La Subcultura Adolescente
Relevamiento de las principales subculturas adolescentes urbanas en Argentina, tal como se presentan en la actualidad a los efectos de identificar pautas de comportamiento, valores estéticos y su posible impacto sobre la sociedad en su conjunto
6 de June · 13819 palabras.
🕘 Resumen
Las subculturas son grupos de personas que comparten pautas culturales distintas de la cultura dominante. A menudo, estas pautas culturales constituyen estilos de vida que se manifiestan en el tiempo libre o en lugares específicos.
La aparición de subculturas en las grandes ciudades es un efecto residual de la globalización, ya que las microculturas que alteran el mapa cultural ofrecen una respuesta a la idea de una sola cultura en la que se anulan las diferencias.
Las subculturas constituyen una resistencia a la sociedad desencantada por la globalización que caracteriza la vida en las grandes megalópolis. La incorporación a una subcultura implica efectuar elecciones y aceptar restricciones. Las culturas son etnocéntricas y clasistas, y a veces racistas.
En la sociedad argentina existen innumerables subculturas, incluyendo la del fanático del fútbol, los habitantes de los countries, los habitantes de barrios carenciados, los militares o los intelectuales, entre otros.
La mayoría de las subculturas refuerzan la cultura dominante, pero algunas se apartan de ella completamente.
SUBCULTURAS o MICROCULTURAS
Una subcultura es un núcleo de pautas culturales más o menos divergentes compartidas por un grupo o categoría de personas de una sociedad. Estas pautas culturales particulares dentro de una cultura mayor suelen constituir estilos de vida que se manifiestan en el tiempo libre o en espacios específicos que se generan en distintas instituciones o lugares.
La emergencia de subculturas o microculturas en las grandes ciudades ha sido señalada por diferentes sociólogos como un efecto residual de la globalización. La idea de la aldea global, de una sola cultura en la que se anulan las diferencias, encuentra respuesta en la aparición de microculturas que alteran el mapa cultural.
En este sentido las subculturas constituyen la manifestación de una disidencia cultural o una “resistencia” ante una sociedad desencantada por la globalización del proceso de racionalización, la masificación y la inercia que caracteriza la vida de las grandes megalópolis del nuevo milenio, donde todo parece estar supeditado al éxito personal y al consumismo alienante.
La incorporación a una subcultura implica efectuar elecciones y aceptar restricciones: según la pertenencia social se puede acceder o no a ciertos espacios. Se es elegido para ingresar o para ser excluido. Estas culturas son etnocéntricas, clasistas, y a veces racistas. Se puede elegir dentro de una cierta gama condicionada por el sector social al que se pertenece. Influyen los modales, la vestimenta, el peinado, la edad, la “onda”.
En la sociedad argentina hay innumerables subculturas. La subcultura del fanático de fútbol, de los habitantes de los “countries”, de los habitantes de barrios carenciados, de los militares o de los intelectuales. Hay muchas subculturas raciales, religiosas, de clase social, regionales y de intereses especiales.
La mayoría de las subculturas vienen a reforzar la cultura dominante ofreciendo la oportunidad de expresar individualmente intereses especiales sin abandonar la cultura dominante. Pero ciertas subculturas se oponen a la cultura dominante, y algunos sociólogos las denominan “contraculturas”. La contracultura rechaza elementos fundamentales de estructura normativa vigente. Son ejemplos de estas contraculturas la subculturas de los consumidores de drogas, de los grupos criminales o de las organizaciones revolucionarias.
Quienes adhieren a la contracultura se han apartado de la cultura dominante y se ajustan a su propio sistema normativo. A menudo suscitan el temor o la antipatía de las personas convencionales, generalmente se los rechaza y a veces son objeto de persecuciones.
LA SUBCULTURA ADOLESCENTE
El fenómeno social que mejor ejemplifica la existencia de subculturas o microculturas en el contexto de una determinada sociedad son las denominadas subculturas adolescentes, también denominadas como “tribus urbanas”.
En una cultura globalizada dominada por las comunicaciones que le quitan sentido a los territorios pues se anulan las fronteras, en un sociedad que les cierra las puertas y les niega espacios, los adolescentes crean sus propios ámbitos de socialización. Lo hacen apropiándose de “territorios” en el espacio público –calles, esquinas, plazas, estaciones de ferrocarril, polideportivos, etc.- donde se reúnen a conversar, escuchar música, beber o consumir sustancias. El adolescente en esos espacios se siente integrado a un grupo de pares. Allí se acentúa lo que los jóvenes poseen en común y disminuyen los aspectos que los diferencian.
En esos ámbitos, el adolescente incorpora un conjunto de normas específicas que le permiten construir su imagen, un conjunto de comportamientos, actitudes y valores a los que adhiere, ahí pueden resistir aquellos aspectos de la cultura de los adultos que rechaza.
En la base de estos fenómenos subculturales existe una búsqueda de identidad y pertenencia. Durante la adolescencia suelen modificarse las relaciones que los jóvenes mantienen con sus familias y cobran especial importancia los vínculos que establecen con otros jóvenes. De ahí la relevancia que adquieren los grupos, bandas, pandillas y tribus urbanas en la vida de los adolescentes. Muchos de ellos establecen una dependencia excesiva de las normas culturales y valores de los grupos, por la seguridad que les otorga pertenecer a ellos.
La sociología comenzó a estudiar la subcultura adolescente a partir de las investigaciones realizadas por Ralph Linton (1942) sobre los adolescentes norteamericanos en los colegios secundarios -high school-. Linton percibió que esos jóvenes habían constituido una sociedad separada de la sociedad adulta, con sus propias normas y valores. La escuela se había transformado en el centro de la vida social de los adolescentes, en un espacio que originó una nueva sociabilidad y una lógica propia.
Posteriormente , Talcote Parson, profundizando esas investigaciones identificó la aparición de una “cultura juvenil”. Cultura que generaba una nueva conciencia generacional, que “cristalizaba en la cultura autónoma e interclasista centrada en el consumo hedonista”, a pesar que ésta no producía, por estar todavía en el sistema educativo. Esto llevó a talcote Parsons a señalar que la cultura juvenil se alejaba cada vez mas del trabajo e incluso de la estructura de clases, ya que el acceso al tiempo libre por ejemplo, parece cancelas las diferencias sociales entre los jóvenes uniformándose la cultura juvenil, en la medida en que se vinculan al mercado a través del consumo.
Pablo Urbaitel, investigador del Centro de Estudios de la Cultura y Tecnología, en su investigación “Los docentes de nivel medio ante la cultura joven” ha seleccionado tres dimensiones que a su entender caracterizan a la cultura joven: rock, lenguaje y look.
Seguidamente resumiremos algunas de las consideraciones formuladas por Urbaitel que juzgamos de sumo interés para comprender la cultura adolescente.
a) Rock
Es a juicio de Pablo Urbaitel el elemento que mas frecuentemente condiciona a la cultura juvenil. El rock constituye lazos de identidad entre los jóvenes. Tienen con los mismos un vínculo muy especial, una relación paradigmática: a través de ellos, muchos adolescentes se posicionan ante el mundo. Ser admirador de una banda puede significar, o es también, un posicionamiento ético, no solo un gusto musical.
Los jóvenes rockeros hacen de este campo cultural un estilo de vida que se manifiesta diariamente, no solo en los recitales, sino también en su cotidianeidad, escuchando música constantemente en la casa o en la calle a través de walkman, mp3 o mp4, en las discotecas , en los pubs, etc.
El rock es mucho más que un género musical. Es un fenómeno social; por su natualeza trasciende lo meramente artístico para enraizarse en la sociedad que durgió. El rock es música, es baile; pero también es postura ante la sociedad, es estética y al mismo tiempo es ideología en un sentido amplio.
