Agricultura Orgánica: una Solución Económica y Ecológica
El campo es uno de los semilleros de pobreza en el mundo y su gente la más afectada por todo. La agricultura orgánica es una alternativa ecológica y económica para gente con pocos recursos.
3 de April · 536 palabras.
🕘 Resumen
El campo latinoamericano sigue siendo la fuente más grande y constante de gente pobre que migra a las ciudades buscando una mejor vida. La agricultura orgánica representa una alternativa viable y recomendada para esta situación.
A diferencia de la agricultura industrial, la agricultura orgánica es de mano de obra intensiva y limita el uso de maquinaria y procesadoras, lo que hace que el campesino no pueda competir con grandes empresas industriales.
Además, la agricultura orgánica solo requiere el conocimiento que por generaciones ha tenido la gente del campo. Su producto es mejor pagado ya que la gente está dispuesta a pagar por un producto 100% natural.
La agricultura orgánica entra más en el rango de lo artesanal y puede hacer que la jornada laboral de un campesino realmente valga la pena.
Además, las verduras y frutas orgánicas son escasas y por temporada, por lo que pueden abrirse más mercados en países con climas distintos a los latinoamericanos. En definitiva, la agricultura orgánica representa una alternativa viable y rentable para el campo latinoamericano.
Para estos casos, la agricultura orgánica representa una alternativa viable y casi mandada a hacer para las condiciones en las que está el campo latinoamericano. Y digo esto porque:
La agricultura orgánica es de mano de obra intensiva. Para ser orgánico orgánico, hay que reducir los contaminantes y cosas feas que afectan al ser humano. Eso implica limitar el uso de maquinaria y procesadoras.
Precisamente lo que hace que el campesino no pueda competir con quienes cuentan con los recursos para hacer todo a nivel industrial.
Es mucho más simple. Aunque la agricultura parece ser fácil (siembras, fertilizas, riegas y cosechas), hacer las cosas a nivel industrial no solo requiere de maquinaria y recursos, sino también de entrenamiento para manejar el proceso con éxito.
La agricultura orgánica solo necesita el conocimiento que por generaciones ha tenido la gente del campo.
Su producto es mejor pagado. Aquí está un punto importante: el precio que la gente está dispuesta a pagar por un producto 100% natural. Cuando vas al súper y compras tomate baratísimo, ¿te has puesto a pensar lo que le pagan a un campesino por cada tonelada de tomates?
Si haces cuentas, la única manera de vivir de eso es tener grandes extensiones de tierra con maquinaria y transportes listos. La agricultura orgánica entra más en el rango de lo artesanal y, por lo tanto, puede hacer que la jornada laboral de un campesino realmente valga la pena.
Abre más mercados. Verduras y frutas “industriales” hay en todos lados, así que aplica la famosa ley de la oferta y demanda. Cosas orgánicas no abundan, especialmente por temporadas. Si a eso le sumas que hay países con distinto clima que el nuestro, es más fácil hacer un trato por productos 100% naturales que por algo que le pueden comprar a cualquier otra persona.
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Un campesino puede producir, en un área relativamente pequeña, un producto con mejor aceptación y precio que si tratara de jugar el juego industrial en el que no tiene esperanza de ganar.
Claro que faltan muchas cosas: la logística, el transporte, la búsqueda del mercado y muchas cosas tan importantes como producir, pero aquí es donde nuestro famoso gobierno (o el que sea), puede meter su cuchara de forma efectiva.
Bueno, eso es mucho pedir, pero también se han hecho cooperativas y asociaciones con éxito. Oaxaca se ha hecho muy conocido por eso, pero lo orgánico no solo necesita quedarse en el café y alguna que otra cosa. Todos lo vamos a necesitar y es una opción para una parte de nuestro país que realmente necesita una verdadera solución, no solo demagogia.
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