Mucha Información y Poca Relación
El silencio entre las personas, no saber comunicarnos, habiendo creado un mundo de enlaces donde las noticias de todo el mundo entra en nuestras casas sin permiso.
24 de February · 686 palabras.
馃晿 Resumen
En la era de las comunicaciones masivas, el ser humano tiene cada vez m谩s dificultades para relacionarse.
A pesar de que tenemos acceso a noticias y hechos que ocurren alrededor del mundo en cuesti贸n de minutos, no tenemos la m铆nima idea de lo que ocurre en el alma de nuestros conocidos y familiares.
Nos cuesta comunicarnos unos con otros y expresar nuestros sentimientos, lo que se refleja en la rapidez con que cambiamos de opini贸n o pareja. Los v铆nculos maternales y filiales a menudo se mantienen por necesidad o convencimiento, pero falta la expresi贸n l贸gica y verdadera del afecto.
A pesar de tener palabras y gestos convencionales, nos faltan las expresiones de afecto genuino.
Nuestra vida y sus aspectos sociales, pol铆ticos, econ贸micos, culturales, religiosos y muchos otros cambian seg煤n las modas y las etiquetas sociales, lo que dificulta a煤n m谩s la comunicaci贸n clara y sincera.
En esta era de las comunicaciones, estamos cada vez m谩s incomunicados en lo esencial: en nuestras emociones, sentimientos y pensamientos.
Ahora podemos saber en horas, en minutos muchas veces, lo que pasa al otro lado del globo. Las noticias van muy r谩pidas; radio, televisi贸n, peri贸dicos y revistas son los medios de difundir grandes y peque帽os hechos, d谩ndoles cada uno su forma y el color preferido, pero nosotros all铆 estamos, hablando con la pantalla de nuestro televisor 贸 con la radio, charlando con un diario o unas p谩ginas impresas a color, donde siempre salen las personas m谩s famosas del mundo.
Pero, no tenemos ni la m铆nima idea de lo que ocurre en el alma de nuestros conocidos y familiares, no tenemos del todo claro lo que sentimos, lo que es peor, nos cuesta much铆simo comunicarnos los unos con los otros.
La gente cree que ama y se cree que piensa, pero no tiene nada clara la firmeza de su afecto, ni de lo que puede opinar. La prueba est谩 en la rapidez con que muchos cambiamos de parecer y de pareja... Los v铆nculos maternales y filiales se mantienen muchas veces por necesidad o por convencimiento, pero har铆a falta el verdadero afecto y la expresi贸n l贸gica de ese cari帽o. No tenemos las palabras y los gestos que indiquen la existencia de unos lazos de afecto.
Dejando a un lado saludos y sonidos convencionales, palabras hechas para muchas situaciones y alguna que otra discusi贸n un poco subida de nivel.
Pero sin embargo poco afecto en las expresiones, el contacto entre las personas se queda reducido a impulsos de emoci贸n, que van y vienen, existen y desaparecen con la misma duda que esos impulsos.
Nuestra vida y sus aspectos sociales, pol铆ticos, econ贸micos, culturales, religiosos y muchos otros, cambian seg煤n las modas, y como nadie quiere que lo etiqueten como "raro", se incorpora a ellas, alterando el parecer, de acuerdo a como va el viento.
Nunca podemos plantear con claridad nuestra forma de pensar, porque realmente no pensamos, y lo poco que lo hacemos, bastantes veces no forma parte de nosotros.
Entonces, estamos incomunicados en la era de las comunicaciones. La mayor铆a de los medios de informaci贸n nos barren y en ellos comienza y termina nuestra vida de relaci贸n. Nuestro tiempo ocupado muchas veces en cosas banales, nos roba el disponer de nuestros ratos de relajaci贸n y conversaci贸n con quienes nos rodean.
Son muchas las veces que escuchamos palabras de amor en los actores de la pantalla, que no tenemos la necesidad de transmitirlas a quienes amamos. Adem谩s, la fuerza de la ficci贸n vuelve ficticia nuestra expresi贸n no manifestada.
Nosotros, tendr铆amos dos problemas: falta de ideas y sentimientos -porque no se nos inculc贸 ni prepar贸 para desarrollarlos- e imposibilidad de trasmitir lo que no tenemos o tenemos de una forma muy vaga y poco definida.
El fracaso de la ideolog铆a en mucho 贸 en poco, los fracasos sentimentales diarios, son signos de socorro sobre lo poco estable de nuestros sentimientos e ideas que no tienen base ni raz贸n de ser.
La no existencia de comunicaci贸n, viene de la inseguridad para hablar 贸 hacer aquello que no tenemos nada claro ni en nosotros mismos, ni en los dem谩s.
Parece ser, que se impone valorar el 谩mbito de los sentimientos y considerarlos como positivos, dando el papel que puedan y deban jugar en nuestras vidas. Tenemos la responsabilidad de controlar 贸 evitar las malas emociones y potenciar las que nos gusten, y dar valor a ser capaces de pensar, de analizar, de escoger, de decidirnos y plantear nuestras decisiones actuando en consecuencia; por lo menos, empezar a razonar uno mismo, sin dejarse llevar por lo admitido o no, por las corrientes de opiniones que nos rodean.
Para llegar a una expresi贸n concreta, s贸lo nos queda un paso. Es imposible querer de verdad y no manifestarlo, as铆 como pensar sin actuar de forma normal a esas ideas.
En el gran mundo de las comunicaciones, hay que a帽adir la afinidad entre los hombres, para que sepan qu茅 cosas deben comunicarse.
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