Desde su aparición, el rock se presenta como una especia de demarcación de lo juvenil como categoría, diferenciándose de las propuestas culturales que, hasta ese momento, en general, no proponían diferencias generacionales. El rock introducía una ruptura de generaciones en el orden de los gustos. El rock and roll situaba a los adolescentes lejos de sus mayores.
El rock, como fenómeno social, se encuentra íntimamente relacionado con la cultura de masas, las mutaciones del espacio público y los vertiginosos avances tecnológicos de las últimas décadas. Producto de la cultura de masas y de la industria cultural, el rock emplea medios de alta tecnología para llegar a públicos masivos. Inscripto en un sistema de circulación de dinero, de bienes simbólicos y materiales está en estrecha relación con la producción y reproducción de máscaras, modas y comportamientos.
El estudio realizado por Urbaitel destaca que en esta época de escepticismo generalizado, de desprestigio social de la política y de los políticos, de indiferencia radial, se produce en el ámbito musical lo que se denomina “la politización de la música”. Se trata de un mecanismo de desplazamiento de los políticos hacia los músicos como modelo de identificación. Se los toma como estandartes, como modelos de una filosofía de vida. Personajes como Axel Rose, Jin Morrison, Micke Jagger y Luca Prodan son algunos ejemplos de este fenómeno.
Por lo tanto, la elección de una banda musical o un cantante de rock constituye, para muchos adolescentes, un factor estructurante de su personalidad. Algo así como una suerte de tarjeta de presentación o de identificación personal con una determinada subcultura. La gran utilización de remeras con inscripciones de los Redondos de Ricota, Sumo, Metálica, Fito Páez, etc., parecen señalar: “aquí estoy, así soy yo”. En una sociedad global que tiende a la homogeneidad extrema, la música, y el rock en particular, parece ser el último reducto donde demostrar la diferencia, donde afirmar la alteridad, donde decir “Yo”.
b. El lenguaje
El segundo elemento señalado por Pablo Urbaitel para identificar a la subcultura adolescente es el lenguaje. Por su intermedio, el joven intenta construir un universo singular que los distancie del “otro”. Para ello construye una singular sintaxis, que como en cualquier lengua, sólo puede ser comprendida por quien conozca sus claves.
El lenguaje es desacartonado e informal y, probablemente, posee un vocabulario menos rico, términos cargados de una variada multiplicidad de significados.
Es frecuente advertir la sorpresa de los adultos respecto de la escasa cantidad de palabras que emplean los adolescentes y de la particularidad en la multiplicidad de sentidos en muy pocos significantes. Esta escasez de palabras pone en evidencia la importancia que adquiere el receptor para decodificar los mensajes; por lo tanto hay que reconocer esta jerga específica, hay que poseer este saber especial para el uso de palabras. Tener un código común refuerza la identidad, a la vez que diferencia a los jóvenes del resto.
Un claro ejemplo de este fenómeno en el empleo de ciertos insultos que han perdido su significado agresivo, inclusive se recurre a ellos con tanta frecuencia que parecen ocupar el lugar de un signo de puntuación, como si en esta particular gramática fuera el punto o la coma.
El lenguaje coloquial empleado por los jóvenes, los insultos, también tienen una impronta adolescente, logran distintas significaciones, en algunas oportunidades continúan con un lesivo significado; en otras, hasta puede ser un halago -¿te encaraste a esa potra? ¡qué hijo de puta! ¡te felicito!- sólo los adolescentes pueden si fue un insulto o una alabanza.
Más allá de las características generales, recientemente mencionadas, cada tribu urbana posee cierto lenguaje particular. No utilizan las mismas palabras, ni le otorgan el mismo significado un “rockero”, un “dark” o un “gótico”. Tampoco utilizan las mismas palabras los adolescentes de acuerdo a las edades.
c. El cuerpo y el look
Otro de los elementos distintivos de la cultura juvenil es la forma de vestirse, de cubrir el cuerpo. Así, el cuerpo se convierte en portador de infinitos mensajes pero, sobre todo, en el portador de la primera imagen; con el cuerpo uno se presenta ante la mirada de otros.
El cuerpo incluye las formas de vestir, una estética cotidiana, el lenguaje corporal y el lenguaje hablado. El cuerpo para los jóvenes aparece como un lugar de transgresiones y la vestimenta es una de sus formas de vehículizarlas. Veamos algunos ejemplos:
El uso de vaqueros: un jean no es sólo un pantalón. No es lo mismo una marca que otra, pero sobre todo, no es el mismo fijarse a qué marca pertenece que no hacerlo. La prolijidad extrema, la pulcritud, el pantalón planchado e impecable, es considerado como algo ficticio, “careta”, al igual que la moda; por lo tanto lo cómodo prevalece junto a los desaliñado – informal, lo viejo y lo gastado. Encontrarnos jean rotos y deshilachados –fundamentalmente en subculturas antisistema- como símbolos libertarios, como marcas de los “joven”. Lo espontáneo funciona como antítesis de los prolijo, lo sutil; -entendida como regla de la vida social oficial- de esta manera los cuerpos sienten decir “somos libres”.
Indiferenciación sexual: la moda unisex es un elemento distintivo de la moda juvenil. El uso de pelo largo, de aros, de remeras ajustadas, que antes eran propiedad exclusiva de las mujeres, ahora son usadas por ambos; lo mismo ocurre con los pantalones, los sacos y el pelo corto, ante propiedad exclusiva de los hombres, y ahora, también de las mujeres.
Se advierte una cierta inclinación a reducir las barreras entre hombres y mujeres, en la indumentaria, los peinados y adornos.
Empleo atemporal de la indumentaria: otra característica señalada por Urbaitel es el hecho de que no existen diferentes pautas para distintas ocasiones. Es decir, la consigna es vestirse siempre de la misma manera, no importa si es un día de semana o sábado a la noche De esta forma se intenta romper a través de la vestimenta la dicotomía entre tiempo cotidiano y tiempo excepcional.
Los cuerpos hablan desde los gestos y poseen un alto valor simbólico, evidencian a simple vista la personalidad de la que son envoltorio, como si en una relación dialéctica, la imagen exterior constituyera al individuo. Así, un cuerpo con las características señaladas, se aproxima a una eficaz inclusión en el grupo de pares. Por ello el lugar del cuerpo es tan importante para afirmarse ante la mirada de los otros, posibilitando aceptación y respeto.
Para Urbaitel, el “look” constituye un compuesto en el que se combinan el cuerpo, la vestimenta, los accesorios y aparece como el resultado de una anatomía corporal moldeada por rutinas y ortopedias en función de una imagen, siempre dentro de los límites de la moda, para tratar de ofrecer un estímulo seductor a la mirada de los otros. Haciendo una extensión del término entiende que las tribus urbanas son receptáculos en los que se agrupan aquellos que se identifican con un mismo “look ampliado” en el que se entremezclan ropas, peinados, accesorios, gustos musicales, maneras de hablar, lugares de encuentro, expectativas similares, ilusiones compartidas. Funciona como un mecanismo de identificación de semejantes y segregación de diferentes.
Uno de los elementos características de las socializaciones de tipo grupal es el especial inversión de significado simbólico que se efectúa en determinados objetos.
El objeto fetiche puede ser un aro, una determinada forma de cortarse el cabello, de emplear los pantalones, etc. En general el universo de los objetos que pueden emplear los grupos es cuantitativamente muy reducido, parece como si a la volubilidad de la sociedad oficial esos grupos quisiesen oponer una identidad más densa. Sin embargo esa fidelidad de imagen parece generar una vinculación más estrecha entre objetos utilizados y sujetos de la utilización. Nos encontramos ante un universo de consumidores, pero d consumidores sui generis, que consumen una imagen fija contra el eclecticismo que propone la sociedad actual.
