Árboles ¿por qué no crecen más de cien metros?
Datos aportados por una investigación señalan que la altura de los árboles está limitada por su sistema circulatorio, al cual también se debe que los árboles altos tengan hojas pequeñas, según se informa en New Scientist
3 de December · 305 palabras.
🕘 Resumen
Las hojas de los árboles están limitadas en su tamaño por su sistema circulatorio, lo cual también explica por qué los árboles altos tienen hojas pequeñas, según una investigación realizada por Zwieniecki Maciej de la Universidad de California y Kaare Jensen de la Universidad de Harvard.
La comparación de 1,925 especies de árboles reveló que el tamaño de las hojas es más variable en árboles relativamente pequeños. Los azúcares que producen las hojas son difundidos por floema, una red especial, y distribuidos por la planta, incluso hasta la raíz.
El floema actúa como un cuello de botella en los tallos, el tronco y las ramas, acelerando el movimiento de los azúcares.
Jensen calcula que las hojas extremadamente pequeñas o grandes son inviables en los árboles que son demasiado altos; por encima de los cien metros, crecer más se convierte en un desperdicio de energía en las hojas.
En conclusión, el sistema circulatorio de los árboles es un factor determinante en su altura y tamaño de hojas.
Datos aportados por una investigación señalan que la altura de los árboles está limitada por su sistema circulatorio, al cual también se debe que los árboles altos tengan hojas pequeñas, según se informa en New Scientist.
Zwieniecki Maciej, de la Universidad de California, y Kaare Jensen, de la Universidad de Harvard, hicieron una comparación de mil 925 especies de árboles cuyas hojas medían de unos cuantos milímetros a más de un metro de longitud y descubrieron que el tamaño de la hoja en los árboles es más variable en aquellos con relativa pequeñez.
¿A qué se debe este fenómeno?
Para Jensen, la explicación de esto se encuentra en el sistema circulatorio de los árboles, en el que los azúcares que producen las hojas, donde se da la fotosíntesis, son difundidos por medio de una red especial llamada floema y repartidos por toda la planta, incluso hasta la raíz.
Con el movimiento, los azúcares se aceleran y mientras más grandes son las hojas, más rápido se alcanza el resto de la planta; sin embargo el floema actúa como si fuera un cuello de botella en los tallos, el tronco y las ramas. De esta manera llega un momento en el que crecer más se transforma en un desperdicio de energía en las hojas.
Los árboles que tienen gran altura alcanzan su límite cuando las hojas aún son pequeñas pues los azúcares tienen que moverse mucho por medio de un tronco para poder llegar a la raíz y se hace así un cuello de botella mayor.
De acuerdo a los cálculos de Jensen, las hojas muy pequeñas o muy grandes son inviables en los árboles que son muy altos. Por arriba de los cien metros, es difícil que los árboles tengan hojas sanas y esta es la razón por la que las más altas secuoyas en Estados Unidos no pasan de 115.6 metros.
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