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Cuando la idea se materializa y se lleva a la práctica. Cruzados, un juego estratégico de mesa, comenzó siendo una versión diferente de jugar al ajedrez, un diamantino la reinventó e incluso logró patentarla. La idea, el juego y su historia...

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23 de May · 1110 palabras.
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🕘 Resumen

Carlos Ariel "Lalo" Mazzola, un hombre de 51 años que ha tenido múltiples trabajos en el pasado, desde ser profesor de ajedrez hasta trabajar en la industria del reciclaje, siempre ha tenido un espíritu libre. Con una personalidad especial, nunca tuvo un trabajo con demasiadas responsabilidades, lo que le permitió plasmar su idea de Cruzados, un juego de mesa estratégico, que comenzó como una versión diferente del ajedrez. Mazzola admite que su personalidad fue clave para poder llevar a cabo su proyecto, y aunque le gustaba mucho el ajedrez, la complejidad del juego no le gustaba mucho. Decidió reinventar un juego que había jugado con otro ajedrecista, y adaptarlo para hacerlo más fácil y entretenido para la gente. Con reglas nuevas y un tablero adecuado, Mazzola creó el juego de Cruzados, que tanto añoraba. Aunque la tecnología de hoy juega en contra de los juegos de mesa, Mazzola cree que seguirán surgiendo nuevos juegos. Cruzados es un ejemplo de cómo una simple idea puede materializarse y llevar a la práctica con éxito.
 Ideas Cruzadas
Cuando la idea se materializa y se lleva a la práctica. Cruzados, un juego estratégico de mesa, comenzó siendo una versión diferente de jugar al ajedrez, un diamantino la reinventó e incluso logró patentarla. La idea, el juego y su historia.

La vida siempre lo llevó a superarse, a buscar nuevos rumbos y maneras de salir adelante. Carlos Ariel Lalo Mazzola, con 51 años, pasó por muchos trabajos, desde remisero, profesor de ajedrez e incluso trabajando con el cartón, en la industria del reciclaje. “Siempre tuve un espíritu libre, quizás por eso nunca llegué a conseguir un trabajo con demasiadas responsabilidades, tengo un carácter muy especial”, aclaró Mazzola.
De igual forma admite que si no fuera por esa personalidad no habría podido plasmar Cruzados, el juego de mesa que tanto añoraba.

Inventar

Le gusta mucho el ajedrez, tanto que hizo un curso especializado, el cual le permitió enseñar el juego en las escuelas. Tal es así que aún hoy figura en la página de la Federación Argentina de Ajedrez como uno de los pocos idóneos en la enseñanza del mismo. No obstante, la complejidad del juego no le simpatizaba mucho, es por eso que decidió reinventar un juego que había jugado un tiempo atrás con otro ajedrecista, para hacerlo más fácil y entretenido para la gente. “Lo habíamos jugado sobre una mesa de ajedrez. Lo que hice fue modificarlo, ponerle reglas y adecuar el tablero, hacer algo distinto y darle una dinámica especial al juego”, manifestó Mazzola. La necesidad con la que atravesaba aquellos tiempos también lo hizo repensar y darle más fuerzas al proyecto para lograr concretarlo.

“Siempre me gustó el tema del ajedrez, por ahí no pude enseñarlo a través de las escuelas como quise, si bien hubo resoluciones ministeriales para tal fin, en las escuelas te daban el visto bueno pero faltaba más apoyo para enseñar”, recalcó. Si bien la tecnología de hoy en día les juega una mala pasada a este tipo de juegos, Mazzola insiste que seguirán surgiendo aún más juegos de mesa.

Plasmar la idea

Todo comenzó en 2006 averiguando el proceso de registración en la Municipalidad de Diamante. Fue allí donde lo contactaron con personal del Instituto Nacional de Ingeniería Industrial. Casualmente se encontraba trabajando de remisero y le surgieron varios viajes a Buenos Aires, por lo cual se contactó con el Instituto y logró inscribirlo en la Dirección Nacional de Derecho de Autor como obra inédita. En la actualidad realiza el trámite de renovación cada tres años.