El empleo de tatuajes es otra característica de ciertos segmentos juveniles. Los mismos exhiben en los brazos, espaldas y aún en el rostro. Los cuerpos, de esta forma, quedan marcados eternamente, como un rito de iniciación de una tribu primitiva o anunciando –conforme a las imágenes grabadas- a que subcultura pertenece el portador.
El cuerpo de los hombres y las mujeres se cubre desde tiempos inmemoriales de accesorios que de una u otra forma envía a sus semejantes un mensaje de pertenencia social y grupal.
En las últimas décadas, algunos adolescentes pertenecientes a sectores populares o marginales de las grandes ciudades se han visto inclinados a incorporarse a grupos criminales. Esta inclinación surge de la búsqueda de emociones fuertes como para obtener protección en barrios violentos. Estos grupos conforman subculturas desviadas o contraculturas. Tal es el caso de las bandas latinas conocidas como “Maras” que asolan los barrios pobres de algunas ciudades de los Estados Unidos de América y muchos países de Centroamérica.
Después de haber realizado un primer abordaje a la problemática de la subcultura adolescente se ha observado la gran dinámica que el fenómeno presenta. Las subculturas surgen, mutan, desaparecen o se fraccionan dando origen a nuevas subculturas. Este hecho dificulta la posibilidad de que el estudio comprenda la totalidad de las subculturas o microculturas adolescentes existentes actualmente en Argentina.
Por lo tanto, el estudio tratará de abarcar el mayor número de estas subculturas. A priori se han seleccionado las siguientes subculturas:
1. Subcultura Hippie
2. Subcultura Punk
3. Subcultura Heavy Metal
4. Subcultura Cheta
5. Subcultura Gótica
6. Subcultura Rollinga o Stones
7. Subcultura Skinheads
8. Subcultura Emocional
9. Subcultura Floogger
El trabajo se centrará en la descripción de cada una de las subculturas analizando las siguientes variables:
• Origen de la subcultura
• Expresión musical que la identifica
• Principales modelos de identificación (Referentes).
• Estética
• Valores y conductas –filosofía de vida- que propugna
SUBCULTURA HIPPIE
El hippie es una persona que se adhiere a una subcultura con orígenes en el movimiento de contracultura de los años 1960. La palabra hippie se deriva del inglés hipster que solía usarse para describir a la subcultura previa de la Generación Beat que también tuvo como base importante a la ciudad estadounidense de San Francisco y su distrito Haight-Ashbury. Esta nueva subcultura heredo los valores contraculturales de la Generación Beat, crearon sus propias comunidades, escuchaban rock psicodélico, abrazaron la revolución sexual, participaban en activismo radical y usaban drogas como la marihuana, el LSD y otros alucinógenos para expandir la conciencia.
A fines de los años sesenta en EEUU los hippies constituyeron una suerte de moda juvenil para después quedar fuera de moda pero subsiguientes generaciones de neohippies mantendrían vivo al movimiento como una subcultura establecida en muchas formas y con nuevas generaciones hasta hoy. Pequeños enclaves de hippies originales así mismo continúan siguiendo este estilo de vida, mayoritariamente en lugares rurales.
Podríamos considerar algunos valores y consignas del movimiento en general aunque existen hippies que enfatizan mas un estilo de vida bohemio, uno marcado por espiritualidad alternativa (new age) y otro por el activismo radical (Yippies) o dos o todas estas cosas al mismo tiempo. Se podría mencionar la tendencia de adoptar un modo de vida comunitario, basado en el amor y la paz, renegaban del nacionalismo y de la regulación estatal así como de la mercantilización y burocratización de la vida cotidiana por parte del capitalismo. Existe cierta tendencia a revalorizar y valorizar modos espirituales no occidentales o judeo cristianos. Estaban en desacuerdo con los valores tradicionales de la clase media estadounidense. Consideraban el paternalismo gubernamental, el militarismo, las empresas multinacionales y los valores sociales tradicionales como parte de un sistema que, a sus ojos, no tenía legitimidad.
Los hippies suelen buscar lugares de autonomía con respecto de las tendencias hegemónicas de la sociedad. Por sí mismo el movimiento no tenía un carácter ideológico ni político claramente definido, aunque sus ideas y su modo de vida tienden claramente a una perspectiva de izquierda libertaria. Esto debido al rechazo del consumismo de la sociedad capitalista contemporánea, una visión usualmente ecologista, una central importancia al respeto a la libre expresión de la subjetividad y la creatividad y y la propuesta más desarrollada que era la creación de eco aldeas y otros modos de relaciones humanas.
La subcultura hippie tuvo un importante impacto en la cultura influenciando la música, el cine, la literatura y el arte. Así mismo algunos valores hippies como la tolerancia y celebración de la diversidad religiosa y cultural han logrado amplia aceptación incluso por la sociedad mayoritaria. Así mismo sus valores de libertad sexual (amor libre) y su búsqueda de formas de espiritualidad alternativa han logrado expansión y aceptación. Los hippies anticiparon el movimiento New Age o Nueva Era así como múltiples movimientos reconstruccionistas y conservacionistas de culturas locales amenazadas por la globalización occidentalizada homogenizante y en alguna forma al movimiento ecologista. La idea que manejaron en torno a la sociedad era la de la construcción de una Sociedad alternativa, idea que tuvo importante influencia en subculturas y movimientos políticos de socialismo libertario extraparlamentario posteriores.
Aunque este movimiento fue de origen estadounidense, se expandió dentro de la expansión general global de la subcultura juvenil rebelde de los sesenta. En EEUU la subcultura se expandió sobre todo a partir de 1966-67 desde su origen californiano hacia el este del país y después llegaría a Europa, América Latina y Oceanía. El año 1967 así fue conocido como el verano del amor y después se alcanzaría un punto cúspide en el festival de Woodstock de 1969 en la costa este de EE. UU.
El icono del hippie suele ser un hombre con el pelo y barba notablemente más largos que lo considerado «elegante» en la época. Ambos sexos tendían a dejarse el cabello largo y algunos hippies caucásicos lo llevaban al estilo afro, imitando a los afroamericanos. Mucha gente no asociada a la contracultura consideraba estos largos cabellos una ofensa, o «anti-higiénicos», o consideraban aquello «cosa de mujer». El entonces gobernador de California Ronald Reagan definió al hippie como «un tío con el pelo como Tarzán, que camina como Jane y que huele como Chita».
Para ambos sexos, tanto el cabello largo como su forma de vestir funcionaban como señal de pertenencia a esta contracultura y muestra de su actitud iconoclasta. Otras características asociadas a ellos son:
Ropas de colores brillantes (de estética psicodélica) o, en su defecto, desteñidas: camisas, largas faldas, pantalones de campana... Se inspiraron también en estilos de vestir no occidentales, como las ropas indias (cherokee), de la India o africanas, y adoptaron símbolos como la flor o motivos de los indios americanos. Muchos de los hippies se confeccionaban su propia ropa, en protesta ante la «cultura consumista».
Les agradaba tocar y componer música en las casas de amigos o en fiestas al aire libre como en el Human Be-In en la ciudad de San Francisco, California, celebrado el 7 de enero de 1967. Asistían a festivales como el Festival Pop de Monterrey en 1967 y el Festival de Woodstock en 1969. Actualmente, existe el llamado Burning Man Festival. Amor libre, ejemplificado en su rechazo a la institución del matrimonio y el desarrollo de una conducta sexual libre de las regulaciones provenientes de la Iglesia judeo-cristiana o el Estado, vistas como intromisiones en la vida personal y obstáculo en la libertad individual (aspecto claramente compartido por libertinos como el Marqués de Sade y el anarquista Henry Thoreau. Generalmente, eran tolerantes con la homosexualidad y la bisexualidad.
