Negociación, el Arte Continuo

En los tiempos que corren, deje de cuestionarse sobre si en su vida negocia o no. Mas bien pregúntese si en el trato periódico con los demás, usted se define como un excelente, bueno, regular, malo o pésimo negociador.

Marcelo Tarde
Marcelo Tarde
10 de April · 423 palabras.
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🕘 Resumen

En un mundo globalizado y cambiante, la negociación es una habilidad clave para cualquier persona, independientemente de su trabajo o condición social. Desde el momento en que nos levantamos hasta que nos acostamos, estamos negociando en todas las áreas de nuestra vida.

Una habilidad fundamental para negociar con éxito es la persuasión, que implica buscar beneficios mutuos y no solo el propio.

Por ejemplo, si estamos vendiendo un producto que será útil para nuestro cliente, y lo persuadimos para comprarlo a un precio razonable, logramos no solo una venta sino también la satisfacción del cliente. El arte de la negociación es un tema amplio que podría llenar un libro completo.

En resumen, la pregunta que debemos hacernos es cómo nos definimos como negociadores. Ya no se trata de preguntarse si negociamos o no, sino de cuán buenos somos en ello. La habilidad de negociar es fundamental en el mundo actual y puede ser decisiva en muchos aspectos de nuestra vida.

“El saber y la razón hablan, la ignorancia y el error gritan” (Arturo Graf)

En este mundo competitivo, cambiante, globalizado, permanentemente estamos negociando. Lo hacemos desde el momento que nuestros pies dejan la cama para posarse en el suelo, dando comienzo a un nuevo día, hasta cuando nuevamente vuelven a ella, al término de cada jornada.

Negociamos con todos los integrantes de nuestra familia, con nuestra esposa/o, con nuestros amigos, con nuestra novia/o, en el trabajo, con nuestros jefes o empleados, y con todo aquel con el cual nos relacionemos, sea de manera provisoria o fija. Incluso, aunque le pueda parecer irrisorio ¡usted también tiene que negociar consigo mismo!

Cualquier persona, hombre o mujer, de cualquier edad, país, raza, religión, condición social, económica y política, tiene que negociar día a día. No importa si es vendedor, arquitecto, comerciante, ama de casa, periodista, estudiante, profesor, futbolista, jefe, empleado, soltero, casado, en edad laboral o jubilado.

Un punto básico para saber negociar, es ganar la virtud de la persuasión, a efectos de saber negociar con inteligencia, buscando no sólo los mejores beneficios para usted en particular, sino también para la otra parte.

Por ejemplo, si está vendiendo un producto que sabe que le será de enorme utilidad a su potencial cliente, además de que está a un precio razonable -persuadiendo a éste para que lo compre-, no sólo usted logrará la venta en sí sino que, también su ahora cliente, le agradecerá el haberle transformado en dueño de este útil producto, al cual le sacará provecho de aquí en más.

Podría escribir decenas de páginas sobre el arte de la negociación, el comercio, los acuerdos y las transacciones, pero es un tema para tratar en un libro entero.

Con este breve artículo lo único que pretendo es que, desde ahora, deje de cuestionarse sobre si en su vida negocia o no. Mas bien pregúntese si en el día a día, en el trato periódico con los demás, usted se define como un excelente, bueno, regular, malo o pésimo negociador.

Ése será el punto de partida, la plataforma desde donde avanzará en este verdadero arte, que sin dudas le abrirá un interminable abanico de opciones.

Marcelo Tarde Benítez
Periodista. Escritor. Conferencista Motivador. Consultor Internacional.

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