Aeropuerto, lugar de emociones encontradas, puede inspirarnos a cumplir un sueño. Como me paso a mi, esperando a una amiga, me decidí a cumplir mi deseo de aprender francés.
La semana pasada estuve en el aeropuerto. Esperaba a una amiga del corazón. Durante la espera, me dormí (su vuelo estaba retrasado) y soñé con el viaje que hace tiempo anhelo. Fue un sueño tan vivido que me sentí realmente caminando por los Campos Elíseos, pude sentir el perfume de las flores del boulevard. Al despertar, un poco sobresaltada, lo decidí: ¿voy a renovar mi casa? ¿Comprare un gato siamés? ¿Cambiare mi guardarropa? No, partiré rumbo a la Ciudad Luz. Si, por fin aprenderé la lengua de Moliere. Podre comprender mi musical favorito, Moulin Rouge, sabré nombrar esos quesos que tanto me gustan, conoceré la Torre Eiffel y el magnífico Pompidou.
¿Podre hablar algún día como Amelie Poulain y ser protagonista de una historia semejante?
Si, se que en Paris me espera un curso a la altura de mis deseos. Armare mis maletas y partiré en pos de esta aventura, hacer un curso de francés en el extranjero.
curso de frances en el extranjero
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