La vida en comunas aunque ya no tan común. Uso de incienso, tomado esto del budismo zen que promovieron escritores de la generación beat como Jack Kerouac y Aldous Huxley; además de una recuperación de los valores naturales de las plantas.
En la mayoría de ellos el uso de drogas como marihuana, hachís, y alucinógenos como el LSD y la psilocibina (extraída de un hongo), son algo habitual ya sea para diversión o para lograr una «expansión de la mente y la conciencia» mediante la «Experiencia psicodélica»; algo predicado por Aldous Huxley, Allen Ginsberg y principalmente Timothy Leary a principios de los 60.
El gusto por escuchar, interpretar y componer rock psicodélico, rock progresivo, música folklórica local, folk-rock, y más recientemente Música New Age, psytrance o psybient. De todas formas suelen escuchar más géneros de música que en algunos casos comparten valores y estéticas similares al hippismo o la psicodelia como la música New Age o el reggae o inclusive otros con visiones y perspectivas más lejanos aunque las tendencias principales de gustos musicales son estas.
SUBCULTURA PUNK
El punk es un movimiento musical dentro del rock que emergió a mediados de los años 1970. A finales de los años 1960, una corriente de jóvenes de Gran Bretaña y otros países industrializados consideraban que el rock había pasado de ser un medio de expresión para los jóvenes, a una mera herramienta de mercado y escaparate para la grandilocuencia de los músicos de ese entonces, alejando la música de la gente común. El punk surgió como una burla a la rigidez de los convencionalismos que ocultaban formas de opresión social y cultural.
The Ramones hicieron composiciones sencillas, cuyas ácidas letras trataban temas como la anti-moda y las drogas, marcando con su estilo una pauta a seguir para las bandas por venir. La visita de éstos a Londres hizo que grupos ya existentes, como los Sex Pistols, comenzaran a usar sus instrumentos como medios de expresión y provocación para mostrar su descontento hacia lo que consideraban una sociedad de mentalidad estrecha y represora.
Además de los Sex Pistols y The Ramones las bandas más destacadas de la música punk son The Clash –su tema “Should I stay or should I go” es considerado un himmno por ellos. En Argentina, el principal exponente es la banda “Ataque 77”, y también “Flema” y “Cadena Perpétua”.
El término inglés "punk" tiene un significado despectivo que suele variar, aplicándose a objetos -"basura"- o a personas -"vago", "despreciable" o, también, "basura" y "escoria"-. Se utiliza de forma irónica como descripción del sustrato crítico o descontento que contiene esta música. Al utilizarlo como etiqueta propia, los punks se desmarcan de la adecuación a los roles y estereotipos sociales. Debido al carácter de este significado, el punk a menudo se ha asociado a actitudes de descuido personal, se ha utilizado como medio de expresión de sentimientos de malestar y odio, y también ha dado cabida a comportamientos neuróticos o autodestructivos.
Las consignas punk son que no hay futuro. Los punk exaltan el odio con su lema “hate & war”. Sienten un gran rechazo por el mundo adulto y la sociedad en general. La cosmovisión punk se basa en cinco consignas: ni principio de autoridad, ni patriarcado, ni capital, ni Iglesia ni Estado. Muestran un total rechazo por las instituciones democráticas. Consideran que carece de sentido participar de elecciones y prefieren definirse como anarquistas y antimilitaristas. Una particularidad de los punk es que expresan su agrado por una interpretación musical salivando a los intérpretes.
Los punk suelen desarrollar un comportamiento violento. En 1988, por ejemplo, durante el espectáculo “Buenos Aires en Vivo”, organizado por el gobierno de la ciudad de Buenos Aires, los punk produjeron incidentes con los asistentes al recital de la banda “Los Pericos”. Durante la confrontación incendiaron una ambulancia y destrozaron otros vehículos estacionados en los alrededores.
El término punk se utilizó como título de una revista, fundada en 1976, en Nueva York, por John Holmstrom, Ged Dunn y Legs McNeil, que deseaban una publicación que hablara de todo lo que les gustaba: las reposiciones por televisión, beber cerveza, el sexo, las hamburguesas con queso, los cómics, las películas de serie B, y el extraño rock n′ roll que sonaba en los garitos más tenebrosos de la ciudad: Velvet Underground, Stooges y New York Dolls, entre otros.
Más tarde el significado también serviría para inspirar las corrientes izquierdistas del género, como etiqueta que deshace la condición de clase o rol social con deudas de reputación o apariencia.
En su naturaleza original, el punk de la cultura ha sido principalmente de la libertad individual, que tiende a crear creencias en conceptos tales como el individualismo, la lucha contra el autoritarismo, el anarquismo y el pensamiento libre. La ideología punk contienen muy a menudo una visión crítica del mundo, ver a las sociedades modernas que la puesta de límites en la humanidad. Ésta ideología se suele expresar mediante la música punk. A principios de los años 70′s, los "punks" tenían una filosofía muy diferente a la de ahora, era el tener aquella idea de "No future" (no futuro, no hay futuro). Ese concepto era pesimista, desesperado, destructivo y agresivo hacia la sociedad.
Pero, en la actualidad no ha sido lo mismo hace treinta años aunque siguen siendo la misma naturaleza del punk. Puede resumirse en "Hazlo tú mismo", "hazlo a tu manera". Rechazar los dogmas, y no buscar una única verdad. Cuestionar y transgredir todo lo que rodea. No actuar conforme a las modas y las manipulaciones mediáticas además de estar en contra del consumismo. Pensar por ti mismo.
La forma originaria del punk era una forma expresionista de transgresión, buscando liberarse de los corsés estéticos y de la opresión, de la autoridad y en no estar de acuerdo en la sociedad convencional, así como de los estigmas sociales. El punk original no daba explicaciones y buscaba incomodar a lo establecido chocando, ofendiendo y molestando, siendo siempre lo "políticamente incorrecto" y lo opuesto al buen gusto, la moral y la tradición. En un primer momento era básicamente una serie de actitudes de transgresión estética y musical (en la vestimenta, el peinado, etc.), aparejadas a una serie de comportamientos de disconformidad cotidiana, que se fueron acentuando.
Estética punk
La imagen del adolescente punk suele estar asociada con el mal vestir y lo desagradable. Sus miembros suelen calzar borceguíes y vestir pantalones ajustado de cuero, incluso se cortan el pelo al estilo mohicano y lo tiñen de diferentes colores. También acostumbrar vestir un sobretodo negro largo hasta por debajo de las rodillas.
Por otra parte, también se clasifican estilos punk a partir de su temática o enfoque:
Anarcopunk: grupos que enlazan su música con temáticas o prácticas anarquistas.
Horror punk: se caracteriza principalmente por sus letras relacionadas con las películas de terror y de Serie-B y toda la imagen que las acompaña, como Zombies, Ghouls, Vampiros, Esqueletos, etc. Y con una imagen similar, usando maquillaje, peinados -como el Devilock, popularizado por la pionera banda The Misfits-, etc. Algunas bandas son Misfits, Creepersin, Diemonsterdie y The Distillers entre otras.
Gothic punk: Es la rama del punk que mezcla el punk y el movimiento estético gótico. AFI o Parálisis Permanente caben dentro de esta categoría.
Straight Edge: grupos que abogan por el no a las drogas y a favor del vegetarianismo.
Oi!: (también llamado street punk): como se verá este estilo punk está relacionado a la temática Skinhead y a cultura obrera.
Skate punk: generalmente de estilo hardcore o hardcore melódico, grupos relacionados a la subcultura del Skate.
Queer punk o Queercore: grupos con componentes homosexuales.
