La Izquierda Tiene Dientes
Y acostumbra morder con frecuencia. Los partidos que representan a los oprimidos, a los desheredados del mundo, los defensores de la paz y de la igualdad, los que ponen cuantas veces sea necesario la otra mejilla, son todo lo contrario de eso que dicen ser.
4 de January · 630 palabras.
🕘 Resumen
Los izquierdistas han logrado hacer creer al mundo entero que son agredidos constantemente, permitiéndoles insultar, sabotear y censurar, ya que se sienten con el derecho de hacerlo también.
Aunque la mayoría de las veces las agresiones no son graves o simplemente no existen, los izquierdistas marxistas, leninistas, estalinistas, castristas y chavistas no toleran que alguien les lleve la contra. Para ellos, una terrible agresión es un artículo como este.
Les duele más un "periodicazo" que un balazo, considerando tanto al que dispara como al que escribe el enemigo mortal.
Curiosamente, Lenin, Stalin y Castro utilizaron la prensa para hacerse del poder, pero cuando la izquierda se ve obligada a llenarse los bolsillos y usar sus influencias al extremo, es un pecado mortal que los medios divulguen sus atrocidades.
El proceso para llegar a ser tan hipócrita y miserable es largo, comenzando en la adolescencia con la admiración hacia el Che Guevara y la culpabilidad por la pobreza en el mundo.
En conclusión, la izquierda utiliza diferentes tácticas dependiendo de su fortaleza, optando por sus mejores oradores y escritores cuando es débil y por sus mejores pelotones cuando es fuerte.
Pero no toleran que alguien los agreda con la palabra o la pluma y olvidan la sencilla regla de "no te enojes tanto cuando te hacen lo que te gusta hacer".
De ahí que pueden insultar, sabotear, censurar y hacer cuanta estupidez se les ocurra, puesto que son agredidos tienen derecho a hacerlo también, al perro que patean muerde.
La realidad es que, en la mayoría de los casos, las agresiones no son graves o simplemente no existen, pero ellos con su mentalidad marxista, leninista, estalinista, castrista y, para los más contemporáneos, chavista, no toleran que alguien les lleve la contra.
Un izquierdista convencido de lo que ladra tiene la seguridad de que la razón le pertenece, y el que no opina como él no merece ni vivir. Así es que una terrible agresión para un izquierdista es, sencillamente, este artículo.
Les duele más un periodicazo que un balazo, tanto el que dispara como el que escribe es para ellos el enemigo mortal. Curiosamente, Lenin y Stalin utilizaron la prensa a su máxima capacidad en la época para hacerse del poder, y Castro ni se diga. Y la receta nunca cambia, cuando la izquierda es débil utiliza a sus mejores oradores y escritores, cuando ya es fuerte suele utilizar a sus mejores pelotones. Pero creen que nadie, a excepción de ellos, puede agredir ni con la palabra ni con la pluma. Es una regla tan sencilla que aprendemos desde niños: “Si te gusta hacer no te enojes tanto cuando te lo hagan”.
Por ejemplo, cuando la izquierda no está en el poder, cosa que odian, se la pasan haciendo propaganda sobre lo malo o indebido que hace la derecha. Pero cuando ellos llegan al poder, y se ven forzados a repetir el trámite: llenarse los bolsillos, usar sus influencias al extremo, ser autoritarios, entre otras muchas atrocidades, es un pecado mortal que la prensa lo divulgue.
Es, sin duda, un proceso muy largo para llegar a ser tan hipócrita y miserable. Inician en la adolescencia admirando la estrellita en la gorra del Che y deprimiéndose al ver a la señora que pide limosna con su hijo en brazos. Después alguien les dice que la culpa de la miseria del mundo la tienen todos los que poseen un negocio propio, y les recomiendan leer a Marx.
Lo que sale de ese extraño experimento son personas que no saben utilizar la tolerancia ni reconocer jamás que se equivocan. Y, si por alguna extraña razón, algún día reconocen que se equivocaron, la culpa la habrán tenido Marx y el profesor que les enseño a leer.
La principal característica de los partidos de izquierda es que se empeñan en hacer lo imposible con los métodos menos adecuados, y cuando todo colapsa la culpa no la pueden tener ellos. Y no la tienen. No porque lo único que por desgracia son buenos para hacer es la propaganda. La izquierda siempre tiene un enemigo, aunque éste ni se de por aludido, y sobre él recaerá siempre la culpa de los fracasos. Para muestra un botón: según los gobiernos de Cuba y Venezuela, el culpable de todo lo malo que pasa es esos países, hasta la muerte de una anciana centenaria, es, sin duda, Estados Unidos.
Entonces -alguien se preguntara-, ¿la derecha es la mejor opción? No es una muy buena opción, la desgracia es que ya no hay otras. Lo único cierto es que todos los políticos, con poquísimas excepciones, son miserables y corruptos. La diferencia es que los de derecha están a favor de un modelo económico que más o menos funciona y se mueven bien en la democracia. Y los izquierdistas, por el contrario, ni saben de economía y odian la democracia sobre todo cuando les es adversa.
Adán J. Loredo