Aprende a Definir Tus Metas

Todas tenemos metas pero rara vez las conseguimos. Si aprendiéramos a definirlas mejor, seguramente lograríamos nuestras metas más fácil y rápido.

Maribel Acq
Maribel Acq
1 de May · 713 palabras.
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🕘 Resumen

Si quieres alcanzar tus metas, necesitas definirlas de manera específica y medirlas para conocer tus resultados. En este artículo se presentan pautas sobre cómo definir las metas en función de tus objetivos y capacidades. Debes asegurarte de que sean claras y precisas, comenzando y terminando en una fecha específica. También deben incluir un objetivo exacto, sin generalidades, y que puedas medir. Si no se pueden medir, entonces nunca sabrás si lo que hiciste fue efectivo o si alcanzaste tu objetivo. Una forma de medir tus metas es pedirle ayuda a alguien con conocimientos en tu área de interés. Por ejemplo, un entrenador puede indicarte rutinas y repeticiones para que puedas ver cómo estás avanzando. Debes evitar la procrastinación y enfocarte en alcanzar las metas establecidas, ya que sin una visión clara y sin medición, no tendrás una base real para evaluar tu progreso. Así que para lograr tus objetivos, es importante definir metas específicas, claras y medibles.
 Para poder lograr tus metas necesitas definirlas bien, saber cómo medirlas para ver tus resultados y si sirven de algo. En éste artículo vas a ver de qué forma las debes definir de acuerdo a tus objetivos y capacidades. De esta manera vas a tener los mejores resultados de lo que quieres hacer.

Para empezar, una meta no puedes hacerla general, necesita ser específica. Si no tienes bien especificado de qué se trata, es probable que no te sirva de nada, aunque le metas mucho trabajo. Para evitar esto, asegúrate de lo siguiente:

Tu meta debe tener un inicio y un fin. Si no tienes una fecha cuando vas a empezar y una de cuando vas a terminar, tu meta no es más que un deseo. Decir que “vas a empezar un negocio” no es una meta, decir “voy a empezar el lunes tal de tal mes” es un inicio claro y conciso. Así como el inicio, también define un final, en caso de que aplique. Siguiendo el ejemplo del negocio, puedes decir que vas a tener todo listo para dentro de 30 días a partir de la fecha de inicio.

Aquí no hay excusas ni equivocaciones para empezar o terminar, así que no puedes posponerla sin darte cuenta.

También debe tener un objetivo exacto sin generalidades. En el ejemplo del negocio, una meta puede ser “vender productos” pero eso es demasiado general, ya que puedes vender un chicle y decir que con eso ya cumpliste. Una meta más exacta es decir “voy a vender 5 perfumes de tal precio”. Aquí tampoco te puedes engañar y es más fácil saber lo que necesitas hacer.

Otra característica que necesitan tus metas es que las puedas medir. Si no puedes saber que tan cerca estás de terminar o que tan bien o mal lo estás haciendo, entonces nunca vas a poder decir a ciencia cierta si lo que hiciste fue bueno, si sirvió de algo o si cumpliste.

Una forma de medir tus metas es decirle a alguien con conocimientos de lo que buscas que te indique lo que puedes medir. Por ejemplo, un entrenador te dice qué rutinas hacer y con cuantas repeticiones. Así, puedes ver cómo vas, además de que alguien externo siempre tiene otra visión más objetiva de lo que quieres lograr.

También debes llevar un registro de lo que vas haciendo para ver si estás logrando algo. Si empezaste a correr todas las mañanas, apunta cuantas vueltas das y cuanto te tardas. De esta manera siempre sabrás que vas avanzando y lo que te falta para mejorar.

Por último, tus metas deben ser alcanzables. Siempre hay que mirar alto y buscar las estrellas, pero también hay que ver nuestros límites para que no terminemos nada más en frustración.

Se realista, mira tus habilidades y experiencia y empieza con eso. Si nunca has corrida en tu vida y te pones de meta correr 10 vueltas al parque, lo más seguro es que acabes tirada a la tercera vuelta o que vomites en la quinta. Empezar con 3 vueltas e irle subiendo es más realista.

Mira también tus habilidades para que empieces con algo acorde a ellas. Ni nunca has cocinado un pastel, no puedes esperar que te salgan bien a la primera; prepárate para echar a perder algunos antes de que empieces a agarrar experiencia.

Si tu meta es alcanzable no te vas a desesperar cuando empieces. Recuerda que los primeros pasos van a ser difíciles pero valen la pena.

Cuando te pongas una meta, asegúrate de que esté bien definida, de que la puedas medir y que puedas alcanzarla de acuerdo a tus capacidades. Con esto vas a poder saber qué tan bien vas, qué te falta para lograr lo que quieres y cómo vas mejorando.

Nadie empieza como experta, hay que ir avanzando poco a poco y llegando a lo que quieres lograr. El camino puede ser difícil, pero si no sabes cómo ponerte una buena meta, las cosas pueden ser mucho peor.

Mejor evitarte problemas desde el principio, ¿no?

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