En cuanto a los costos Mazzola dilucidó: “No es tan caro como parece, todo depende cómo se patente, es diferente si querés tener el derecho de autor o bien una patente industrial, que es distinta. Lo que sí cuesta caro es la puesta en práctica del proyecto”. Si bien los tableros los podía imprimir en Diamante, el tema de la fabricación de las fichas se le hacía muy caro. También existía la posibilidad de hacerlas de plástico pero la obtención de la matriz era muy onerosa. Otras de las posibilidades fue exportarlo a otros países, es por ello que también hizo la traducción al inglés del reglamento del juego.
Actualmente se encuentra en dialogo con amigos que trabajan en la firma IBM, gestionando la posibilidad de llevar el juego a plataformas como también computadoras “Sería un gran logro llevarlo a las computadoras, les prometí que si dicho proyecto saldría, donaría parte de lo recaudado en la prevención de chicos en el problema de la drogadicción”, manifestó. También tiene en mente dos variantes del juego, no tan específicas, pero todavía no las ha aceitado del todo. Insiste, “primero quiero que salga bien el juego aunque muchas veces la lucha diaria me distrae del mismo”.

Vender

Vendió una tanda de juegos a comercios locales aunque se le complicaba la producción continua. Las fichas eran de madera y no tenían continuidad en la entrega, por lo cual tampoco había seguridad en la reposición. “Logré imprimir mil tableros pero no pude llegar con las fichas, debía conseguir alguien que tenga un torno especifico. Todo es dinero, publicidad, marketing y cuestiones las cuales yo no tengo mucho conocimiento”, destacó. De todos modos, 70 juegos completos pudieron comercializarse a un precio aproximado de 16 pesos.

También busco ofertarlo a empresas argentinas de juegos de mesa. Sus contestaciones fueron en su mayoría, “que no tienen esa línea de juegos
en sus productos”. Mazzola lo justifica, “hoy prefieren otro tipo de juegos para promocionar. Yo no digo que a la juventud no les interese sino que no se les presenta la oportunidad de conocerlo. Se venden muchos videojuegos pero no se hace hincapié en los de ingenio como el ajedrez, las damas o este tipo de juego. Si no se conoce no se va a salir adelante”.

De todos modo reconoce que el juego “anda”, ya que varias familias le han comentado que lo practican en esos ratos de aburrimiento, tanto gente grande como chicos. “Creo que con este juego se pueden hacer campeonatos muy lindos. Es una veta que todavía veo con posibilidades de desarrollo. Hay un tiempo para crearlo, un tiempo para que se estacione y un tiempo para que salga. Le falta un poco mas de fuerza de mi parte. Por determinadas cuestiones de la vida no le he podido dar el tiempo que merece pero todo tiene su proceso, y calculo que se va a lograr”, enfatizó. Al día de hoy el juego no se puede adquirir, pero si se hizo la renovación correspondiente en cuanto a la autoría.

Temática especial

Fue pensado para la gente joven que estaba aburrida, claro que antes no existía la computador pero se enfatizaba mucho en los juegos de pensar, de estrategia. La idea es que cualquiera lo pueda aprender, esta hecho para divertirse y pasar el rato. “El juego tiene muchas enseñanzas, en él te mostras como sos. Si sos agresivo o no, si le buscas la vuelta al juego, que dejás adelante y qué es lo que dejás atrás”, manifestó Mazzola. El nombre del juego, Cruzados, es porque se deben cruzar las piezas de un lado al otro del tablero. Otro de los motivos que influyó es la religión, “me siento bendecido por Dios al darle forma a este juego, si bien sacando que los cruzados hicieron muchos líos, y mataron mucha gente, llevaron el mensaje de Cristo para adelante. Se mezclan dos motivos interesantes con el nombre”, resaltó.
 Cruzados Copyright© 2012 Carlos Ariel Mazzola

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