Elecciones Primarias Municipio Baruta área Metropolitana de Caracas

Los ataques de una campaña electoral en el municipio Baruta dentro del área metropolitana de Caracas. Estrategias y respuestas de dos candidatos que luchan por la alcaldía en unas elecciones primarias realizadas el 12 de febrero de 2012 en Venezuela.

Soc.,rafael Delgado Osuna
Soc.,rafael Delgado Osuna
24 de February · 1606 palabras.
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🕘 Resumen

En las elecciones primarias de la oposición en Venezuela del 12 de febrero de 2012, se eligió a Capriles Radonski como candidato presidencial unitario y también se eligieron a los alcaldes y gobernadores unitarios de las distintas regiones del país.

En el caso de la elección del alcalde de Baruta, hubo controversias debido a que los candidatos participantes eran David Uzcátegui, presidente de la Cámara Municipal de Baruta, y el alcalde Gerardo Blyde, que buscaba su reelección como candidato unitario.

Uzcátegui apoyaba a Capriles Radonski, mientras que Blyde apoyaba a Pablo Pérez. El equipo de Blyde atacó en los últimos días de las elecciones a Uzcátegui por estar "inhabilitado políticamente" para ejercer cargos públicos, rompiendo el pacto político de la MUD.

Se sospecha que este tema lo explotaron unos días antes de las elecciones del 12F. El ataque contra Uzcátegui tuvo dos fases, una a través de las redes sociales y la segunda fue la utilización de un ex vicepresidente del CNE y un profesor universitario para darle credibilidad a las acusaciones.

A pesar de esto, Uzcátegui ganó las elecciones primarias y luego las elecciones municipales de Baruta.

