A la Hora de Preguntar, ¿Preguntás? – Artículo Escrito para Info Secretarias & Negocios

“Su pregunta no molesta” es una frase que encontramos habitualmente en comercios o empresas que ofrecen servicios, y se refiere generalmente a la dupla proveedor – cliente. Claro está que su pregunta no molesta cuando como resultado puede surgir una venta. Ahora bien, en casa, en la oficina, con el

Ilana Ventura
Ilana Ventura
21 de December · 523 palabras.
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🕘 Resumen

Cuando nos encontramos en una situación en la que necesitamos hacer una consulta, a menudo nos detenemos por la preocupación de parecer incompetentes o interrogatorios. Sin embargo, estas creencias pueden limitar nuestro éxito y tener consecuencias no deseadas.

La incorporación de preguntas y precisiones/información en nuestras conversaciones puede ser una herramienta valiosa para evitar conflictos y malentendidos. Cuando alguien nos pide algo, es importante hacer preguntas para aclarar o chequear todo aquello que no fue dicho.

Brindar la mayor cantidad de información y detalles necesarios al pedir puede ser beneficioso para el éxito de la tarea. A largo plazo, hacer preguntas y precisar información puede ahorrarnos tiempo, enmiendas y emociones negativas.

Sin hacer preguntas, no podemos entender lo que el otro piensa, lo que puede llevar a malos entendidos y tensiones.

En definitiva, hacer preguntas y precisar información es una habilidad importante que puede ayudarnos a promover el éxito y la comunicación efectiva en nuestra vida personal y profesional.

Cuando somos nosotros los que tenemos que hacer alguna consulta, aparecen en escena algunas creencias: “si pregunto voy a parecer…”, “es obvio que debería saberlo…”, “va a creer que lo estoy interrogando…”, “ya sé lo que me va a decir/contestar…” y sin darnos cuenta, estos supuestos terminan convirtiéndose en enemigos pasivos que poco a poco y en forma creciente se van haciendo cargo de nuestras conversaciones, y en un momento terminan: “explotando”. Ya es tarde para preguntas!!!

Te invito a pensar en un ejemplo concreto: te piden algo. Vos lo hacés según tu criterio. El solicitante queda insatisfecho. Discusión, queja o enojo (el orden puede variar). ¿Qué podría haber pasado si hubieras preguntado antes?, quedabas como…?, dónde está la obviedad?, y aquella respuesta que seguro te iban a dar?.

Podemos prescindir tranquilamente de estas situaciones en nuestra vida, y la manera está al alcance de nuestras manos: incorporemos e impulsemos a introducir en nuestras conversaciones las preguntas y las precisiones/información.

Cuando nos piden algo, utilicemos la herramienta de la pregunta para aclarar o chequear todo aquello que no fue dicho: ¿Cómo lo querés?, ¿Cómo te lo imaginás? ¿Cuáles son tus estándares de satisfacción?, ¿Qué querés decir con…?, ¿Quién?, ¿Dónde?, ¿Cómo?, ¿Para qué?…
Cuando pedimos, brindemos la mayor cantidad de información y detalles necesarios.
No sabemos lo que el otro piensa y él no sabe lo que nosotros pensamos.

Si bien preguntar, aclarar o precisar información parece a primera vista una pérdida de tiempo, a la larga es una gran inversión que puede ayudarnos a ahorrar tiempo en enmiendas, emociones de enojo, un mal momento, clima tenso, dolores de cabeza, úlceras.

¿Cómo te enterás de lo que piensa el otro si no se lo preguntás?, ¿Cómo se entera el otro si no le informás?, ¿Cómo sabés que está de acuerdo con vos sin indagarlo?, ¿Cómo le permitís que sepa que acordás con él si no se lo contás? ¿Cómo averiguas qué preferencias tiene? ¿Cómo sabe que preferís esto o aquello si no se lo comunicás? ¿Cómo lo conocés?, ¿Cómo te conoce?, ¿Cómo lo incluís en tu vida?, ¿Cómo te insertás en la suya?

La capacidad de preguntar es muy poderosa, nos permite aprender, nos habilita para integrarnos a la sociedad, nos da la posibilidad de incluir a otras personas en nuestro mundo, de ofrecerle un espacio para que se exprese, de enriquecernos mutuamente, nos da derecho a decidir a la vez que habilitamos a los demás como seres libres diferentes de nosotros.

Las preguntas abren puertas a las cuales las respuestas no tienen acceso. Las preguntas inician caminos, las respuestas finalizan estos mismos caminos. La capacidad de plantear nuevas preguntas será más importante que la de dar respuestas ya conocidas.

Preguntar es un arte, el arte de lograr que las preguntas desplieguen un diálogo fluido, sin que se conviertan en una “inquisitoria”, el arte de compartir información, de valorar a la otra persona, de mostrarle que sus respuestas serán un beneficio para ambos.

Sólo para chequear: ¿Su pregunta molesta?


Ilana Ventura | Coach Ontológico | www.nimah.com.ar

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