Más Allá de la Decoración Está el Arte

Si decoramos nuestra casa teniendo en mente que, “arte y decoración” van unidos, probablemente logremos un resultado que nos satisfaga más, al darle una carga más profunda de lo que estamos haciendo y buscando.

Martina Garcia Martin
Martina Garcia Martin
25 de April · 415 palabras.
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🕘 Resumen

El arte y la decoración son dos conceptos interdependientes, ya que muchas obras de arte también pueden ser objetos de decoración y viceversa. Aunque típicamente pensamos en los museos como lugares que albergan exclusivamente obras de arte, esto no significa que los muebles también puedan ser considerados arte. A pesar de que puede ser difícil definir la diferencia entre arte y decoración, generalmente consideramos que una pintura o una escultura pertenecen al mundo del arte, mientras que un urinario modernista se considera una pieza decorativa. Sin embargo, en algunos casos, cuando nos enfrentamos a una obra de arte, como un Miró, por ejemplo, podemos dudar de si realmente se trata de arte o simplemente de una decoración. Mientras tanto, los muebles que usamos en nuestra vida diaria parecen ser algo más difícil de etiquetar como arte. Aunque el arte no se puede utilizar de ninguna manera, ni siquiera para fines prácticos, como el mobiliario, lo cierto es que nuestro entorno cotidiano puede incluir elementos decorativos que tengan una función estética y utilitaria al mismo tiempo. En resumen, la frontera entre el arte y la decoración puede ser difusa y subjetiva en algunos casos, pero existen objetos cotidianos que pueden ser valorados por su valor artístico y no sólo por su función práctica.
 Arte y decoración son dos conceptos interdependientes. Un cuadro o una escultura tienen una doble esencia que se asienta en ambos conceptos, aunque sean una obra de arte también son objetos de decoración. Y lo mismo le puede ocurrir a un mosaico o a un mueble, en que en sentido inverso, aunque sea objetos de decoración, también lo son de arte. Si bien es cierto que cuando pensamos en un museo no nos lo imaginamos repleto de sillas o armarios, esto no resta un ápice de sentido a nuestra afirmación. Primero porque aquél no es el único receptor, ni poseedor, de eso tan abstracto que se entiende como arte y, segundo, porque ciertamente sí que hay muebles en los museos.

Aunque no sepamos definir y/o diferenciar muy bien qué es eso del arte y decoración, estamos bastante inclinados a admitir que un cuadro o una escultura pertenecen a la difusa esfera del arte. Y un urinario de estilo modernista al campo de la decoración. En ocasiones, dependiendo frente a qué obra estemos delante (no es la primera vez que frente a un Miró, por poner un ejemplo, alguien suelta eso tan manido de “si esto lo hace hasta un niño de 5 años), podemos ser algo más reacios pero, aún así, es fácil que terminen convenciéndonos.

Algo que será más difícil si nos encontramos frente a una silla o a una mesa. Eso que usamos todos los días, lo convencional. Y parece que habría que sacarlos de su entorno habitual y darle la vuelta (lo que hizo Duchamp con su urinario) para que sean considerados arte.

El arte no puede tener ningún tipo de utilidad más que el ser observado. Si se convierten en un objeto prosaico pierde su razón estética. Pero… ¿Por qué? ¿Por qué la pared de mi casa no puede ser una obra de arte?

No tiene porqué perder su razón estética, a pesar de que sirva para cobijarme, para que no pase frío en invierno (por ejemplo). Un mural, un mosaico… pueden ser elementos que tengan un sentido utilitario además de estético. Y no tienen porqué perder el segundo frente a la preponderancia del primero.

De hecho si decoramos nuestra casa teniendo en mente esta idea, que arte y decoración van unidos, probablemente logremos un resultado que nos satisfaga más. Tal vez nuestra casa no sea aceptada en un museo pero eso no resta su capacidad creativa, su razón estética.

 arte y decoración

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