Elecciones primarias municipio Baruta área metropolitana de Caracas
  En las pasadas elecciones primarias de la oposición del 12F 2012, en Venezuela, donde se eligió a Capriles Radonski como candidato presidencial unitario, y también se eligieron a los Alcaldes y Gobernadores unitarios de las distintas regiones del país, el caso de la elección del Alcalde de Baruta se tornó bastante polémico. Los candidatos participantes fueron David Uzcátegui, Presidente de la Cámara Municipal de Baruta, y el Alcalde Gerardo Blyde que buscaba su reelección como candidato unitario. El primero es dirigente de Primero Justicia y el segundo dirigente de Un Nuevo Tiempo, Uzcátegui apoyaba a Capriles Radonski, representado la imagen de campaña llamada “El Trabuco”, y Blyde apoyaba a Pablo Pérez y la figura de la campaña era “La Unidad”.
Lo primero que hay que decir es que se partió de un principio que para la mesa de la unidad democrática (MUD) todos los candidatos que fueron aceptados para las elecciones primarias tienen todos sus derechos políticos intactos. Esa fue la regla máxima para la MUD. A esto último se le llama pacto político. Todos los participantes aceptados por la MUD tienen sus fichas técnicas revisadas y no hay nadie con problemas legales para competir. En la campaña electoral, el equipo de Blyde atacó en los últimos días de las elecciones a Uzcátegui de estar “inhabilitado políticamente” para ejercer cargos públicos. Se rompe el pacto y se entra por un lado en “una guerra sucia” contra Uzcátegui y por otro lado se considera que hay que denunciar tamaña irresponsabilidad de la MUD al aceptar a un candidato inhabilitado. Lo que nos pareció sospechoso es que este tema lo explotan unos días antes de las elecciones del 12F. El ataque contra Uzcátegui tuvo dos fases, la primera fue a través de las redes sociales, rumores y volantes desde finales de enero; y la segunda fue la utilización de un ex vicepresidente y ex secretario general del CNE, un ex controlador de la república y un profesor universitario, para darle contundencia a la denuncia de inhabilitado (7 de febrero). El juego del ataque se endureció. Por razones políticas y genéticas, el instinto de la mayoría de los políticos los empuja a destruir a sus rivales (Durán/Nieto). Ahora bien, ¿Si el candidato Blyde estuviera ganando las encuestas habría atacado a Uzcátegui de esta manera? Creemos que no. El equipo de Blyde sacó unos resultados de una encuesta de opinión utilizando una firma de encuestadora conocida diciendo que estaban ganando por más de veinte puntos, nosotros sabíamos que era mentira, ya que la intención de Blyde no superaba los 41% antes del ataque que rompía el pacto de la MUD. Blyde, nervioso ante una derrota electoral, actuó desesperadamente y rompió el pacto. En términos populares, el equipo del alcalde lo que hizo fue “darle una patada a la mesa para ver qué pasaba”.
El municipio Baruta es un espacio social mayoritariamente poblado por electores de oposición, de clase media, profesionales, ejecutivos, dueños de empresas y estudiantes universitarios que se resisten a creer que su municipio es ingobernable, siendo sus principales problemas la inseguridad y el TTV (Tráfico, transporte público y vialidad), pareciendo que no tienen solución y que llegaron para quedarse. Ahora, la fortaleza de Blyde para un sector de los baruteños es la de un gentleman, un caballero. Para ese sector Blyde había dado respuestas a muchos problemas y estaba haciendo una gestión exitosa, según el intelectual Alberto Quirós Corradi: “la derrota de Blyde fue para mí una sorpresa, desde hace unos meses que vivo en el municipio, pero por lo que he visto y oído, Blyde hizo una gestión exitosa contra el telón de fondo de graves dificultades por las lluvias, los derrumbes y los damnificados. Resolvió estos problemas a punta de esfuerzos, sin contar con los recursos suficientes ni ayuda del gobierno central”.
Los estudios de opinión decían que la gestión de Blyde era evaluada de regular hacia mal, aunque mejoró un poco al final de la campaña. Más del 45% opinaba que su gobierno era malo, y por ende no quería su reelección, superando el 50%. La evaluación positiva no superó el 41%. No es fácil gobernar a la Gran Caracas, porque los problemas urbanos no han sido atacados en conjunto con un plan general de las cinco alcaldías que lo componen. Para llegar a tener el éxito urbano que tiene Medellín, hace falta un acuerdo político de todos los municipios que la componen en su área metropolitana, como lo hizo la ciudad colombiana. Lo positivo que vemos de las primarias en la Gran Caracas, y sus resultados a nivel de alcaldes, es que todos los que ganaron pertenecen a una misma tolda política y tienen en su discurso trabajar en conjunto y no aisladamente; esperemos que así sea.
Cuando se realiza el ataque del equipo de Blyde con el tema de inhabilitado a Uzcátegui, se produce lo que se esperaba “un deslave electoral” a favor de Blyde, lo que no sabían era que Uzcátegui contaba con unas fortalezas que hizo que la pérdida de votos no comprometieran el triunfo. La candidatura de Uzcátegui es una candidatura “natural” del municipio, con años de trabajo, y un índice de agrado alrededor de 57% y de desagrado de 15%. La intención de voto oscilaba entre 54% y 61% en plena campaña electoral. La credibilidad de Uzcátegui es alta. El trabajo social en los pocos barrios que tiene el municipio ha sido de envidiar, ya que el sector popular de Baruta tiene mucha empatía con su candidatura. Programas como ayuda jurídica gratuita, mercaditos, deporte y salud. La respuesta del equipo de Uzcátegui fue rápida, donde participó una autoridad electoral del actual CNE, la MUD y el partido Primero Justicia (8 de febrero), aclarando que la candidatura de Uzcátegui tenía todos sus derechos políticos intactos y que este ataque pertenecía a la guerra sucia. Los medios de comunicación visual, la prensa escrita (especialmente El Nacional, que tomó posición a favor del ataque a Uzcátegui), las redes sociales y los rumores, recogieron el problema. A partir de ese momento, Uzcátegui pasa de ser sin quererlo de un simple candidato a una alcaldía del estado Miranda a ser un personaje político de carácter nacional. Entre un 7% y 11% del electorado de Baruta se movió hacia el voto nulo en alcalde y “votar obligado” por Blyde por efecto del ataque a Uzcátegui. El tracking polls, realizado el 9 y 10 de febrero, corroboró el argumento de la pérdida de voto, pero no llegaba a derrotar al concejal Uzcátegui. El electorado en estos momentos no quiere pleito, quiere que todo fluya normalmente, si no, observen los resultados de las primarias presidenciales donde Capriles superó el 60%, dejando de lado ese discurso de confrontación de “Te espero en la Haya”, “Chávez eres un ladrón” o “Las misiones hay que eliminarlas por ser chavistas”. El ruido que generó el equipo del alcalde provocó una explosión en los votos blandos de Uzcátegui. ¿Qué ganó y qué perdió el equipo de Blyde con esto?, dos cosas: la primera fue quitarle unos votos al adversario, pero sin ganar; y lo otro, que su imagen, para la mayoría del electorado de Uzcátegui, quedó como un político que no juega limpio (según los resultados del tracking). Si en el escenario de Baruta hubiese participado un tercer candidato a la alcaldía, muchos votos lo más seguro se hubiesen ido a parar a ese candidato, en vista que los electores están cansados de la guerra sucia.
Los resultados del 12 F fueron 50,4% para Uzcátegui y 49,6% para Blyde, la moraleja es que no siempre los ataques de esta naturaleza puede hacer ganar al otro automáticamente, todo depende de las fortalezas y debilidades del adversario político. Hay que ganar las elecciones demostrando a los electores que usted verdaderamente se preocupa de los problemas y le da soluciones. Sabemos que la política es enfrentamiento, pero ante la pregunta ¿cuándo atacamos?, la respuesta es simple: cuando nos convenga y no se rompa los principios éticos de la democracia. La credibilidad es el principal activo de un político.

Hay una vieja máxima que sostiene que la guerra es la continuación de la política por otros medios. Mientras tanto, otra máxima complementaria y utilizada por muchos políticos que afirman que la política es la continuación de la guerra por otros medios. Pero, hay que reflexionar sobre la ética política.

Pareciera que lo sucedido en Baruta, en esta campaña electoral por las primarias, no se aleja mucho del cuento de la rana y el escorpión que nos plantea Daniel Eskibel, consultor político uruguayo, en su libro “Maquiavelo & Freud”. El diálogo es a la orilla del río. El escorpión le pide a la rana que lo cargue encima para cruzar el río. La rana dice que no. El escorpión insiste. La rana argumenta con lógica implacable que si lo carga el otro la picará. Y el escorpión le contesta con lógica no menos implacable que no haría eso porque de hacerlo morirían los dos en medio del río. Allá va la rana cruzando el río con el escorpión a cuestas. Pero la historia no termina ahí. En medio del río estalla el drama. El escorpión pica a la rana. Los dos animales agonizan en el agua. La rana atacada mortalmente por el escorpión, y éste ahogándose al hundirse quien lo mantenía a flote. La rana hace su última pregunta. ¿Por qué me matas si así mueres tú también? Y el escorpión da su última respuesta: porque está en mi naturaleza.


 
Sociólogo Rafael Delgado Osuna, profesor de estadística y consultor político.

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