Metodología de Procesos Psicologicos
La metodología científica, siguiendo las coordenadas de la Teoría del cierre categorial, exige, necesariamente, la realización pública de operaciones (por parte de los sujetos gnoseológicos) con términos fisicalistas para posibilitar su contrastación y verificación.
7 de September · 438 palabras.
🕘 Resumen
El artículo plantea que la psicología cognitiva se basa en variables introspectivas que consideran al sujeto como una entidad separada de su entorno, lo que impide su tratamiento científico.
La metodología científica, siguiendo la Teoría del cierre categorial, requiere la utilización de términos fisicalistas para posibilitar su contrastación y verificación, lo que permite obtener resultados objetivos supraindividuales.
Sin embargo, en el caso de los procesos psicológicos en primera persona del sujeto, se carece de estos términos y son operaciones privadas que dificultan su contrastación y verificación.
Entonces, el registro de meras estimaciones subjetivas emitidas por el sujeto en distintas situaciones estímulares no contarían con el rigor científico necesario.
Por lo tanto, se propone que la psicología cognitiva necesita reconstruir la dualidad dentro/fuera del sujeto desde coordenadas no-metafísicas y buscar una metodología que permita la contrastación y verificación de los procesos psicológicos en primera persona de manera objetiva y supraindividual.
Estas variables, referidas a estados introspectivos del sujeto temático y que lo consideran como una entidad separada de su mundo circundante, suponen una relación reflexiva límite que, como veremos, impide su tratamiento científico.
La metodología científica, siguiendo las coordenadas de la Teoría del cierre categorial, exige, necesariamente, la realización pública de operaciones (por parte de los sujetos gnoseológicos) con términos fisicalistas para posibilitar su contrastación y verificación, dando lugar a resultados objetivos supraindividuales mediante el establecimiento de ciertas relaciones consistentes entre los términos (las verdades científicas o teoremas) que permitan neutralizar las operaciones de los científicos (es decir, cuando nos encontramos ante un teorema, las operaciones, en caso de que estén correctamente realizadas, acabarán siempre desembocando en él, al margen de cuál sea el sujeto que las ejecuta).
Esta situación no se puede lograr con una metodología que pretende estudiar los procesos psicológicos en primera persona, dado que, en este caso, se carecería de términos fisicalistas con los que realizar operaciones, ¿cómo iba el científico a poder realizar operaciones con los procesos psicológicos del sujeto temático? (por otro lado, este tipo de operaciones psicológicas no son públicas por lo que su contrastación y verificación resultarían imposibles); a lo sumo, lo único que se estaría haciendo es registrar meras estimaciones subjetivas emitidas por el sujeto temático (u objeto de estudio), carentes de rigor científico, ante la presentación de situaciones estimulares muy diversas.
Por este motivo, necesariamente, en el plano del ejercicio, los psicólogos cognitivos actúan como si fueran psicólogos conductistas, esto es, registran diferentes respuestas de los sujetos ante la presentación de diferentes tipos de estimulaciones. Será en el plano de la representación, y cuando pretendan explicar por qué se emiten diferentes respuestas ante la modificación de las condiciones estimulares, donde recurrirán a toda suerte de fantasmas gnoseológicos (maquinarias cognitivas sustantivadas, metáforas de homúnculos, &c.).
De esta manera, para solucionar las limitaciones que, según los psicólogos cognitivos, presentaba el conductismo grosero (al eliminar el estudio de la conciencia subjetiva del campo de la psicología), se completará el típico esquema E-R con modelos del funcionamiento psicológico, de carácter metafísico y de gran oscuridad gnoseológica, a partir de la asunción de diferentes metáforas entre las que cabe destacar la metáfora del ordenador.
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