Raul Salinas de Gortari. Exonerado de Toda Culpa.

Raul Salinas de Gortari es exonerado del delito de enriquecimiento ilícito tras varios años de haber sido culpado injustamente por un gobierno que en su momento se valió de falso testigos protegidos, un fiscal especial corrupto y una supuesta vidente

Jesus Blas Arámbula Trejo
Jesus Blas Arámbula Trejo
14 de August · 756 palabras.
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🕘 Resumen

Después de mucho tiempo, se ha concluido el último proceso penal en contra de Raúl Salinas de Gortari, el de Enriquecimiento Ilícito, exonerándolo de toda culpa.

El aparato gubernamental trabajó para mantener el poder de unos cuantos, lo que incluyó falsas acusaciones y testigos protegidos y pagados, un fiscal especial corrupto, y una supuesta vidente que afirmaba haber encontrado los restos de Manuel Muñoz Rocha en una finca propiedad de Raúl Salinas, lo cual era falso.

Los procesos penales a los que fue sometido Raúl Salinas estuvieron plagados de incongruencias y fue puesto en un estado de indefensión por las irregularidades del gobierno.

El artículo “Raúl Salinas, aquellas historias” de Julián Andrade, publicado en La Razón el 2 de julio de 2013, recuerda el impacto en la procuración de justicia y los intereses corruptos que existieron en un gobierno pasado.

La exoneración de Raúl Salinas de Gortari en el delito de enriquecimiento ilícito es uno de los casos judiciales más emblemáticos de la historia reciente de México, con implicaciones políticas y periodísticas significativas.

Desde su detención en 1995 por su presunta implicación en el homicidio de José Francisco Ruiz Massieu se presentaron inconsistencias en las investigaciones, incluyendo testigos sobornados por la autoridad administrativa y participación de videntes en puestas en escena falsas.

 Raul Salinas de Gortari
Exonerado de toda culpa.

Después de un largo tiempo, se pone fin a el último proceso penal que se llevaba en contra de Raul Salinas de Gortari, el de Enriquecimiento Ilícito . Es penoso que se ponga a trabajar todo el aparato gubernamental para intereses de unos cuantos y así mantener el poder, como lo hizo un ex presidente que en su momento de gobierno, se valió de falsas acusaciones, supuestos testigos protegidos y pagados, un fiscal especial corrupto de nombre Pablo Chapa Bezanilla, una supuesta vidente que afirmaba haber encontrado los restos de Manuel Muñoz Rocha en una finca propiedad de Raul Salinas de Gortari y que resulto totalmente falso.

Plagado de incongruencias en todos los procesos penales fue arrestado, enjuiciado y puesto en un estado de indefensión a Raul Salinas de Gortari; no permitiendo a él y a sus abogados acceso a los expedientes.

Al día de hoy, como si con un “Usted disculpe” él, como tantas personas pudieran recuperar el daño moral, psicológico, económico y familiar que penosamente en México sigue dando.

Me permito citar el artículo de Julían Andrade titulado -Raul Salinas, aquellas historias- publicado en el periódico la Razón el día 02 de julio del 2013, que nos presenta una la breve reseña sobre este caso y el impacto a ha tenido en nuestra procuración de justicia la corrupción y los interés que existieron en un gobierno pasado.

-Raúl Salinas, aquellas historias-
Julián Andrade. Periódico la Razón. 02 de julio del 2013

- La exoneración de Raúl Salinas de Gortari, por el delito de enriquecimiento
ilícito, coloca en la agenda pública uno de los casos judiciales más
emblemáticos de la historia reciente, por sus implicaciones en diversos
ámbitos y en particular el político y el periodístico.
Desde que fue detenido, en 1995, por su presunta implicación en el homicidio
de José Francisco Ruiz Massieu, la investigación mostró inconsistencias que
fueron creciendo con el tiempo. Testigos sobornados por la autoridad
ministerial, puestas en escena en la que participaron videntes, calaveras
suplantadas y un largo etcétera que configuró uno de los momentos más
bochornosos para el aparato de procuración de justicia.
El propio Salinas escribió un libro al respecto: "Lo que el juez ignoró para
condenarme", que vale la pena leer con cuidado, porque da cuenta de cómo
puede funcionar el sistema cuando se actúa por consigna.
Con el tiempo se demostró la perversidad de sujetos como Pablo Chapa
Bezanilla, fiscal encargado de las indagatorias, que terminó sujeto a un
proceso penal por su actuación indebida.
Salinas de Gortari resultó inocente de esas acusaciones, pero pasó 10 años
en la cárcel, algunos de ellos en el penal de Máxima Seguridad del
Altiplano, que en aquellos años todavía se llamaba Almoloya.
Sobre ello también escribió una suerte de memorias carcelarias: "Por qué
Almoloya", que describe la rudeza del encierro.
Las acusaciones en su contra por enriquecimiento inexplicable, también
generaron tramas fantásticas que fueron de México hacia Europa. Circularon
historias inverosímiles, acreditadas a fuentes ocultas, pero que tenían la
marca, inconfundible, de algunas oficinas de gobierno.
La opinión pública quería un villano para explicar la crisis del 94 y las
autoridades se lo pusieron en bandeja de plata.
La captura de Salinas en 1995 permitió desviar la atención del daño
económico que produjeron las malas decisiones económicas en diciembre del
año anterior, e impidieron un debate serio al respecto.
La prensa, con notables excepciones, jugó un triste papel en la construcción
de esas y otras historias.
Se dejaron seducir por una narración que confirmaba sus propios prejuicios,
en lugar de someter las informaciones oficiales a la prueba del ácido,
aunque ello significara disgustar al poder.
Hoy podemos estar ante una situación similar, porque el personaje despierta
fobias y dispara buena parte de los reflejos condenatorios que se desatan
ante este tipo de situaciones.
La exoneración, que se anunció hace un par de días, ya fue impugnada por la
PGR y será un Tribunal Unitario el que determine la suerte de un asunto que
literalmente viene desde nuestro pasado. Un pasado complejo y en buena
medida triste, porque en aquel entonces se desataron muchas de las fuerzas
que terminaron por dañar a la procuración de justicia.
En cosa de un mes tendremos el veredicto, pero creo que es tiempo de voltear
la página, pero sin olvidar el costo que tiene utilizar la justicia en aras
de imponer una agenda política o para tratar de consolidar un liderazgo.-

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