El Capital Intelectual en la Actualidad
la participación y el desarrollo de las empresas en nuestra vida diaria; ya que sin duda las necesitamos y en la mayoría de los casos formamos parte de una laboralmente, lo que nos permite darnos cuenta de los cambios contantes que se viven dentro y fuera de ellas
17 de November · 602 palabras.
🕘 Resumen
En la actualidad, las empresas se han dado cuenta de que el conocimiento es el elemento clave para su competitividad en el mercado.
Anteriormente, el capital intelectual se basaba principalmente en las inversiones en tecnología o infraestructura, pero ahora se están enfocando en la economía del conocimiento. El conocimiento se está valorando cada vez más como un factor clave en la gestión empresarial.
Para mantenerse competitivos, las empresas deben prestar atención a sus procesos y estrategias internas, evaluando sus fortalezas intangibles, como el conocimiento, antes de proponer nuevas soluciones técnicas o materiales.
En general, las organizaciones deben tener una base de conocimiento y una capacidad que añada valor a las mismas, así como recursos que sean inimitables, insustituibles y escasos, para poder reforzar su ventaja competitiva.
En esta época de transición constante, el conocimiento es un factor crucial para el éxito empresarial. Por lo tanto, es crucial que las empresas se centren en gestionar su capital intelectual para seguir siendo competitivas en el mercado moderno.
Osho filósofo y orador menciona en uno de sus escritos sobre el hombre la frase “lo único constante y seguro en la vida son los cambios”.
Dicha frase me lleva a reflexionar sobre la participación y el desarrollo de las empresas en nuestra vida diaria; ya que sin duda las necesitamos y en la mayoría de los casos formamos parte de una laboralmente, lo que nos permite darnos cuenta de los cambios contantes que se viven dentro y fuera de ellas.
En lo particular uno de los principales cambios que he notado en las empresas es el que se refiere a su Capital Intelectual, anteriormente este estaba basado principalmente en las inversiones al área de la tecnología o infraestructura, por el contrario en la actualidad tanto las organizaciones como sus dirigentes se están dando cuenta que nos encontramos en un periodo de transición constante, lo que para ellas está representando una lucha entre la economía industrial y la economía del conocimiento o intelectual.
Por tal motivo es que en la mayoría de las empresas los cambios que se están produciendo están considerando al conocimiento como el elemento clave en la escena empresarial, interesándose con mayor frecuencia en definir, valorar, controlar y gestionar el factor intelectual (conocimiento) para lograr ser más competitivos en el área a la que se encuentren enfocadas. “En general, para que las organizaciones refuercen su ventaja competitiva deben tener una base de conocimiento y una capacidad que añada valor a las mismas, así como recursos que sean inimitables, insustituibles y escasos” (Peña, 2002).
Dicho lo anterior se puede plantear que en nuestra actualidad para poder mantenerse en un ámbito competitivo, es necesario y de gran ayuda para su desarrollo que las organizaciones volteen su vista hacia el interior de sus procesos y estrategias, evaluando sus bases, poniendo especial atención y énfasis a sus fortalezas y herramientas intangibles, dentro de los cuales destaca el conocimiento, antes de proponer nuevos materiales técnicos o tecnológicos. De acuerdo a Probst et al. (2001), pocas organizaciones tienen una comprensión clara de la importancia de los activos del conocimiento y cómo dichos activos están distribuidos a lo largo de éstas, por tanto, ignoran el éxito que se puede lograr a través de la gestión de dichos activos.
A modo de conclusión se puede considerar que gracias a estos cambios en la forma de ver al Capital Intelectual en las empresas se debe volver necesario en el planteamiento de su Dirección Estratégica el desarrollar mayores programas para obtener en forma ordenada y sistemática el conocimiento existente en toda organización, esto a fin de que los empleados pasen de ser sólo un recurso humano o una fuente de mano de obra, a ser un socio, con lo cual pongan a disposición de la organización su experiencia, intelecto, intuición y capacidad de generar nuevos conocimientos; que al convertir y administrar ese conocimiento se puedan generar o fortalecer las competencias distintivas de la organización, abriendo una brecha entre sus competidores. “Porque la única ventaja sustentable de una organización es lo que la gente sabe y lo que hace con ese conocimiento” (Civi, 2000).
Nevado Peña, Domingo & López Ruiz, Victor R. (2002). El capital intelectual: valoración y medición. España: Financial Times-Prentice Hall.
Probst, G., Raub, S. & Romhardt, K. (2001). Administre el conocimiento. México: Prentice Hall.
Civi, Emin (2000). Knowledge management as a competitive asset: a review. Marketing Intelligence & Planning, 18, 166-174.
Zaira Karina Baruch Vera.
Programa de la maestría “Dirección Estratégica”.
CFE en conjunto con el Instituto de Ciencias y Estudio Superiores.