Gallegos por el Mundo
Cultura y tradición unidas en la preciosa región de Galicia. Exportadores sin parangón y esperados en todo el mundo, este gran pueblo nos aporta alimentos de primera calidad, así como una historia rica y profunda. Conozca donde se esconden estos maestros de la buena vida.
9 de August · 373 palabras.
🕘 Resumen
Galicia es conocida por su tradición y calidad gastronómica, y es fácil encontrar restaurantes gallegos en ciudades como Madrid, Palma y Marbella, lo que demuestra el orgullo que sienten los gallegos por su cultura culinaria.
La cocina gallega se caracteriza por la sencillez de su elaboración, que permite disfrutar de la calidad de la materia prima, especialmente del marisco de las rías gallegas, consideradas las mejores del mundo por expertos y biólogos de la FAO.
Aunque el consumo de marisco en Galicia es ancestral, no fue hasta épocas recientes que se generalizó su aprecio gastronómico, y hasta mediados del siglo pasado el consumo estaba restringido a las poblaciones marineras.
La afición de los gallegos por el marisco es una realidad avalada por la ciencia, ya que la morfología física de las rías gallegas y su ubicación hacen de ellas un entorno biológico singular y único.
En resumen, la calidad de la materia prima y la sencillez en su elaboración son la clave de la cocina gallega, especialmente en la preparación del marisco, un auténtico manjar para el paladar.
Galicia es una fuente de riqueza histórica sin parangón. Su calidad culinaria es envidiada en el mundo entero, siendo sus restaurantes de los más extendidos por el mundo.
La cocina gallega se caracteriza básicamente por la sencillez de su elaboración. Partiendo de una materia prima de excelente calidad, no precisa de demasiados artificios para ofrecer al aficionado a la buena mesa, una auténtica experiencia para el paladar.
Las rías gallegas ofrecen inmejorables condiciones para el marisco, las mejores del mundo, según opinión unánime de los biólogos internacionales y los expertos de la FAO. A pesar de que su consumo se viene realizando desde la más remota antigüedad, curiosamente hasta épocas relativamente recientes no se generalizó su aprecio gastronómico. De hecho, todavía hasta la medianía del pasado siglo, el consumo de marisco, así generalmente entendido (con la excepción casi única de langostas y ostras, que sí tenían demanda foránea), prácticamente estaba restringido a las propias poblaciones marineras, donde los mariscadores ofrecían sus productos de puerta en puerta, y no era infrecuente que en las tabernas portuarias se acompañara el marisco como tapa del vino.
La afinidad consustancial entre Galicia y el marisco es un hecho cierto y tangible que va más allá de la leyenda, de la propaganda o de la simpatía: tiene un fundamento científico perfectamente avalado y estudiado. Y es que resulta, fíjense qué curioso, que la morfología física de las rías gallegas, y su ubicación en el lugar justo y preciso (de latitud, de temperatura del agua, de riqueza de placton) hace de las rías gallegas un entorno biológico singular, único en todo el planeta.
Por estas y muchas más razones Galicia es hoy día una región exportadora de cultura por excelencia para todo el mundo.
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