SUBCULTURA SKINHEAD
Una de las subculturas juveniles que el hombre común mejor identifica es la skinhead. Es también la subcultura que despierta mayor rechazo y hasta temor en la población. La mala imagen de los skinhead se debe especialmente a que sus integrantes suelen aparecer vinculados a hechos de violencia –agresiones a adolescentes de otras subculturas, inmigrantes y miembros de la comunidad judía- o reivindicando al nazismo.
El término “skinhead” surgió de la asociación de las palabras inglesas “skin”: afeitar, rapar y “head”: cabeza. Esta subcultura se desarrolló en el Reino Unido a comienzos de la década de 1960, como heredera de la subcultura “mod”. La subcultura mod estaba integrada por jóvenes pertenecientes a los estratos medios urbanos que solían combinar su preferencia por la ropa fina de marca con la violencia callejera.
En las calles británicas de la segunda mitad del siglo XX los mod comenzaron a mezclarse con los “rudde boys”, jóvenes pandilleros jamaiquinos que por esos años comenzaron a arribar al Reino Unido. Así comenzó a gestarse una nueva subcultura que podría denominarse “mod –rudde boys”. Pero la nueva subcultura no había llegado a consolidarse cuando fue impactada por la violenta irrupción de las subcultura hippie. Fue así como algunos “mod – rudde boys” se incorporaron a la nueva subcultura mientras que otros la rechazaron y buscaron diferenciarse de los hippies.
Las ansias de diferenciación llevaron a los “mod – rudde boys” tradicionales a adoptar una estética radicalmente distinta de la empleada por la subcultura hippie. En tanto, que la subcultura hippie se difundía en los campus universitarios en nombre del pacifismo, el flowers power y las filosofías orientales, los “mod – rudde boys” se inclinaron por la estética y los valores de nacionalismo y el machismo imperante en los sectores obreros de la Gran Bretaña.
Su estética corporal incluí el cabello muy corto, pero no rapado. La vestimenta era muy variada. Incluía las remeras de la marca “Fred Perry”, las camisas a cuadros de la famosa marca “Ben Sherman”, pero también de otras marcas, tales como “Brutus”, “Jaytex”, “Permanent Press” o “Arnold Palmer”. Los pantalones inicialmente eran jeans Levis 501, Lee y Wrangler con el dobladillo arremangado hacia fuera, botas de trabajo con puntera de acero. Normalmente solían emplear ropa sport de jean, pero para sus salidas de los sábados por la noche preferían una vestimenta más formal y elegante: ambos con sacos de tres botones.
A principios de la década de 1980, los miembros de esta subcultura comenzaron a inclinarse por una estética más militar. Así comenzaron a vestir con rezagos militares o prendas similares a las militares como las “flight jacket”, las camperas acolchadas tipo Bomber Alpha MA-1 de la marca Harrington. De color negro para los varones y de color bordó para las mujeres. Los jeans fueron reemplazados por pantalones de combate con muchos bolsillos. También empleaban tiradores a cuadros blancos y negros que simbolizaban su pasado jamaiquino.
Por esa época, la subcultura skinhead integraba la música jamaiquina, la ética del trabajo, compañerismo y autodisciplina imperante en los sectores obreros del Reino Unido.
Su película de culto era “La naranja mecánica” realizada por el director Stanley Kubrick, basada en la novela homónima de Anthony Burgess, que combinaba música y violencia.
Aparentemente, el término “skinhead” para denominar a los miembros de la subcultura comenzó a emplearse a partir del año 1969. Este término desplazó a otras denominaciones anteriores, tales como “lemonheads”, “peanuts”, “noheads”, “Balheads”, “cropheads” o simplemente “mod”.
En sus inicios el racismo no formaba parte del ideario “skin”. Aunque era frecuentes los enfrentamientos entre jóvenes skinhead e inmigrantes pakistaníes (“paki-bashing: literalmente triturar a golpes a los paquistaníes). Más tarde surgieron los “Hammer-skins”. Se trata de skinhead que se inspiraron en la película “The wall”, de la banda Pink Floyd, donde una manifestación de skinhead armados con martillos ataca a los paquistaníes. La imagen hacia referencia también al “Martillo de Thor”, un dios proveniente de la mitología escandinava y muy grata a quienes reivindican la ideología nacional socialista.
La repetición de incidentes violentos donde los jóvenes skinhead asumían un papel protagónico provoco que las autoridades policiales británicas dedicaran muchas energías en controlar al movimiento. Fue así como, a comienzos de la década de 1970, la subcultura skinhead había sido tan combatida y muchos de sus miembros encarcelados que parecía a punto de extinguirse. Sin embargo, pocos años más tarde la situación se revirtió. Hacia 1980 la subcultura skinhead resurgió totalmente renovada.
Musicalmente, los skinhead abandonaron los sonidos reggade por el street punk que pronto término desembocando en el estilo conocido como “Oi!”, que se pronuncia como “Hey!” en el slang “cockney” –londinense-. La creación del término se atribuye al periodista británico Gary Bushell, quien lo utilizó para denominar a las bandas punk que hacia finales de la década de 1970 se rehusaban a participar del estilo comercial que comenzaba a invadir a su música. Bandas como “The business”, “The last resort”; “The 4 skins”; “Combat 84”, “Infra – Riot”, etc.
El “Oil!” constituye para los skinhead “la fuerza del obrero, “Oil!” es la unión de los skinhead, “Oil!” es honor y orgullo.”
La música “Oil!” constituyó una reacción juvenil frente a cambios en el sonido punk que los adolescentes consideraron una pérdida del carácter contestatario y antisistema de su música para hacerse más aceptable y comercial.
Las bandas “Oil!” comenzaron a incluir en sus temas las problemáticas que más afectaban a los jóvenes de la subcultura shinhead: la violencia barrial, el orgullo obrero, el fútbol, el trabajo y el desempleo, el rechazo al sistema social, la represión policial, etc.
A diferencia de otras subculturas que rechazan cualquier identificación ideológica o política y que más bien se orientan hacia posiciones anarquistas y antisistemas muy difusas, los skinhead se politizaron.
Los primeros skinhead adoptaron el nacionalismo de la clase obrera británica. Nunca se veía a ningún skinhead sin un parche o botón con la bandera inglesa. Esto llevo a que algunos partidos y políticos de derecha, como el “British Movement” y el “Nacional Front” –el partido neonazi británico- comenzaron a captar skinhead por considerar que estos jóvenes eran afines a su ideario en razón del patriotismo latente en su subcultura.
Pronto los skinhead comenzaron a oficiar como elementos de seguridad en los actos de estos partidos. Progresivamente un sector del movimiento skinhead fue seducido por la ideología neonazi. Los skinhead incorporaron la consigna de “honor y fidelidad”, declamado por las juventudes hitlerianas, a los valores de su subcultura. Especialmente los sedujo su simbología y el nacionalismo xenófobo y racista.
Los skinhead neonazis comenzaron a emplear parches, botones y hasta tatuajes con la imagen de Adolfo Hitler, esvásticas, cruces celtas, la cruz de hierro, el símbolo de las SS división, etc. Los tatuajes además reproducían simbologías propias como el “skinhead crucificado”, el nombre de skinhead tatuado en los dedos. La palabra “skin” grabada en la mano derecha y la palabra “head” en la mano izquierda. También se gravaban en su cuerpo cráneos, parcas, runas y otros símbolos vikingos.
En los Estados Unidos de América la subcultura skinhead se contaminó de racismo más extremo. Muchos skinhead se incorporaron al Ku Klux Klan y al movimiento de supremacía blanca, White Power. Los skinhead neonazis de todo el mundo tomaron como dogma las “Catorce Palabras”, la consigna racista creada por David Lane: “We must secure the existente of our people and a future for white children” –Debemos asegurar la existencia de nuestro pueblo y un futuro para los niños blancos-.
