La Arquitectura de la Habana
Por no pertenecer a los siglos XVII, XVIII y XIX, estos edificios no cuentan con una protección suficiente que garantice su conservación. La importancia arquitectónica y urbana de La Habana, en función de su pasado, su presente y su futuro.
19 de June · 443 palabras.
🕘 Resumen
El artículo examina la importancia arquitectónica y urbana de La Habana, sobre todo en función de su pasado, presente y futuro, destacando la difícil percepción de la escala urbana en la ciudad y cómo esto se relaciona con la derogación de las Ordenanzas de Arquitectura y Urbanismo en los años 60.
La calle 23 es un ejemplo de la variedad arquitectónica de la ciudad y la importancia de sus estructuras como símbolos de la memoria colectiva y hitos históricos.
Edificios como el Pabellón Cuba, la heladería Coppelia y el Puente sobre el Almendares son ejemplos destacados de este fenómeno y su importancia en la percepción de la ciudad.
Además, se menciona el Edificio de Apartamentos Dúplex de 23 y 26 como un caso paradigmático de la obra contemporánea más comentada en su momento de construcción en 1953, con su sensación de novedad y atrevimiento.
En general, el artículo trata de resaltar la riqueza cultural y arquitectónica de La Habana como una ciudad única en el mundo y con gran potencial turístico.
Deben ser pocos los cubanos que no conozcan la habanera calle 23, una de las arterias viales más importantes de la ciudad. Desde un fugaz comienzo en el Malecón, va trepando Rampa arriba, pasa por el Coppelia -sitio que ha cruzado el Tercer Milenio con el mérito de ser el lugar más concurrido de los citadinos-, atraviesa el puente sobre el sobreviviente río Almendares -el mismo que inspiró a Dulce María Loynaz- y así vamos en un gran ascenso recto hasta la cumbre. Una vez allí nos descolgamos por la misma vía transformada en Avenida 42, hasta el mar allá en la Copa. Esa es la luminosa 23 & 42.
A todo lo largo de este eje vial, conviven edificaciones que se alzan como exponentes del quehacer constructivo de una época, convirtiéndose estos inmuebles en algo más que paredes, funcionalidad y estética. Son memoria colectiva y en algunos casos símbolos de fracturas estilísticas. El Pabellón Cuba, la heladería Coppelia y hasta el mismísimo puente sobre el Almendares señalaron hitos históricos.
Un caso paradigmático y diferente a los ya citados es el edificio de Apartamentos Dúplex de 23 y 26, inmueble que en su momento de construcción -1953- fue una de las obras contemporáneas más comentadas, no sólo por los enormes voladizos de seis metros a ambos extremos, sino por la galería balcón cada dos pisos, el reducido puntal de las plantas y la limpieza estructural del conjunto. Todos los elementos anteriormente mencionados le imprimieron a la edificación una sensación de novedad, de obra demasiado atrevida. Ante este hecho insólito por su gran osadía técnica que anulaba cualquier construcción de la misma época, los transeúntes dejaban escapar o bien los más ácidos comentarios o las más favorables opiniones.
El crecimiento de actividades comerciales y de servicios que llevó a una búsqueda de supuestos “espacios vacíos”, dio lugar a que algunas edificaciones adyacentes a esta arteria vial, representativas de estilos arquitectónicos dignos de conservarse, se vieran afectadas por este proceso. Además por no pertenecer a los siglos XVII, XVIII y XIX, estos edificios no cuentan con una protección suficiente que garantice su conservación.
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