Antigualla, la Antigua y la Nueva Mujer

En este nuevo artículo hablo sobre el cambio que las mujeres hemos dado en las relaciones personales, el si es o no para mejor, os dejo que lo decidais cada uno, como siempre, cargado de humor e ironía...

Andrea Josefina
Andrea Josefina
18 de November · 395 palabras.
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🕘 Resumen

El artículo expresa la preocupación acerca de cómo ha cambiado el estereotipo de la mujer en la sociedad actual. La autora se pregunta en qué momento se abandonó el modelo de mujer modesta, bondadosa y tierna para dar paso a uno más precario y promiscuo. Aunque reconoce que no existe un modelo mejor o peor, hace hincapié en la preocupación de que los hombres valoren más el aspecto físico que la inteligencia o personalidad de las mujeres, lo que hace que muchas de ellas adopten una postura más sexualizada. La libertad tan anhelada puede llevar a la pérdida de valores y que las mujeres actúen como "poligoneras", lo que puede ser peligroso. La autora concluye recordando que no es malo disfrutar del sexo con libertad, pero es importante saber valorar las relaciones con una sola persona y no caer en la presión social de ser promiscua. Al final, el modelo antiguo de mujer modesta puede tener todavía mucho que enseñar.
¿Alguien podría decir el momento exacto en el que el prototipo femenino fue modificado? ¿Dónde quedó la mujer tímida, precavida, tierna, sencilla, bondadosa, dulce, cariñosa, amable, MODESTA? ¿Por qué este modelo de persona ha sido substituido por uno más precario en el que triunfa ser la POLIGONERA, borracha, promiscua, tontita, banal? En estas edades tan delicadas, confieso que es extremadamente sencillo excederse en las críticas, y por ello quiero recalcar que no la que folla más es mejor NI peor, lo único que intento expresar es mi disconformidad ante el hecho de que un hombre prime más un cuerpo que un cerebro, un par de buenas tetas al aire, que una sonrisa que desprende magnetismo, eso es lo que me produce rabia. Siendo mujer, y conocedora de la crueldad con la que nos tratamos, tengo que recalcar esto de nuevo, mi intención no es hacer distinciones de QUIEN ES MEJOR QUE LA OTRA, pero sí de recalcar que aquellas que preferimos ser diferentes, a sabiendas de que ello nos ata al celibato, somos más maduras que las que en piña copian costumbres (malas y buenas) y formas de actuar (ídem). Fue a medida que el mundo entró en la “civilización” de la última generación cuando el modelo femenino se “automatizó”: la libertad tan ansiada nos ha llevado a romper barreras NECESARIAS DE DESTRUIR, pero también a sin querer, traspasar otras, que al principio saltamos para reafirmar que somos nuestras propias dueñas, y que al final puede que nos hayan transformado en aquellas chicas fáciles que tanto temían ser nuestras antepasadas. No es malo querer disfrutar del sexo con libertad, escogiendo a las parejas que te apetezca y manteniendo relaciones con los hombres que te despierten ese cosquilleo en la entrepierna… lo que es peligroso es el no saber valorar que prima más una relación con uno solo, siendo este especial, a con cincuenta corrientes. El caso es que a esos cincuenta corrientes les gusta que las mujeres seamos promiscuas, porque ellos en definitiva buscan un hueco en el que meter la poya, de ahí que el modelo antiguo de fémina se haya quedado, valga la redundancia anticuado. Pero lo que por otra parte quieren vendernos es que no les gusta “tirarse” a la que medio barrio se ha “cepillado”, pero, si esto fuera cierto NO MEDIO BARRIO SE LA HABRÍA TRAGINADO, ¿no es cierto?

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