A mediados de la década de 1980 la subcultura skinhead comienza a aparecer en Sudamérica. En Brasil se formaron grupos como los “Carecas –Pelados- do Brasil” y W. P. Skinheads. El primer recital Oi! que terminó con incidentes, varios muertos, decenas de heridos y ciento veinte personas detenidas.
Pronto el racismo dividió a la subcultura skinhead del Brasil. Los Carecas do Brasil eran integristas, aceptaban a negro y mulatos en sus filas al tiempo que manifiestan estar en lucha con el sionismo, el comunismo y las drogas.
Los Withe Power Skinhead y el Grupo Separatista Branco eran grupos de supremacía blanca, Los Withe Power, por ejemplo, consideraban al Estado de Sao Paulo una región de blancos y rechazaban a los inmigrantes provenientes de las regiones empobrecidas del Norte y Nordeste de Brasil, en su mayoría negros a quienes prejuiciosamene consideraban vagos y delincuentes.
En Argentina, la subcultura skinhead llegó a mediados de la década de 1980. En la ciudad de Buenos Aires, dos barras bravas del Club Atlético San Lorenzo de Almagro, conocidos como “Sergito” y “El gallego” crearon la primera banda “Oil!”, la hoy desaparecida “Comando Suicida”.
Desde un principio se diferenciaron de otras subculturas por su ultranacionalismo, el rechazo a las drogas, el antisemitismo, el anticomunismo, el culto a la amistad y la extrema violencia. Solían reunirse en una playa de estacionamiento de automóviles en el centro de la ciudad. Algunos skinhead de esa época militaban en grupos nacionalistas extremos como el Movimiento Nacionalista Socialista liderado por Rivanera Carlés.
La música, la estética neonazi y, sobre todo la violencia y el culto a la valentía en las grescas callejeras constituían las bases de su “mística”. Los grupos skinhead tenían incluso rituales de iniciación. Todo adolescente que deseaba pertenecer a la subcultura debía primero probar su valor retando a alguno de los viejos skinhead a un combate pactado. La lucha era denominada simbólicamente “la danza”.
Por esos años hizo su aparición la banda “Doble FuerSSa”. En 1988, la banda “Comando Suicida” editó su primer larga duración en vinilo y grabaron dos temas para un compilado denominado “Invasión 88” que adquirió gran difusión dando a la banda cierta fama en el circuito underground local como la mejor expresión del “Oil! Nacional”.
En 1989, el gobierno argentino sancionó una nueva legislación antidiscriminación que afecta la actividad de esta subcultura xenófoba y racista. En los primeros años de la década de 1990, el movimiento skinhead pareció extinguirse.
Pero, a partir del año 1993, pudo observarse la presencia de miembros de la subcultura skinhead asistiendo a los recitales de la banda “Mal Momento”, que sin expresar los ideales skinhead en sus letras era considerada una “banda amiga” por los miembros de esta subcultura.
Lentamente, la subcultura skinhead comenzó a resurgir en la ciudad de Buenos Aires de la mano de un individuo conocido como “Sick”. En principio los skinhead se dedicaban en forma exclusiva en “reventar” violentamente los “recitales lacras” –presentaciones de bandas punk, rojos, etc.- Con el tiempo comenzaron a sumarse skinhead provenientes de la zona norte del conurbano bonaerense liderados por otro personaje particular conocido como “El teniente”.
Para mediados de la década 1990, el resurgir del movimiento skinhead era evidente. Los grupos, que sumaban un par de centenares de jóvenes, se dividió en dos sectores. Los más numerosos pertenecían a la zona norte y los restantes provenían de la ciudad de Buenos Aires. Los combates callejeros fueron brutales y numerosos. Los ataques de los skinhead se hicieron noticia frecuente en los medios de prensa. Los adolescentes skinhead eran identificados claramente como neonazis y condenados por la prensa.
El Teniente formó la banda “Reacción Violenta” que poco después cambio su denominación por “UltraSSur” dando un nuevo y considerable impulso a la subcultura skinhead.
En la ciudad de Buenos Aires, “Sick” abandonó el movimiento skinhead que radicalizó sus posiciones. La subcultura skinhead comenzó a incorporar el ideario de los grupos nacionalista, así incorporó el revisionismo histórico –un componente tradicional de la ideología nacionalista en Argentina- e intensificó sus campañas de propaganda con “pintadas” y “pegatinas” en las paredes. Es entonces, cuando hace su aparición una nueva organización skinhead denominada “Movimiento Nuevo Orden”, su líder era Alejandro Franze.
El 28 de abril de 1996 se produjo un grave incidente en el Parque Rivadavia. Ese día la Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional –CORREPI-, una agrupación de izquierda convocó a un acto político. El propósito real era eliminar un punto de venta de libros y de difusión de propaganda neonazi del Movimiento Nuevo Orden –MNO- situado entre los puestos del Parque. Varios centenares de militantes de izquierda atacaron el puesto del MNO defendido por una veintena de skinhead. A raíz de las heridas recibidas murió, después de diez días de agonía, el skinhead titular del puesto Marcelo Scalera.
Poco después, para mejorar su imagen ante la opinión pública y evitar ser sancionado por la legislación antidiscriminación el MNO se transformó en Partido Nuevo Orden Social Patriótico –PNOSP-, un partido nacionalista que manifestaba su intención de alcanzar el poder por la vía electoral. Los skinhead de la zona norte ingresaron a la “Legión Argentina”, la agrupación juvenil del PNOSP.
Los skinhead comenzaron a celebrar actos conmemorativos de la gesta de Malvinas y del asesinato de Scalera. También celebraron religiosamente los solsticios –festividad nórdica- y el natalicio de Adolfo Hitler los 20 de abril.
En el ámbito de la subcultura skinhead las bandas “Razón y Fuerza” y “Acción Radical” se disolvieron, pero desde la zona norte surgieron las bandas “Nüremberg” y “Vinland”. Con el tiempo, la subcultura skin en Argentina se estanca debido a la falta de recitales, la ausencia de gente nueva y los conflictos internos. Finalmente, “Vinland” se disolvió y “UltraSSur” dejó de tocar. Sólo sobrevivió “Nüremberg” tocando en fiestas privadas.
A partir del año 2000 adolescentes skinhead formaron algunas otras agrupaciones como “Blood & Honour Southland Argentina” y “Legión Negra”.
SUBCULTURA HEAVY METAL
Como en otros casos, esta subcultura nace de un conjunto de jóvenes disconformes con el rumbo de su sociedad y que rechazaban participar en los cambios que se estaban viviendo. Estos jóvenes expresaban su posición de disconformindad en la música y en el arte y a partir de allí construyen su identidad e inventan categorías de vida.
Al hacer referencia al Heavy Metal, como música, se hace referencia a un sonido pesado, duro, en ocasiones rápido, que imprime una sensación de atmósfera densa, dura, agresiva y hasta violenta. Según el profesor colombiano Carlos Arturo Reina Rodríguez, quien nos sirve de guía para comprender esta subcultura, el Heavy Metal constituye una variación del rock and roll caracterizado por sonidos sumamente agudos, solo de guitarra ejecutados por virtuosos y letras que dan énfasis al poder, hedonismo –satisfacción inmediata a través de la música principalmente- y caos –desorden, violencia, muerte, monstruos y mutilaciones criminales-. Sin embargo, el Heavy Metal es también una subcultura, un conjunto de valores, actitudes, actividades de la gente –incluyendo la conducta en los conciertos- y la forma de vestir que los identifica entre sí y los diferencia de los demás.
