el Café Se Mueve por Europa y Llega a Francia
En los inicios del siglo diecisiete el café era aún una bebida ajena y que semejante que otras sustancias extrañas para la época como el azúcar, el cacao y el te, al comienzo era empleado como un recurso medicinal por las clases altas esencialmente.
12 de April · 669 palabras.
🕘 Resumen
A comienzos del siglo XVII, el café era una bebida desconocida para gran parte de Europa y era considerado una sustancia extraña junto con el azúcar, el cacao y el té. Inicialmente, el café era empleado como un recurso medicinal por las clases altas.
Con el paso de los años, los europeos descubrieron las características y beneficios sociales y médicos de la bebida originaria de Arabia. El café empezó a comercializarse en las regiones italianas por los traders que también ofrecían chocolate y licor.
Las primeras barras de café que se abrieron en Venecia lo hicieron en 1683. Las bases sociales de compañía amistosa, amena conversación y comida se enlazaron con la acción de tomar café y, rápidamente, se materializó en un sitio sinónimo de lugar para pasar un rato agradable y social.
En Francia, el café habría de ser popularizado gracias a un embajador turco. Los doctores franceses intentaron limitar su consumo y evitar la propagación de las barras de café para el consumo tratando de promocionar el vino como la bebida nacional.
Finalmente, las campañas en contra del café no tuvieron éxito y su consumo se generalizó.
El café se empezó a comerciar en las regiones italianas por los que se conocían como traders de limonada que también ofrecían chocolate y licor.
Las primeras barras de café que se abrieron en Venecia lo hicieron por ahí del año 1683, y de hecho a la que se tiene establecida como la primera, tenía el nombre de la misma bebida, es decir, café, rápidamente se materializó en un sitio sinónimo de un lugar para compañía amistosa, amena conversación y comida, que de hecho son bases sociales que comúnmente se enlazan con la acción de tomar café.
Destacamos, a pesar de la posterior preferencia y gusto que habrían de generar los franceses hacia la oscura bebida, en un principio se dilataron en adoptarla, quedando por atrás de italianos e ingleses. El café habría de ser popularizado en Francia gracias a un embajador Turco, que ofrecía a sus contrapartes francesas la nueva bebida, pero en realidad les seguía pareciendo una simple curiosidad, tuvo de pasar algo de tiempo hasta que fuera totalmente de consumos popular.
Los doctores franceses, al sentirse amenazados por las mencionadas propiedades medicinales del café, empezaron un intento para tratar de limitar su consumo y evitar la mayor propagación de barras de café para su consumo.
En un primer intento iniciaron una propaganda que decía que se observaba con horror el hecho de que el consumo de café impedía en el gusto por el vino que era definitivamente la bebida nacional. Luego en un texto de seudociencia, un joven médico atacó al café diciendo que afectaba fluido espinal y que generaba convulsiones, parálisis y hasta impotencia. Claramente estos señalamientos eran definitivamente falacias y no tenían sustentos científicas.
Felizmente unos años después otro científico francés de nombre Phillippe Sylvestre, habría de promover un libro defendiendo el café con mucha inteligencia.
Este libro habría de tener una amplia difusión, lo cual, posteriormente iba a impulsar el consumo de café aunque no habrían de parar aquí los obstáculos a los que se tendría de enfrentar.
Gracias a este nuevo apoyo que recibió, un residente italiano inició su propia barra de café justamente enfrente de la Casa de la Comedia Francesa, un lugar concurrido, lo que propició que los actores empezaran a visitar, pero también personajes como escritores, músicos, dramaturgos y demás, para obtener café y tener charlas artísticas y literarias. Ya después el café habría de atraer a famosos personajes como Voltaire y Rousseau. De esta forma el café empezaba a cobrar suma notoriedad con el patrocinio de tan destacados personajes.
Justamente como mencionamos en un principió, el café propició que decayera un poco el consumos de alcohol mientras crecía el número de cafeterías donde se presentaban momentos de conversación e interacción que acabarían por convertirse en el foco de la revolución francesa.
Los franceses en realidad no consumían el café como inicialmente lo hacían los Turcos, que era tostando e hirviendo el café, sino que lo hacían mediante el sistema de la infusión que era molerlo y posteriormente filtrar agua atreves de el y posteriormente sabrían lo que sucedía si endulzaban la bebida y le agregaron leche.
Había obviamente fanáticos del original sabor amargo y fuerte del café pero definitivamente con estas desconocidas versiones se lograba que el café viera más seguidores y más apoyo para las situaciones que habría de seguir enfrentando a lo largo de la historia.
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