Perder Peso No Debería Ser Tan Difícil

El secreto para verse bien no es dejar de comer, es comer sanamente y pequeñas porciones durante el día. Las frutas y ensaladas serían una excelente opción en nuestro menú habitual.

Alejandro Castro
26 de December · 530 palabras.

🕘 Resumen

Bajar de peso sin dejar de comer es posible si se sigue una dieta saludable y se cuidan los hábitos alimenticios. El metabolismo funciona mejor cuando se come, por lo que es importante comer cada tres horas pequeñas porciones de comida saludable, como frutas, ensaladas y postres especiales. El secreto para perder peso es quemar más calorías de las que se consumen, por lo que es recomendable llevar un registro de las calorías consumidas y quemadas. Una dieta restrictiva no siempre asegura resultados óptimos, por lo que es necesario cambiar algunos hábitos alimenticios, como reducir las grasas, gaseosas, jugos y alcohol. No se trata de suspender de forma tajante alimentos, sino de agregar otros que compensen los platillos. Es recomendable incluir más verduras, frutas, proteínas y cereales en la dieta. En cuanto a las frutas, es aconsejable comerlas con el tiempo adecuado de digestión para evitar problemas estomacales. Mientras se mantenga la disciplina, el orden y la constancia, se pueden obtener resultados satisfactorios. Además de mejorar la apariencia física, cuidar los hábitos alimenticios también beneficia la salud.

Mucha gente piensa que bajar de peso sin dejar de comer es algo imposible. De hecho, es cuando comemos que nuestro metabolismo funciona al cien por ciento, lo mantenemos activo transformando calorías en energía y haciendo que nuestro sistema digestivo se desenvuelva sin mayores complicaciones. La idea es que comamos cada tres horas pequeñas porciones de comida saludable; frutas, ensaladas, postres especiales; en fin, hay una larga lista de alimentos que podemos considerar a la hora de variar nuestro menú.

El secreto para perder peso está en quemar más calorías que las que se consumen, y aunque suena obvio, este sencillo principio no siempre es tenido en cuenta. ¿Cómo saber cuántas calorías estamos consumiendo y cuantas estamos quemando? Para eso es bueno tener a la mano un cuaderno donde podamos anotar el número de calorías de la comida que consumimos regularmente. Un medidor de pulso nos ayudará a saber las que quemamos con cada actividad que realizamos; es cuestión de disciplina, orden y constancia, los resultados no serán cien por ciento precisos, pero al menos sabremos si estamos bajando de peso o si, por el contrario, estamos ganando kilos extra.

Si bien es cierto que una dieta, entre más restrictiva no asegura resultados óptimos, es prudente saber que ciertos hábitos alimenticios deben variar, algunos de forma radical, y no solo por nuestra apariencia física; nuestra salud agradecerá un giro de ciertas costumbres alimenticias. Bajarle a las grasas, por ejemplo, a las gaseosas, a los jugos de agua y al alcohol sería un buen punto de partida para corregir algunas costumbres perniciosas. Tampoco se trata de suspender de forma tajante alimentos que usualmente incluimos en nuestra alimentación; lo mejor es agregar otros que compensen un poco nuestros platillos, hacerlo nos ayudaría bastante ya que empezaríamos a acostumbrarnos a ciertas comidas que son de gran provecho para nuestro organismo; incluyamos más verduras, más frutas, más proteínas, más cereales. Referente al tema de las frutas, lo aconsejable es comerlas con un tiempo prudencial, bien sea antes o después del plato fuerte, estamos hablando de una hora y media, dos horas. Las manzanas hacen maravillas en nuestro organismo; lo limpian, ayudan a nuestra digestión y mejoran nuestro metabolismo. Muchos la incluyen en su dieta regular porque afirman que pueden llegar a perder dos kilos en tres días mediante su consumo.

No dejemos de lado la actividad física. Si no estamos acostumbrados a hacer mucho ejercicio comencemos con lo suave; salgamos a caminar todos los días por media hora, montemos en bicicleta, aunque sea por 45 minutos diarios. Cada vez que nos sea posible, empleemos las escaleras en lugar del ascensor; si vamos en autobús bajémonos dos cuadras antes de nuestra parada; con estas sencillas cosas vamos sacudiendo nuestro cuerpo, e inconscientemente, le transmitimos el mensaje de que no queremos estar gordos, que por eso nos gusta hacer ejercicio; llegará el momento en que él asimile la información que le enviamos, al suceder esto será para nosotros un placer llevar a cabo aquellas rutinas físicas que antes nos parecían aburridas y fastidiosas.

Bajar de peso sin dejar de comer es posible.

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