Esta subcultura nació en los Estados Unidos, a mediados de la década de 1970, cuando los hippies fueron reemplazados por los yuppies. En ese momento, se produjo una recesión económica que afecto particularmente a la clase obrera blanca. Un grupo de jóvenes de este origen social comenzó a perder la fue en el sueño americano. La industria pesada –acerías, fábricas de automóviles, etcétera- dejaron de ser la columna vertebral de la economía norteamericana, los sindicatos comenzaron a perder poder; las fábricas comenzaron a cerrar, comunidades completas desaparecieron, principalmente en las ciudades que conforman el cinturón medio Oeste del país.
En ese contexto, el Heavy Metal fue una expresión de protesta frente a la crisis y al mismo tiempo de nostalgia por un modo de vivir que desaparecía. Bandas como King Crimson, The Stooges, Cream, The Who y Jimmy Hendrix contribuyeron a que surgiera una necesidad de un sonido aún más rico y más abstracto en el rock duro. Black Sabbath se apartó del camino del rock clásico para componer lo que puede ser la primera muestra tangible del heavy, un tipo de canción técnicamente influyente debido al novedoso, por entonces, uso de las guitarras y las armonías y que iniciaría un genero que ya lleva más de tres décadas de desarrollo y hasta ahora no na dejado de crecer y enriquecerse.
Estética heavy metal
La nueva subcultura se apropio de algunos elementos de la subcultura hippie: los jeans, la marihuana, el cabello largo, el rechazo a la autoridad, la idealización de las estrellas de rock y la creencia que la música era una expresión seria de autenticidad emocional. Pero los heavy metal agregaron sus propios rasgos culturales, extraídos en principio de las imágenes estereotipadas de los pandilleros en motocicletas: ropas y accesorios de cuero, adornos metálicos, tatuajes, etc., logrando una nueva amalgama cultural.
Reina Rodríguez señala cuatro aspectos básicos en la subcultura heavy metal:
El machismo
La juventud
Subcultura blanca
Subcultura obrera
El machismo: rechazo a la homosexualidad y obligación del varón de ser muy hombre y de considerar a las mujeres como un simple objeto sexual.
La Juventud: el Heavy Metal es claramente una subcultura adolescente que rechaza la subcultura de los adultos. Sin embargo, con el transcurso de los años, los adolescentes heavy se fueron transformando en hombres. En muchos casos, sin atreverse a renunciar a los rasgos subculturales que les servían de identificación en su adolescencia.
Subcultura Blanca: Este aspecto no significa que la cultura heavy sea racista, sino que rechaza toda vinculación con la música negra y los ritmos tropicales y latinos.
Subcultura Obrera: Aunque no todos los heavy tienen origen obrero, tienden a adoptar algunas conductas y valores de la clase obrera: el emborracharse con cerveza, la pasión por el futbol, el antiintelectualismo, aunque algunas tendencias como el black metal han llevado a los jóvenes a interesarse por los escritos de Nietzche, Poe y Bodelaure, y el rechazo al gobierno.
Lógicamente, estos rasgos generales de la subcultura Heavy Metal responden principalmente a como esta subcultura se presentó en su lugar de origen, los Estados Unidos. Al llegar a los distintos países esta subcultura ha variado algunos de estos rasgos en función de los rasgos culturales que encontraron en cada lugar.
La subcultura heavy canaliza la violencia que el mundo le ofrece al joven. Por ello, el heavy se muestra violento, y se expresa de esa forma, insinuándole a la sociedad su responsabilidad al decirle que observe lo que han hecho de sus jóvenes. Los hecavy se presentan no como los culpables de la violencia, sino como sus víctimas. Intentan mostrar lo que han hecho los adultos con ellos y con el mundo y precisamente de eso trata el heavy, de las guerras, la contaminación, la corrupción, la violencia política, la muerte que persigue al individuo cotidianamente por causa de la irracionalidad del hombre, de las regiones y de los sistemas de dominación.
SUBCULTURA CHETA
La subcultura que se denomina cheta en Argentina, Uruguay y Paraguay adquiere distintas denominaciones según los países. Los chetos –son denominados “fresa” en México y Centroamérica, En España se les llama "pijos", en Colombia se los denomina "pupis" o "gomelos", en Venezuela se les llama "sifrinos", en Perú: "pitucos", en Ecuador: “pelucones”, en Chile: “cuicos”, en la República Dominicana: “jevitos”; en Panamá: “preppies” –prepis-, en Italia: “truzzi”. Hace referencia a la subcultura de los jóvenes de nivel socioeconómico alto, mentalidad conservadora, que no beben ni consumen drogas y se encuentran apegados a los valores tradicionales. En deportes prefieren el tenis y el rugby al futbol. Por lo general, habitan en countries y barrios cerrados.
Al principio, únicamente los de apariencia europea pertenecientes a las clases media o alta eran llamados chetos, sin embargo, luego se aplicó a gente de los estratos medios de la sociedad que adhieren a tales valores y comportamientos.
Estética cheta
Un cheto esta siempre bien vestido con ropa de marca donde predominan los colores fluorescentes. Suelen utilizar remeras de cuello en V, amplias de colores claros de marca Polo Ralph Lauren, La Martina, Boss o Burberrys. Los varones prefieren los colores azul – celeste y las jóvenes el rosa y el blanco. En las camisas predominan las rayas o cuadros en combinaciones muy discretas: azul sobre blanco, verde manzana sobre blanco, etc. Nunca rayas anchas y los cuadros pequeños. Las camisas sport deben ser con botones en el cuello del estilo “Botton Down” y sin bolsillo en el pecho. Las camisas formales se emplean siempre con gemelos o cubre botones.
En el calzado predominan los Converse o Vans de la marca Reebok y su celular en el bolsillo. No cualquier celular sino un modelo costos con espacio para mil quinientos mp3, con gran capacidad para grabar vídeos y fotos. También andan con su mp4 en los oídos y moviendo la cabeza de un lado al otro.
El cheto es a veces considerado lo opuesto a “cabeza”, “villero”, “cumbiero”, “mersa” o “grasa”, pero no como término racial sino despectivo. Tradicionalmente, adolescentes que acuden a escuelas y universidades privadas y sus padres pertenecen a los niveles socioeconómicos más elevados, son llamados también "niños bien" o "gente bien".
El acento del cheto es diferente al del resto de la población, arrastrando siempre la última sílaba de cada oración, con diferente tonalidad y vocabulario, a veces haciendo uso de palabras en inglés. No es raro que el o la cheta hablen spanglish. Suelen emplear expresiones tales como: “tipo que”, “tipo, nada”, “obvio”, “o sea”, “nada que ver”, etc.
Los chetos son despreciados por la mayoría de los miembros de las otras subculturas adolescentes. Únicamente se vinculan con los floggers de clase media alta.
La subcultura cheta acepta diferentes estilos musicales pero en su mayoría prefiere la música electrónica creada mediante el empleo de sintetizadores, samplers, computadoras y beatboxes –máquinas de ritmo-, sintetizadores de software, etc.
Ciertos niños, adolescentes e inclusive adultos toman el estereotipo cheto en su comportamiento para dar falsa imagen de buena posición social.
SUBCULTURA GÓTICA
Los elementos de la subcultura gótica han existido por cientos de años en la música gótica, la moda, la decoración, etc. Tubo sus orígenes en el Oriente Germánico de los siglos tercero, cuarto, y quinto. Los "Goths" –Godos- fueron un pueblo germánico que conquistó la mayoría del Imperio Romano. En los siglos XV y XVI, el estilo gótico era muy popular y destacado en las formas arquitectónicas de Europa Occidental. Esta influencia se aprecia en muchas catedrales.
La subcultura gótica tubo sus inicios entre 1850 y 1860, en Francia, como un movimiento contracultural encabezado en su mayoría por obreros y estudiantes que se sentían oprimidos por su sociedad. Maquillando sus caras de blanco y vistiendo de negro daban a entender el hecho de que la opresión los tenía muertos. A comienzos del siglo XX la subcultura gótica se apagó. Pero en la 1980, resurgió acompañando al estilo musical del rock punk.
