Los Valores en las Personas
Existen valores en las personas, dependiendo de a que cultura pertenecemos, estos valores que se nos inculca, nos acompañarán toda la vida.Los valores mas relevantes, se centran en los seis que a continuación comentamos.
2 de April · 707 palabras.
🕘 Resumen
La importancia de los valores en la vida de las personas se debe a su gran influencia en su comportamiento y decisiones. Estos valores son convicciones arraigadas que dan sentido a la vida de las personas y representan lo que es preferible o lo que se considera correcto e incorrecto.
Los valores se adquieren dentro de una cultura, ya sea de forma temprana en el hogar o en la convivencia en la escuela.
Los valores se clasifican en seis tipos: teóricos, económicos, estéticos, sociales, políticos y religiosos; dentro de ellos se da una gran importancia al descubrimiento de la verdad, lo útil y lo práctico, la forma y la armonía, la importancia del amor entre las personas y el enfoque en el bienestar social.
Es importante reconocer que los valores son diferentes para cada individuo y su conformación dependerá de sus experiencias y entorno.
Es fundamental reflexionar sobre nuestros valores y su importancia en nuestras vidas, ya que esto puede influir en nuestra toma de decisiones y en nuestras relaciones con los demás.
Los valores, tienen una gran importancia por su gran influencia sobre el comportamiento de las personas. Estos se adquieren dentro de una cultura propiamente tal, por ejemplo los valores de nuestra cultura occidental promueven el individualismo, la competitividad, el logro, la educación, la paz, la democracia, etc.; también son adquiridos en convivencia por las influencias tempranas del hogar, por ejemplo la cooperación, la armonía, la religión; o también adquiridos en convivencia en la escuela, el compañerismo, la amistad, la responsabilidad, etc. Estos valores son bastante estables y permanentes y nos acompañarán durante gran parte de vuestras vidas.
Existen distintas clasificaciones de los valores; sin embargo nos quedamos con la de G. Allport y colaboradores quienes presentaron los primeros trabajos de mayor importancia en ese sentido. Identificaron seis tipos de valores:
Teóricos. En ellos se da mucha importancia al descubrimiento de la verdad mediante un enfoque crítico y racional.
Económicos. Ponen de relieve lo útil y lo práctico.
Estéticos. En ellos se atribuye el máximo valor a la forma y la armonía.
Sociales. Conceden el máximo valor al amor entre las personas.
Políticos. Ponen de relieve la adquisición del poder e influencia.
Religiosos. Se ocupan de la unidad de la experiencia y el conocimiento del cosmos como un todo.
Resulta interesante observar, que los estudios realizados utilizando dichas clasificaciones encontraron, por ejemplo, que las personas según su ocupación dan distinta importancia a los seis tipos de valores. Es posible pensar entonces en un maestro de escuela, que seguramente conceda la primera importancia a los valores teóricos, la segunda tal vez a los valores sociales, la tercera en importancia a los valores económicos, en cuarto lugar los políticos, en quinto los estéticos y en sexto los religiosos. Cabe preguntarse, cómo será un maestro cuyo resultado en la clasificación de valores, lo señale en primer orden los valores políticos, en segundo los teóricos, en tercero los religiosos, etc.
Los valores de la personas, sin lugar a duda pueden cambiar y un ejemplo claro de ello ocurre en la adolescencia, cuando se comienzan a “cuestionar” por parte de los jóvenes, siendo ello parte de un proceso natural, de formación de identidad personal. Para identificar los valores en una persona, es decir, para conocer su eje valorativo y sus convicciones más profundas que guían sus decisiones, podemos preguntar una y otra vez hasta llegar a una convicción y sentimiento inexplicables, entonces habremos dado con un “valor” como lealtad, confianza, seguridad, etc.:
Los valores, por ser tan estables y permanentes y por formar parte de la identidad personal, resultan difíciles de cambiar; por ejemplo piense si usted renunciaría con facilidad al valor de la honestidad, la lealtad, la verdad, la dignidad u otro que “sea parte” de usted. Por lo anterior, es más factible reconocer el conjunto de valores en la persona y adecuar nuestra explicación a ellos; así nuestro punto de vista será más fácilmente comprendido y aceptado.
Un conflicto puede originar su raíz, en valores diferentes sostenidos por las partes, siendo crucial identificarlos, reconocerlos, respetarlos y apreciarlos (ello permitirá la apertura de la otra parte hacia nosotros), posteriormente, debemos encontrar un “piso común” valórico en las partes desde las cuales, sea posible provocar un movimiento en las posturas que permita dialogar o negociar.
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