Hacer Fotos de la Naturales, Con Días Nublados o Soleados
Es una satisfacción, hacer fotos de la naturaleza que nos rodea, siempre serán unas buenas fotos, simplemente por la cantidad de efectos, que se presentan, dependiendo si el día esta nublado o luce el sol.
12 de April · 765 palabras.
🕘 Resumen
En este artículo se habla sobre cómo el clima y las condiciones del bosque pueden afectar considerablemente a una fotografía.
Los días nublados y neblinosos pueden crear una atmósfera especial en un bosque al dejar pasar la niebla entre los árboles, lo que aumenta la sensación de profundidad entre el frente y el fondo de la imagen.
Sin embargo, este tipo de clima también puede transmitir sensaciones negativas, como el miedo o la inquietud.
Por otro lado, en días soleados, la luz atraviesa las ramas y crea haces de luz irregulares que resaltan el contraste de luces y sombras y colores, transmitiendo una sensación de paz y tranquilidad.
Es importante tener cuidado con la exposición y controlar el contraste para evitar la salvedad de áreas quemadas.
Además, en el artículo se recomienda observar las raíces de los árboles, que pueden dibujar formas extrañas y divertidas que permiten jugar con la composición y dirigir la mirada del observador.
En resumen, el autor sugiere aprovechar las condiciones climáticas para crear imágenes con una gran variedad de sensaciones.
La aparición de la niebla entre los árboles, transmite multitud de sensaciones asociadas normalmente al miedo o la inquietud.
No desaproveches, la ocasión de hacer fotos en un día nublado. Plantéate este tipo de cosas en lugar de pensar que el clima no acompaña, para pasear y sacar buenas fotos.
Cuando está soleado, la vegetación es lo suficientemente tupida, el contraste de luces y sombras que se produce crea también una atmósfera muy característica.
Los rayos de luz, que consiguen atravesar las ramas, aparecen en forma de haces que iluminan la escena de forma irregular, potenciando el contraste de luces y colores.
Al igual que ocurre en las escenas con niebla, una imagen con estas características, es capaz de transmitir muchas sensaciones, aunque esta vez ligadas a paz y tranquilidad.
Únicamente, tienes que tener un poco de cuidado a la hora de controlar la exposición. El fuerte contraste de luces y sombras, puede engañar a la cámara a la hora de leer la luz, sacando las zonas de luz quemadas. Después de disparar, y si tu cámara lo permite, comprueba el histograma de la foto o pon un modo de previsualización, que te muestre las zonas que se hayan podido quemar.
Existen ciertos tipos de árboles, que dejan parte de sus raíces fuera de la tierra. Si encuentras uno de estos árboles, no dejar de retratar el detalle de las formas que trazan sus raíces, cuando quedan al aire.
Las raíces del árbol pueden dibujar formas extrañas y a veces divertidas. Sus líneas curvas, nos permiten además jugar con la composición, a la hora de dirigir la mirada, de quien está contemplando nuestra fotografía.
Estudia con detenimiento las raíces y podrás comprobar, como aparecen ante ti multitud de detalles y formas curiosos que querrás transmitir al resto, a través de tus fotografías.
En función del tipo de árbol, también su corteza puede tener mucho que transmitirnos. Existen árboles con cortezas muy lisas, apenas sin texturas, pero hay otras variedades, cuyas cortezas pueden mostrar formas y texturas muy interesantes para fotografiar, presentando estructuras caprichosas.
Observa las cortezas de los árboles con detenimiento y te sorprenderás de lo mucho que te pueden llegar a transmitir en ocasiones.
La textura de la corteza, te permitirá trabajar bien los detalles, en ciertas condiciones de iluminación. También podrás sacar muchos detalles en zonas húmedas, donde el musgo o los hongos compartan espacio con el tronco del árbol, o los nudos e irregularidades del tronco, dispongan formas caprichosas, que te sugieran parecidos con otros elementos de la vida cotidiana.
También, puedes centrarte en el detalle de una única hoja. Al igual que nos ocurre con las raíces o la corteza, muchas veces, nos quedamos en una visión global del árbol y no centrarnos la atención en sus hojas. Su forma y combinación de colores, te puede permitir crear buenas composiciones, y siempre ofrecerá información a quien vaya a ver tus fotos.
Piensa en el detalle o detalles que quieres resaltar, a la hora de elegir una combinación de blanco y negro con color, o cómo quedará la fotografía pasándola a blanco y negro en caso de optar por la de saturación de los colores.
En cualquier entorno natural, encontrarás caminos hechos por el hombre que formarán curvas zigzagueantes. Las curvas son un elemento compositivo muy fuerte, que ayudan a dirigir la mirada marcando una ruta que nos permite recorrer la foto con la vista.
Aprovecha las curvas que encuentres, para dirigir la mirada hacia el punto de interés que consideres en tu foto y determinar cómo debe recorrer la vista la imagen.
En ciertas épocas del año, encontrarás una gran variedad de colores en los bosques.
En otoño el color verde se transforma en combinaciones de rojos, ocres y amarillos que dotan a los árboles de un aspecto muy especial.
En invierno, el hielo y la nieve pueden cambiar los tonos de la vegetación y aportar otras gamas de colores, que no se encuentran el resto del año.
En primavera, lo tonos verdes comenzarán a surgir de nuevo y pueden verse acompañados de otros muchos colores aportados por flores silvestres.
No dejes de visitar con tu cámara un espacio natural en una época del año diferente a la que estés acostumbrado. Puedes sorprendente del aspecto tan diferente que encontrarás, redescubriendo ese sitio que ya creías conocer.
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