. El buen funcionamiento cardíaco es fundamental para mantener todas las funciones vitales del cuerpo.
El Anahata, chakra del corazón, es el punto central de todo el sistema energético del cuerpo, ya que es aquí donde se almacena la energía o Prana y se distribuye al resto de los centros energéticos.
El prana emanado y absorbido por cada uno de los ochenta y ocho mil chakras conduce a Anahata, donde se encuentran la energía físico-emocional de los primeros tres Chakras con la energía psíquico-espiritual de los últimos tres.
Toda la información, expresión y disfrute del mundo físico es recopilada, interpretada y enviada por los primeros tres Chakras al corazón, mientras que todo el amor divino, la acción primigenia y el conocimiento de la verdad es absorbido por los últimos tres Chakras y enviados también al corazón.
La unión de los dos conocimientos, el terrenal y el espiritual, son unidos por Anahata para expresar en el mundo físico la bienaventuranza que da el amor puro y el deseo divino de actuar en beneficio del mundo entero.
La manifestación de la bienaventuranza que produce el amor puro nos muestra la capacidad de perdón y misericordia hacia uno mismo.
Anahata es el asiento del Ki (energía o Prana), es decir, es en este punto en el que se almacena y distribuye al resto de los centros energéticos, físicamente a través de la sangre y sutilmente a través de la emanación de amor puro que de él proviene.
El Chakra del corazón es el punto central de todo nuestro sistema energético. El Prana emanado y absorbido por cada uno de nuestros más de ochenta y ocho mil Chakras tiene como destino final a Anahata que es donde se encuentra la energía físico – emocional de los primeros tres Chakras (Muladhara, Svadhisthana y Manipura) con la energía psíquico – espiritual de los últimos tres (Visudha, Ajna y Sahasrara). Toda la información, expresión y disfrute del mundo físico es recopilada, interpretada y enviada por los primeros tres Chakras al corazón, y por otro lado, todo el amor divino, la acción primigenia y el conocimiento de la verdad es absorbido por los tres últimos Chakras y enviados también al corazón. Aquí, los dos conocimientos, el terrenal y el espiritual (Shiva – Shakti) son unidos por Anahata para expresar en el mundo físico la bienaventuranza que da el amor puro de forma sutil con el deseo divino de actuar en beneficio del mundo entero y la muestra física del amor a través del acompañamiento, el abrazo y el contacto directo con todo lo que nos rodea.
La manifestación de bienaventuranza (Ananda) que produce el amor puro nos muestra la capacidad de perdón y misericordia hacia uno mismo que posteriormente se refleja en el trato hacia todo lo que nos rodea.
La terapia Reiki es un acto totalmente desinteresado y este desinterés proviene de la manifestación de amor puro que hay en cada uno de nosotros. Si observamos cuidadosamente que no existen diferencias significativas entre unos y otros, lograremos comprender que al compartir una terapia Reiki estamos compartiendo la energía que nos rodea y que todos llevamos dentro. Esto es en primera instancia lo que Anahata manifiesta en nosotros, la intención de compartir por el hecho mismo de compartir, sin esperar beneficio a cambio de lo que realizamos.
El anhelo de compartir proviene de Anahata, el verdadero compartir que no requiere del acercamiento físico para expresarse, que proviene de la identificación desde el corazón, desde el amor puro que no requiere del contacto físico para sentirse.
Los apegos muchas veces sirven para mantenernos firmes ante los pasos que vamos a dar. Por un lado abandonamos ciertos placeres sin embargo siempre hay algún otro que nos mantiene firmes, con el ánimo de seguir adelante. Si bien todo apego al final se irá, muchos de ellos nos ayudan para abandonar otros. Poco a poco vamos soltando apegos y sujetando otros. Pareciera una contrariedad, sin embargo Dios en su infinita sabiduría nos permite utilizar lo ilusorio para llegar a la verdad.
Toda la atención ha de ir al corazón, pero ¿en dónde se encuentra Dios? Dios se encuentra dentro de nosotros, por lo tanto no hay otro lugar para encontrarlo que dentro de nosotros mismos, no hay que caminar miles de kilómetros, no hay que buscarlo fuera en una persona, en una imagen, hay que buscar dentro, con todos los sentido hacia el corazón, con toda la atención al corazón, con toda la atención al corazón.
Permitir que el amor vibre.
Cuando se puede observar el apego, también ahí aparece el vidente interno que permite ver las pasionalidades (egoísmo, ira, lujuria) cuando realmente en estos momentos la cercanía con Dios es mayor. Cuando uno acerca mucho el dedo a una vela, a su calor, sentimos el ardor de la flama, pero también es cuando más iluminados estamos. El estar cerca de Dios no necesariamente implica ausencia de dolor. El dolor purifica, el amor sana.
La sensación de amor crece cuando la necesidad de presencia física se va desvaneciendo. Dios no es cuerpo, por ello, amar sin necesidad de forma es amar y estar en Dios.
Si quieres conocer más y experimentar el Amor Puro proveniente del corazón, ven con nosotros.
Atmadev Centro de Desarrollo Humano
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