La subcultura gótica se ha difundido por varios países. Comenzó en el Reino Unido, entre finales de los años setenta y mediados de los ochenta, en la escena del rock gótico, una derivación del post-punk y la combinación de este género a la "corriente obscura". Las bandas pioneras que empezaron con este movimiento son: Joy Division, Bauhaus y los legendarios “Siouxsie and the Banshees”, todas estas bandas inspiran tristeza -lúgubre sonido-.
La letra de la música dark se ha distinguido por ser muy profunda, en la cual expresan emociones muy íntimas y una poesía que se desliza hasta las entrañas.
Una canción muy reconocida por su estilo dark es el tema "Bela Lugosi", fue editada en 1979, y maneja una ironía extremadamente seria y pesada.
Eran el comienzo de los años ochenta, cuando en una entrevista al grupo británico Decay, sobre con que nombre definirían su música, estos contestaron en un estado etílico más que alto y entre risas, que ellos hacían rock gótico. Y así surgió el nombre que acuño a todo un estilo.
La música del género gótico ha recibido influencias del punk, rock, industrial, y en algunos casos el metal, incorporando a su vez otros sonidos y experimentando con nuevos estilos. Al paso de varios años la música gótica ha ido evolucionando desde un “Sisters of Mercy” hasta un “Neuroticfish”. Esto no significa que debamos encasillar a una banda en cierto género, ya que muchas de ellas no gustan de ser clasificadas solamente de un modo, tendiendo a experimentar.
La música gótica es muy difícil de clasificar o de categorizar. La mayoría de la gente cree sin embargo que hay tres niveles generales de la música gótica.
El primer nivel, es la vieja escuela (punk gótico) que son los últimos años de la década de 1970 y los primeros de la década de 1980. Era un descendiente directo del punk. Tenía un sonido punk, pero con insinuaciones muy oscuras. Esto se puede oír en el trabajo temprano de Siouxsie, Bauhaus, Joy Division, Southern Death Cult, The Cure y Danse Society.
A principios de la década de 1990, se produjo un renacimiento del gótico con grupos como: Rosetta Stone, que llegó a ser más comercial en años posteriores, y ensambló las filas en la música masiva del góth. Midnight Configuration se inscribió también en esa corriente con su tema Fetish Section. Inkkubus Sukkubus fue la primera agrupación en congeniar la ideología del goth con la religión Wiccan.
Por esos años, la base geográfica de la música gótica se modificó. La difusión de la música gótica en las década de 1980 alcanzaba casi únicamente al Reino Unido, pero luego aparecieron nuevos grupos en Australia: Nick Cave, Birthday Party, Dead Can Dance; Estados Unidos: Christian Death y Alemania.
La estética gótica
La subcultura gótica comparte gustos estéticos, musicales y culturales en común. A pesar de que la música gótica abarca varios subgéneros y estilos, todos estos comparten una tendencia hacia una apariencia y un sonido “dark” u “oscuro”. Los estilos de vestimenta dentro de la subcultura toman influencias del death rock, el punk, el estilo andrógino, y hasta el estilo de vestimenta del Renacimiento; sin embargo, los góticos tienen una estética propia, que se centra en el color negro: trajes negros, maquillaje para resaltar palidez en el rostro, peinados que cubran la cara y hasta lápiz labial de color rojo aplicado atropelladamente en los labios. Es importante aclarar, sin embargo, que no todo aquel que se viste de acuerdo al estilo gótico es considerado gótico por los miembros de la subcultura. De la misma manera, no todos los góticos visten de negro ni siguen siempre el estilo.
En la década de 1990, el término “gótico” y las fronteras de la subcultura gótica se volvieron más borrosas. Nuevas subculturas adolescentes, emergieron o se hicieron más populares, algunas siendo relacionadas con el movimiento gótico por la sociedad y los medios. Esta relación se debió principalmente a similitudes en la apariencia y la estética de las subculturas adolescentes, más que por los géneros musicales de las bandas asociadas a los diferentes grupos urbanos. A medida que pasó el tiempo, el uso del término gótico se fue extendiendo aún más en el habla popular, llegando a ser utilizado para definir grupos que no tenían las mismas preferencias musicales, ni la misma estética a la cultura gótica original.
Esto dio origen a una jerga gótica que algunos góticos utilizan para etiquetar a diferentes grupos –o a sus miembros-, al movimiento gótico. Entre los que se incluyen “Dark”, “Darkie”, Darketo, principalmente en América Latina, España e Italia, “Mallgoths” o “NeoGoth”, en los Estados Unidos, “Gruftties” en Alemania, “Gogan′s” en Australia o “Spooky Kids”, “Mosher′s” o “Mini-moshers” en Gran Bretaña . Otros términos más positivos como “mini-goths” -pequeños góticos- o “baby bats” -murciélagos bebes- son a veces usados por los góticos anglófonos más grandes para describir a las nuevas generaciones de jóvenes góticos que muestran un potencial para crecer dentro de la subcultura.
Orígenes del término
Los godos fueron una tribu del este de Alemania que tuvo un importante papel en la caída del Imperio Romano de Occidente. En algunos círculos, el nombre “godo” se convirtió posteriormente en un término peyorativo: sinónimo de “bárbaro”.
Durante el período del Renacimiento en Europa, la arquitectura medieval fue llamada arquitectura gótica y se la consideró bárbara y pasada de moda en comparación con las líneas refinadas de la arquitectura clásica.
Sin embargo, a fines del siglo XVIII en el Reino Unido, la nostalgia por la arquitectura medieval llevó a la gente a fascinarse con las ruinas góticas medievales. Esta atracción estaba combinada a menudo con un interés en los romances medievales, la religión romana católica y lo sobrenatural. Los entusiastas del neogótico en el Reino Unido fueron inspirados por la extravagancia arquitectónica de Horace Walpole, y algunas veces apodados “góticos.
La novela gótica de fines del siglo XVIII, un género fundado por Horace Walpole, en 1764, con la publicación de El castillo de Otranto, fue responsable de las connotaciones más modernas del término gótico. Desde ese momento, el término pasaría a estar más relacionado con lo sobrenatural, el horror, la morbosidad y la oscuridad. La literatura se caracterizó por la pasionalidad con la que fue escrita y además su suntuosidad temática, como la de Lord Byron, uno de los principales representantes de este género así como William Blake y Percy Shelley, personajes relacionados con el Romanticismo. La novela gótica estableció mucha de la iconografía de la literatura y el cine de horror posteriores, como la aparición de cementerios, castillos o iglesias en ruinas, fantasmas, vampiros, pesadillas, familias maldecidas, seres enterrados vivos y tramas melodramáticas. Otro elemento notable fue la figura del villano gótico, que se convertiría en el héroe byroniano. El villano gótico más famoso es el vampiro, y su arquetipo es Drácula, según lo describió la novela homónima de Bram Stoker, y que luego se haría famoso gracias a la influencia de las películas de terror.
El poderoso imaginario de las películas de terror comienza con el expresionismo alemán en la década del ‘20, luego sigue con los filmes de los estudios Universal en los años 30, los films de terror de clase B como Plan 9 From Outer Space y luego con las películas de terror de los estudios Hammer. Durante la década de 1960, series de televisión como La Familia Addams y Los Munsters usaron estos estereotipos para hacer comedias.
Definir una ideología para la subcultura gótica es difícil por varios motivos. El primero es que si bien existen patrones, aspectos comunes en casi todos los góticos, cada miembro define su propia concepción de la subcultura, es decir, cada uno define lo que significa ser gótico. Por otra parte, el otro problema se basa en que a menudo la ideología gótica es de naturaleza "apolítica". Mientras que el desafío a las normas sociales era algo