Consejos para una Vida Más Plena Ii

Este consejo bien redactado, debería decir “Hablar solo positivamente”, sin embargo, creo que queda más claro redactado de esta forma. A veces, nos dejamos ir por aquel dicho de “Las palabras se las lleva el viento”, lo que muchas veces debería de ser cierto, sobretodo cuando recibimos un insulto,

José Hernández Velasquez
José Hernández Velasquez
19 de November · 1006 palabras.
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🕘 Resumen

El artículo habla sobre la importancia de hablar solo en positivo y evitar las negatividades en nuestras palabras y pensamientos.

La autora dice que nuestras palabras expresan lo que estamos pensando y, por lo tanto, si hablamos de forma negativa, estamos activando los poderes del universo para que se manifiesten las situaciones negativas que tememos.

En lugar de quejarnos de nuestras enfermedades, crisis o problemas, la autora recomienda enfocarnos en las soluciones y en hacer cambios positivos en nuestras vidas.

La autora también advierte sobre elegir bien con quién nos relacionamos, ya que las personas con las que nos relacionamos son un reflejo de lo que llevamos dentro. Finalmente, la autora cita a un sabio griego que dijo: "Si no tienes nada bueno que decir, mejor no digas nada".

En resumen, es importante ser conscientes de nuestras palabras y pensamientos y mantener una actitud positiva para atraer cosas buenas a nuestras vidas.

 NO HABLAR NEGATIVIDADES.
Este consejo bien redactado, debería decir “Hablar solo positivamente”, sin embargo, creo que queda más claro redactado de esta forma. A veces, nos dejamos ir por aquel dicho de “Las palabras se las lleva el viento”, lo que muchas veces debería de ser cierto, sobretodo cuando recibimos un insulto, ofensa o escuchamos algo negativo o desagradable. Deberíamos ser lo suficientemente sensatos de establecer un filtro y no dejarla que se haga parte de nosotros.
Otra máxima muy sabia reza así “De la grandeza de tu corazón hablará tu boca”. Piénsalo, tus palabras expresan únicamente lo que estás pensando. No puede ser de otra forma. Si dices algo negativo, es porque estás pensando algo negativo. Y ESTO ES PELIGROSÍSIMO.
¿Por qué es peligroso? Porque estás activando dos de los tres grandes poderes del universo: pensamiento, palabra y acción.
¿Qué estás enfermo? Pero quejarte todo el tiempo de ello, no te sanará.
¿Qué hay gente que hace cosas que no te agradan? Pero hablar todo el tiempo de ellas no las hará cambiar.
¿Qué hay crisis? ¿Qué hay conflictos? ¿Qué hay…? Pero hablar de ello no te hará cambiar. Por el contrario, EN LUGAR DE SER PARTE DE LA SOLUCIÓN, ESTÁS ELIGIENDO SER PARTE DE LA CRISIS.
Recuerda lo que dijo el sabio griego: “Si no tienes nada bueno que decir, mejor no digas nada”.
CUIDA CON QUIEN HABLAS.
Recuerda , , y para que nos quedé claro, permíteme expresarlo según un dicho mexicano que oí en una conferencia .
Hoy por hoy, los psicólogos nos dicen que las personas con quienes nos relacionamos no son más que un espejo de lo que nosotros somos internamente. En otras palabras, si tiendes a estar mucho tiempo con personas negativas, es porque (y aunque no nos guste admitirlo), en algún nivel somos negativos. Si tiendes a estar con personas enfermas, estás contemplando la enfermedad para ti mismo. Si tiendes a estar con personas sin aspiraciones, puede que tú también estés teniendo problema en este sentido.
A veces, por nuestros paradigmas mal entendidos (te invito a revisar otros artículos sobre la fuerza del paradigma), creemos que forzosamente tenemos que seguir con aquellas personas que no nos dejan nada positivo y en cambio, nos roban energía y limitan nuestra creatividad y nos sentimos desleales si cambiamos nuestros compañeros. Pero es inevitable que al haber un cambio de hábitos, actitudes, comportamientos, pensamientos, paradigmas, estrategias y demás elementos necesarios para triunfar en todos los aspectos de nuestra vida, que habrán cambios en quienes nos acompañan en el trayecto.
Así que el consejo es: Cuidado con quien te juntas, porque hasta lo…
CUIDAR LOS PENSAMIENTOS
¿Por qué este consejo lo separo del anterior? Porque en el anterior he querido recalcar la importancia de lo que hablamos y mostramos al mundo, pero en este caso, posiblemente no se lo mostremos al mundo, pero es una parte de nuestra realidad, de hecho, para muchos expertos, mucho más poderosa que la parte física.
¿Dónde está nuestra mente? En el cerebro, seguro que no.
La mente es intangible y básicamente está formada por nuestros pensamientos (60,000 diarios, según los cálculos más conservadores). Es la materia prima de los resultados en nuestra vida, porque según pienses, así hablarás y así actuarás. No puedes decir algo que no hayas pensado y no puedes hacer algo, sin el control de la mente. ES LÓGICA SIMPLE Y SENCILLA.
La mente debe ser un reino en el cual solo tu debes gobernar. Sin embargo, para la mayoría de personas, parece ser que la mente es todo lo contrario, como un caballo desbocado, podríamos decir. Muchos creen que sobre la mente no se puede ejercer ningún control y que estamos a merced de sus caprichos. Pero eso no es cierto.
Otros, han mal interpretado y creen que deben buscar dejar la mente en blanco. Lo cual es poco menos que imposible, porque la mente está hecha para pensar, así como el corazón está hecho para latir. No pueden dejar de funcionar. Con mucha práctica, podemos acceder a los espacios que quedan entre pensamiento y pensamiento, como el sutil y breve silencio que se escucha entre ola y ola.
Sin embargo, por lo menos deberíamos de poder ser conscientes de qué pensamientos estamos albergando y decidir si nos conviene o no nos conviene, por que tu cuerpo mismo está siendo creado y sostenido por esta gran fuerza.
En resumen, no le digas a tu mente en qué no debe de pensar, mejor diles en qué sí debe de pensar. Te pongo dos ejemplos: Por favor, no pienses por ningún motivo, razón o circunstancia en un elefante blanco, enorme, con ojos azules y sumamente enojado. ¿En qué pensaste? En un elefante blanco, enorme, con ojos azules y sumamente enojado.
Otro ejercicio. Según los sabios de oriente, el secreto de la felicidad es no pensar en nada, especialmente, no pensar en monos. No pienses en monos saltando, monos corriendo, monos en tu habitación. Para nada pienses en monos.
¿Qué pasó? Te aseguro que pensaste en monos.
La mente no entiende el concepto de no. Por lo tanto, dile lo que SÍ quieres pensar. Y tomando en cuenta, que la mente consciente solo sostiene un pensamiento a la vez, el secreto es que cada vez que te hagas consciente de un pensamiento que no deseas, repite el pensamiento que sí deseas. Al principio podrá parecer una gran disciplina, pero cada vez se hará más fácil.

 José Luis Hernández
Asesor y gerente de empresas. Catedrático de cursos de Economía Industrial, Seguridad Industrial, Comunicación Oral y Escrita, Organización de Talleres, Programación de Computadoras, Neurociencias Cognitivas y otros. Capacitador y conferencista de temas de crecimiento humano.


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