En las Crisis: ¿Sólo o Acompañado?
Habitualmente ante las crisis solemos aislarnos. Cuando nos suceden complicaciones de cualquier índole nuestra primer reacción es introspectiva, nos volvemos a nuestro interior como queriendo encontrar adentro las soluciones, el consuelo y el reconforte.
21 de December · 430 palabras.
🕘 Resumen
En momentos de crisis, es común que nos aislemos y busquemos soluciones en nuestro interior. Esto puede deberse a una actitud de omnipotencia o a la depresión, donde no queremos ser una molestia para los demás al pedir ayuda.
Sin embargo, es importante recordar que desde que nacemos, somos seres en relación y necesitamos de otros para sentirnos completos y complementados. A pesar de eso, a menudo escuchamos que amigos y familiares se alejan de nuestras dificultades por miedo o porque no quieren involucrarse.
Es paradójico, pero la respuesta es simple: miedo, comodidad, costumbre o la creencia de que lo que conocemos es seguro. Es fundamental recordar que somos seres sociales y que unirnos a otros con experiencias, idiomas y costumbres diferentes nos enriquece y nos brinda variedad de posibilidades.
De hecho, cuánto más podemos lograr juntos, más valioso será el aporte y el crecimiento personal. En lugar de aislarnos, debemos buscar en nuestra red de relaciones el apoyo necesario para enfrentar las dificultades.
En una actitud casi de omnipotencia creemos que podemos solos. En una conducta de depreciación por nosotros mismos aducimos que cualquier cosa que solicitemos o necesitemos es una molestia para los demás, nos da vergüenza pedir, no tenemos en cuenta que al pedir estamos dando la posibilidad a otra persona de “dar”.
Aún así, es muy habitual escuchar que frente a las dificultades los amigos, familiares o conocidos se alejan, ya sea porque tienen miedo de que les pase lo mismo o dado que no se quieren involucrar.
Lo paradójico de todo esto es que, desde que nos formamos somos parte de alguien; nacemos y lo primero que hacemos es buscar el calor de un cuerpo, crecemos y comenzamos a socializarnos, y nuestra vida se conforma como un sin fin de otros que nos completan y complementan. Hasta aprendemos a estar con otros, en ninguna clase y ninguna persona nos enseña que estar solo es favorable.
¿Cómo llegamos entonces a encerrarnos en nosotros mismos?
Miedo, comodidad, costumbre, confianza en que lo que está adentro, como lo conocemos es seguro… hay tantas respuestas como personas que se formulen la misma pregunta.
Desde esta misma premisa es que una opción diferente aparece ante nuestra mirada: si tenemos tantas respuestas como personas que se hacen una mimas pregunta, entonces podemos tener la misma cantidad de opciones y sugerencias diferentes para hacer frente a nuestras dificultades.
Los seres humanos somos seres en relación, somos seres sociales, y es esto lo que nos diferencia y distingue del resto de los seres que habitan la tierra. Unirnos a otros con miradas diferentes, con idiomas distintos, con costumbres, experiencias, naturalezas y vivencias diversas nos aporta una riqueza y variedad de posibilidades que le da un valor extra a nuestra vida.
Cuánto mas podemos lograr, qué aporte puede resultar de potenciarnos con otros a los que les pasa lo mismo o no y desde esa misma igualdad o diferencia poder pensar juntos, a sabiendas de que este pensamiento colaborador puede desembocar en una acción única e irrepetible no pensada por ninguno en particular y creada entre ambos en general.
Ahora, vos decidí: en las crisis, ¿Solo o acompañado?
Ninguno de nosotros es tan bueno como todos nosotros.
– Ray CROC-
Ilana Ventura | Coach Ontológico | www.nimah.com.ar